La explosión del gas (+ Fotos)

Mientras la contratación avanza, se crea una nueva cola para "obtener" los próximos tickets. Foto: Ismary Barcia/ 5 de Septiembre.

Por Zulariam Pérez Martí, Rosa M. Díaz Hernández, Yadiris Luis Fuentes y Ismary Barcia Leyva. Con la colaboración de los estudiantes de periodismo Fidel Alejandro Conde Ravassa, Félix Jesús Hernández Pérez y Miguel Ángel Castiñeira García.

Desde el 5 de junio comenzó en Cienfuegos la venta liberada del gas licuado, un proceso marcado por la inseguridad de los potenciales clientes acerca de la permanencia del servicio, además de las extensas filas en los puntos. Hoy existen variaciones tanto en términos de contrato como en la organización de las colas, todo un universo surrealista.

“Yo iba a esperar a julio porque dijeron que esto eran tres meses; cuando vi que quitaron un contrato y dos puntos, vine para la cola, y pensé: dejaron dos puntos, y quitaron un contrato, en cualquier momento se acaban los contratos; la idea mía era esperar, pero…”. Criterios como este reflejan la incertidumbre y desinformación que recorre las colas para la contratación del gas licuado liberado.

La reciente variación de Cupet, todavía sin referencia en la prensa, propone: “Limitar la contratación a un contrato por núcleo y arrendar un cilindro por contrato, informando que a partir del mes de septiembre se podrá concertar el segundo contrato y el arrendamiento de hasta dos cilindros por contrato”.

¿A qué se deben tales inconsistencias, si el proceso, supuestamente, contó con un tiempo prolongado para su planificación? ¿Por qué, luego de cuatro semanas, se mantienen las indisciplinas en las colas? ¿Por qué una medida para el bienestar social, termina por generar un estado de opinión negativo?

Filantropía ciudadana

— Este ticket me costó dinero (5 CUC), no me lo regaló nadie, así que se organizan.
— ¡Señora, no diga más que usted compró el ticket! Yo soy la representante de ustedes, pregunte aquí quién ha hecho cola; yo no duermo, rectificando 700 números.

Escenas como esta erigen a los “coleros” como filántropos al servicio de la comunidad, cuando en realidad se burlan de las necesidades ajenas y lucran a partir de una prestación estatal. Lo peor radica en la inexistencia de inspectores y agentes del orden público en ninguno de los puntos visitados, dejando desprotegida a la ciudadanía.

El mecanismo de la cola resulta enrevesado, pues no basta con conseguir un ticket, se imponen además varias rectificaciones al día (incluso en la madrugada), en dependencia de la estrategia del colero de turno, el cual no considera para su gestión las posibilidades de atención del personal de Cupet en una jornada. Entonces pasan los números de un día para otro, y hasta quienes pagan se exponen a la espera.

“Evidentemente no hay control del proceso, porque no puedo controlar las manos de la gente, la conducta de la gente”, declaró Reinaldo Rodríguez del Rey Hernández, director general de la Empresa Comercializadora de Combustibles de Cienfuegos. Sin embargo, recientes indicaciones de la Unión Cuba Petróleo aclaran: “Instaurar un registro oficial en cada punto, donde se controlen los clientes que no podrán ser contratados en el día, a los cuales se les entregarán turnos según la capacidad de atención diaria de la empresa, para el día en que serán atendidos en el punto de contratación.

“Los turnos serán entregados en tickets oficiales con el cuño de cada empresa y constituirán un compromiso de la empresa para la atención de los clientes en el día indicado”.

¿Por qué no se han implementado en Cienfuegos estas orientaciones? ¿Hasta qué punto incidirían en una mejor organización de estos trámites? ¿Acaso no resultó una decisión apresurada el cierre de dos puntos de contratación? Cada una de estas interrogantes llevan a un lugar común: la planificación.

De la agenda a la realidad

Cola para comprar el gas librerado en la calle Arango. Foto: Ismary Barcia/ 5 de Septiembre.

De acuerdo con un cálculo en tiempo real del consumo en barra de electricidad, en las ocho provincias que iniciaron el proceso se ahorran 2,45 toneladas de diésel por cada cien “calabacitas” de gas. Había que empezar la venta liberada de gas, entre otras razones, por el déficit de portadores energéticos del último año en Cuba. En Cienfuegos hace ya 25 días que comenzaron las nuevas contrataciones.

Quizás se basó el proceso en un análisis incompleto o una visión limitada del potencial a consumir gas licuado en esta ciudad. El personal de Cupet reconoció que solamente previeron 22 mil 400 contratos, a partir de la existencia de 32 mil núcleos con asignación de queroseno y alcohol de reserva, cuando ni siquiera coinciden ambas cifras.

Ajustado a su planificación, el razonamiento de cerrar dos puntos de contratación durante esta semana tenía lógica, pues quedaba solo el 25 por ciento para completar los nuevos clientes. Sin embargo, ello no concuerda con la realidad. Si consideramos el número total de núcleos en el municipio (52 mil 423) y las prerrogativas de sacar dos contratos por cada uno, excepto los normados (18 mil 500), que solo podían agregar otro contrato, el potencial alcanzaría los 86 mil 346 contratos y el doble de cilindros.

“Eso de los dos contratos por libreta, y de los dos cilindros por contrato, causó el efecto contrario, porque se me está yendo para los municipios. Por eso necesitamos que las personas entiendan que van a llegar hasta allí. “¿Tú sabes que hay gente que hizo dos contratos y vendió uno con los dos cilindros para con ese financiarse el propio?”, explicó Reinaldo Rodríguez del Rey Hernández.

Por otra parte, “Sirgas y Conformat, ambas de Matanzas, donde se fabrican los cilindros, no tuvieron la divisa en tiempo y no pudieron traer las materias primas desde mayo, por eso la decisión nacional. En los meses de junio y  julio no se van a producir cilindros, la fábrica debe arrancar en agosto. Cupet compró 100 mil cilindros en México, que empezarán a llegar a finales del próximo mes”, agregó el directivo.

Muchas veces, la experiencia de no alcanzar lo que se planificó para todos transmite inseguridad, duda y desesperación. Ya sucedió antes con los módulos de cocina de inducción, con el cambio de los acondicionadores de aire, con los refrigeradores Haier…

“Es una conducta sociológica del cubano que hay que prever en todos los planes, si das la posibilidad de dos cilindros, compra los dos. Han pasado cuatro semanas y mira las colas cómo están”, opina una cienfueguera. Aun cuando tal tendencia es cierta, varias familias conviven en un mismo hogar y precisan medios de cocción independientes.

Hasta este punto varias conclusiones afloran desde una perspectiva lógica, entre ellas la necesidad de activar mecanismos de control como los inspectores, el cuerpo policial, las autoridades de Cupet, las organizaciones de masas y las estructuras de Gobierno, para garantizar la protección mínima de los ciudadanos.

De igual modo sería conveniente reabrir los dos puntos de contratación cerrados (Pastorita y Arizona), hasta que disminuya la demanda. Tal decisión descongestionaría las prolongadas colas, sin dudas, el eslabón más sensible del proceso de contratación.

Y por último, ajustar más la planificación al potencial real de clientes en el territorio, porque lo evidente es que esta vez la cuenta no les dio y el ticket marcó el privilegio.

Cola para comprar el gas librerado en la calle Arango. Foto: Ismary Barcia/ 5 de Septiembre.

(Tomado de 5 de Septiembre)