VALIENTES: Melissa será jueza, pero hoy es voluntaria

Melissa Alayo Hechavarría, estudiante de Derecho, de la Universidad de La Habana. Foto: Cortesía de la entrevistada.

Melissa Alayo Hechavarría cursa el último semestre de Derecho, en la Universidad de La Habana (UH), y será jueza cuando se gradúe, pero ahora trabaja como voluntaria en el centro de aislamiento ubicado en Alamar, para los casos sospechosos y contactos de los confirmados a la COVID-19 de la capital.

Ante el llamado del Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel, a la incorporación de la comunidad universitaria a la batalla contra el SARS-CoV-2, causante de la enfermedad infecciosa, Melissa fue de las primeras en alistarse, a sabiendas del riesgo que ello supone.

En conversación con la Agencia Cubana de Noticias, vía WhatsApp, la joven sustentó su disposición, basada en el ejemplo familiar y en los principios que aprendió durante un lustro en las aulas de la UH.

Mi madre es médico internacionalista y en estos momentos se encuentra en Venezuela, luchando contra el nuevo coronavirus en el hermano país, yo no podía hacer menos, se dio la oportunidad y aquí estoy con otras compañeras y profesoras de la Facultad, expresó.

Su actitud sorprende poco o nada a quienes conocen el altruismo y calidad humana que la definen, porque al comienzo de esta situación asumió, de conjunto con su hermana de 16 años, la misión de buscar los medicamentos y hacer las compras de los vecinos más vulnerables de la cuadra, para evitar la exposición de esas personas al contagio.

A través de la misma red social, Xian Fong Zamora, su mejor amigo, rememoró el día en que Alayo Hechavarría le avisó que iría para un centro de aislamiento a apoyar con las tareas, en tanto el país lo necesitaba y era su deber hacerlo.

Recuerdo que me llamó cerca de la medianoche para comunicarme la decisión y pedirme discreción, no quería preguntas ni cuestionamientos, ahí comprendí que ella no teme a las adversidades, y todo lo hace movida por el compromiso de hacer el bien, comentó.

Fong Zamora está preocupado y teme por la salud de su amiga, pero a la vez se siente profundamente orgulloso por su valentía, carácter, temple y firmeza, demostración del coraje de la mujer cubana, sucesora de la patriota Mariana Grajales (1815-1893), luchadora en las gestas independentistas en Cuba.

Asimismo, Dailien Portuondo del Pino, compañera en la UH y amiga, destacó el arrojo de Melissa al contribuir con la atención a pacientes sospechosos de COVID-19, enfermedad muy contagiosa y de rápida propagación, lo cual adquiere un valor superior, al tratarse de personal no especializado.

Hoy, la futura jueza cambia de escenario profesional y se interna en una institución habilitada por la propia universidad para la atención de esos pacientes, en la que no habrá tiempo para el descanso ni adelantar las páginas de la tesis, sin embargo, se sabe útil para Cuba y para los demás, y eso es lo que importa.

(Tomado de ACN)