Charlatanes

Imagen: Tomada de Internet.

Cuando Sergio del Potro se percató que los turistas gustaban del paseo en coche, se desligó de su ruta habitual y se adentró en el sitio histórico, atento a la presencia de los forasteros que más temprano que tarde se montaron en su carruaje para el típico paseo por aquellos lugares, donde arquitectura y tradición se daban la mano.

Pero la cosa se le fue complicando porque los pasajeros resultaban muy preguntones para su gusto y sus conocimientos casi exclusivamente vinculados a caballos y recaudaciones monetarias; ante lo cual, en lugar de superarse un poco, le dio por meterle mano a la charlatanería y al invento pseudocultural.

Así las cosas, usted lo podía escuchar cambiándole el nombre a un personaje célebre (un mal que era de familia pues su padre llegó a confundir a la Mona Lisa con Ramona Luisa, una vecina del poblado) trastocando el significado histórico de un edificio o asegurando con increíble descaro que en determinado banco del Parque (construido en pleno siglo XX) solía sentarse el padre del escritor francés Julio Verne; quien, para asombro de los visitantes, ahora resultaba que había sido cubano.

Clara Emilia de la Rama Verde, conocida por Corta y Pega se autoproclamaba la primera saludadora digital de la localidad, oficio que se inventó después de percatarse de la increíble fe que las personas estaban poniendo en todo cuanto decía la internet sobre temas de salud, las cosas místicas y hasta los posibles ciber–bilongos de última generación.

Otros son los denominados Charlatanes del Podio, gente que no puede despegarse de la tribuna y como se dice en buen cubano, luchan su intervención, aunque no sepan ni pepino del asunto en cuestión, yo creo que el más connotado que conocí fue a González el Cazador de Aplausos, célebre por la ocasión en que fue parte de una comitiva presidencial para inaugurar un centro ganadero.

Esa mañana a bordo de un camión cañero llegaron hasta el lugar en cuestión y allí González insistió en usar de la palabra, a regañadientes fue anunciado y el hombre sobre un cajón de madera se vio turbado al percatarse que no sabía muy bien cómo comenzar y cómo hacer un discurso grandilocuente en un sitio tan corriente, de pronto y sintiéndose aliviado logró divisar sobre las naves de cría un pintoresco letrero que daba la bienvenida a los visitantes: BIENVENIDOS AL CENTRO OVINO CAPRINO.

Sin más, González comenzó la arenga “Profundo orgullo nos reúne hoy para rendir tributo al aguerrido compañero Ovino Caprino cuyo nombre recuerda con cariño este centro …” Silencio, asombro y risitas disimuladas; luego, viéndose el nerviosismo del discursante, surgió la voz casi murmurante de uno de sus acompañantes: “González, son chivos, el centro es de chivos, ese es el nombre…” ante lo cual el inspirado orador remató: “Valioso amigo, más conocido por El Chivo entre compañeros y familiares allegados”.

Ahora también tenemos de moda otros falsarios, que bajo el manto sospechoso del supuesto PERIODISMO INDEPENDIENTE se han hecho diestros en la búsqueda de la “plata” segura, para lo cual solo tiene que superar algunas “cosillas” como eso de “los principios” , “la patria” y “la verdad”, porque dejando a un lado esas boberías les garantizan una carrera fenomenal siguiendo unos simples preceptos y evitando temas como: Mortalidad infantil; Escuelas para todos; El Bloqueo yanqui; Terrorismo contra CUBA y cosas por el estilo, que pudieran fastidiar el “prestigio y la repercusión” de sus noticias en el mundo.