Haití, despertar de la muerte

Amelia Duarte llegó a Haití en el año 2011, con un equipaje lleno de ropa vieja, una cámara fotográfica, la estampita de la Virgen de la Caridad del Cobre y su credencial de periodista del diario Granma.

A más de un año del terremoto y la epidemia de cólera que azotó esa tierra “real maravillosa”, Duarte tenía la encomienda de reflejar la labor de los médicos cubanos en esta nación del Caribe.

Amelia quiso y logró retratar un Haití diferente, ajeno a esa visión fea, triste y catastrófica que los medios de prensa internacionales proyectan con regularidad. Con pupila periodística, como dijera la periodista Marta Rojas, esta joven corresponsal cubana se propuso ver la maravilla en las pequeñas cosas.

De esa experiencia de vida surgió el volumen Haití, despertar de la muerte, un compendio de trabajos publicados en el periódico Granma entre diciembre de 2011 y noviembre de 2012, que recogen la labor continua de la autora.

El texto ilustra, a decir de la periodista Marilyn Bobes durante la presentación del libro, este sábado en la Biblioteca Rubén Martínez Villena, “una nación que ha sido tratada de manera superficial en la prensa cubana. Tal vez porque le faltaba esa relación de amor que Duarte de la Rosa establece con el objeto de sus crónicas y reportajes.”

A cargo de la Editorial Política, Haití… fusiona periodismo y literatura, desde la mirada objetiva y humana, con una sensibilidad que destaca la historia y la cultura haitianas, los aportes de Cuba en materia de ayuda y el falso auxilio de otras organizaciones internacionales.

El texto, dividido en tres secciones, sostiene una dramaturgia literaria donde los relatos se encuentran agrupados por temáticas y no por fecha de publicación.

Para Bobes, es “un compendio de objetividad dentro de la emoción”, donde Amelia logró “construir el verdadero rostro de Haití”.

La periodista Marta Rojas, encargada del prólogo del libro, realizó en su intervención un breve viaje por la historia de la nación antillana. “Es (un país) realmente hermoso y valiente, pero ha tenido que pagar por más de dos siglos su rebeldía”, remarcó Rojas.

Haití, despertar de la muerte, “es un buen periodismo, ese que informa, describe emociones, deja en el lector de aprisa datos y rostros que no se olvidarán jamás, como es el caso muy específico de la crónica Los guías de la Citadelle", cuenta Rojas.

En ese relato, Amelia narra cómo dos niños haitianos, Philomene y su primo Toto, le hicieron de guía a la Citadelle, residencia del antiguo rey Henri Cristophe, situada a 945 m de altura.

Duarte de la Rosa quiso y logró encontrar un poco más en Haití: “hablar de su cultura, de su tradición, de su historia; hablar del pueblo haitiano que es realmente quien construye esa nación”, como mismo afirmara este sábado.

En 2013, Amelia Duarte, quien actualmente dirige la página de Cultura en el periódico Granma, expresó:

 “A ese país sin tiempo, de movimientos inesperados y cosas inadvertidas, donde todo se exacerba y el fuerte contraste no permite analogías de ningún tipo, dedico esta compilación.”

La portada del libro está llena de garabatos, dibujos hechos por niños haitianos en 2010 junto a la Brigada Martha Machado, liderada por el artista Kcho. De ese recuerdo imborrable del estremecimiento, queda latente la colaboración permanente y excepcional de los médicos cubanos.

Con tan solo 25 años, Amelia descubrió un país lleno de colores y contrastes. Se encontró a sí misma, desde la responsabilidad de la profesión y el crecimiento espiritual y humano. Allí también halló al compañero de su vida.

El amor, como Haití, germinó allí donde la tierra despierta de la muerte.