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Crónica de viaje en tiempos de cerco (II): Dormiremos mañana (+ Fotos)

Alexander Lukashenko despidió personalmente a Díaz-Canel en el aeropuerto de Minsk. Foto: Estudios Revolución.

“Nadie sale del cerco sentado en la trinchera. Del cerco se sale combatiendo”. No sé si fue un graffiti que leí o una de esas frases que alguien nos dice y nunca se nos van de la memoria.

La verdad es que nada me parece tan apropiado como esa sentencia para describir lo que no se ve: las energías que impulsan la gira del presidente cubano Miguel Díaz-Canel Bermúdez por cuatro países europeos en poco más de una semana de un mes –¿la maldición de octubre?– en el que Cuba ha recibido agresiones que podrían inscribirse en los récords Guinness de la maldad económica, si la categoría existiese.

Pero el Gobierno no se ha sentado a esperar que lo rescaten. Ha salido a encontrar amigos y aliados que le acompañen en su pelea por lo justo. Cómo diría Martí “Cuba no va de pedigüeña por el mundo. Va de hermana. Y al salvarse, salva”.

Con sus escalas intensas y veloces, que apenas dan tiempo para el reporte en un mar de imágenes más locuaces que el texto más preciso; en lo inmediato la gira está resultando un suceso difícil de contar –porque la persecución del bloqueo manda ser cuidadosos y discretos– pero extremadamente fácil de sentir hasta cuando no se habla.

De Irlanda a Belarús y luego a Azerbaiyán, nos hemos ido aproximando a mundos lejanos y casi desconocidos para las generaciones más jóvenes, nacidas y crecidas cuando ya los movimientos soberanistas no eran noticia y el sistema socialista mundial se reducía a clases de historia sin actualizar.

Pero los que nacimos mucho antes de que el mercado devorara a la solidaridad, estamos asistiendo a una suerte de Déjà vu persistente, que a ratos nos provoca estados de nostalgia profunda y a ratos arranques de alegría que ni el agotamiento distrae.

Belarús no es exactamente lo que fue Bielorrusia, Azerbaiyán ya no se parece a lo que era con igual denominación y ninguna de las dos ex-repúblicas soviéticas recuerda los años en que fueron parte de un gigantesco proyecto de país.

Sin embargo, algo de la hermandad de entonces sobrevive en estas distantes latitudes, porque cuando el presidente de Cuba socialista, su esposa y otros acompañantes, llegan de visita, se echa alfombra roja, se eleva el nivel de quien recibe y hasta el clima se suma a las bienvenidas. Y a las despedidas.

Después del cálido abrazo irlandés en Dublín, que incluyó encuentros cercanos con el presidente y el primer ministro por separado; llegarían el trato de “querido amigo”, la Declaración de aliados, acuerdos importantes y hasta la despedida personal de Alexander Lukashenko a Díaz-Canel en el aeropuerto de Minsk.

Díaz-Canel y el presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, conversaron este jueves en Bakú. Foto: Estudios Revolución.

Tres horas más tarde, el presidente cubano era recibido en Bakú por el vice primer ministro y un poco más tarde por el presidente Ilham Aliyev, lo que algunos destacan como un gesto deferente, considerando que no se trata de una visita oficial y que al país están llegando otros jefes de Estado y de Gobierno en las últimas horas, víspera del inicio de la XVIII Cumbre del MNOAL.

El visitante y su anfitrión compartieron durante más de 40 minutos una charla que la parte cubana valoró de muy cálida y provechosa, sin dar muchos más detalles, pero con una apreciable emoción acompañando el comentario.

La noche, agradablemente fría –entre 20 y 22 grados– encontró a la delegación de la Isla admirando desde un mirador lleno de paseantes, las luces de Bakú, ciudad moderna y deslumbrante como no la podíamos imaginar antes de nuestra llegada.

Héctor Martínez, que estudió durante cinco años en la URSS, se emociona como un adolescente mientras elabora sus reportajes. En la mesa se sirve ensaladilla rusa con Smetana y un yogur líquido que otros rechazan. Disfruta reencontrar sabores que creyó perdidos y dice que es el mejor regalo que podía recibir por los 57 años que cumplió en Minsk, trabajando sin un minuto de descanso.

¿Buenos recuerdos? Le pregunto y no duda un instante para responder: “Íbamos de vacaciones a Cuba cada dos años, pero los mejores años de mi vida los pasé en la URSS”.

No es mi caso. No estudié aquí, aprendí poco y mal el ruso en la Universidad y siempre pensé que Azerbaiyán era un país pequeño sin demasiado que mostrar.

Pero sí sé de aquellos años solidarios. Y he sentido que su espíritu flota en la acogida especial que recibe por estos mundos lejanos la delegación de Cuba que se saltó el cerco para hacer este viaje en busca de amigos y aliados.

La necesidad de escribir derrota al sueño y amanezco tecleando. Dormiremos mañana. Mañana es un decir. La Cumbre está empezando.

Lukashenko y Díaz-Canel conversan en el aeropuerto de Minsk antes de la partida del jefe de Estado cubano hacia Azerbaiyán. Foto: Estudios Revolución.

Ali Ahmadov, vice primer ministro de Azerbaiyán, dio la bienvenida al presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez, a su llegada al modernísimo aeropuerto de Bakú. Foto: Estudios Revolución.

El presidente Ilham Aliyev recibe a Díaz-Canel, lo que algunos destacan como un gesto deferente, considerando que no se trata de una visita oficial y que al país están llegando otros jefes de Estado y de Gobierno víspera del inicio de la XVIII Cumbre del MNOAL. Foto: Estudios Revolución.

El visitante y su anfitrión compartieron durante más de 40 minutos una charla que la parte cubana valoró de muy cálida y provechosa. Foto: Estudios Revolución.

El presidente cubano, junto a su esposa y la delegación que lo acompaña, rinde honores ante la tumba de Heydar Aliyev, padre de la nación azerí. Foto: Estudios Revolución.

Ofrenda floral del presidente de la República de Cuba ante la tumba de Heydar Aliyev, arquitecto y creador del moderno estado independiente de Azerbaiyán. Foto: Estudios Revolución.

Díaz-Canel y Lis Cuesta visitan lugares del casco histórico de la Ciudad Vieja de Bakú. Foto: Estudios Revolución.

La delegación cubana recorre Bakú. Foto: Estudios Revolución.

Bakú es ciudad deslumbrante. Foto: Estudios Revolución.