Latinoamérica: Las ONG y los “golpes blandos”

Por Carlos Medina Viglielm

Ante el avance de la izquierda latinoamericana y la integración en la región, que desde hace casi dos décadas comenzó a producirse en este hemisferio, apareció una nueva táctica denominada “golpe blando”, que la derecha internacional emplea como herramienta edulcorada para tratar de alcanzar los mismos objetivos a la usanza de la derecha, mientras deslegitimizan y desplazan a los gobiernos progresistas.

El gobierno de los EUA y sus agencias especializadas en la desestabilización de gobiernos progresistas, definidos por ellos como populistas, se ha especializado en el empleo de las ONGs e instituciones de ese corte para sus propósitos subversivos y como fórmula poderosa y escurridiza para asestar los llamados “golpes blandos”, cada vez más de moda en nuestra región.

Existe un número no despreciable de ONGs que operan en Latinoamérica y que detrás de los nobles proyectos que esgrimen como razón de su existencia, se esconden intereses oscuros que satisfacen objetivos bien claros de los EUA, dirigidos a entorpecer la labor de los gobiernos de izquierda y hasta derrocarlos para instaurar nuevos gobiernos que respondan plenamente a los designios del Imperio.

A través del tiempo y del accionar de muchas de esas ONGs, se ha ido conociendo el verdadero propósito de ellas, que bajo el manto del trabajo humanitario y la ayuda para el desarrollo de disímiles países y regiones, realmente actúan de forma injerencista, con campañas mediáticas basadas en mentiras y medias verdades, guerras psicológicas, la deslegitimación política, incitando al descontento social y otras acciones desestabilizadoras y claramente hostiles hacia los Estados.

La lista de las ONG seque han transitado por ese camino en países de Latinoamérica sería interminable, por lo que para ilustrar solo mencionaremos algunas de ellas como IBIS, que fuera expulsada por el Estado Plurinacional de Bolivia de su territorio en el año 2013, así como Bolivia Transparente y construir, caracterizada por apoyar las iniciativas subversivas de instituciones norteamericanas como la fundación Nacional para la Democracia (NED) y el Instituto Nacional Demócrata (NDI), entre otras, en algunas cosas con apoyo financiero de la USAID, cuyo rol como financista de proyectos subversivos y desestabilizadores en la región es archi conocido.

Igual destino han tenido ONGs como Misereor en Ecuador, People in Need, con un marcado desempeño en la región, Semillas Para la Democracia en Paraguay y las venezolanas de Educación – Acción en Derechos Humanos (PROVEA), Amnistía Internacional Venezuela y Red Venezolana de Organizaciones para el Desarrollo Social (REDSOC).

Es justo reconocer que también existen muchas ONG seque en su desempeño, a través de los años, han demostrado su apego a la labor e intereses sociales para las que fueron creadas y llevan una larga data de trabajo y en genuina cooperación en la región, como OXFAM, Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), Agro Acción Alemana, Not Just Tourists Ottawa, aunque algunas de ellas como OXFAM y Agro Acción Alemana, al igual que las mencionadas en el párrafo anterior, reciben jugoso financiamiento de la USAID, ampliamente conocidos por sus poco transparentes propósitos.

Como antecedentes de este tipo del golpe, está el que se dio en Venezuela contra el presidente Hugo Chávez en 2002, el realizado en Honduras contra el presidente José Manuel Zelaya, el intento en Ecuador contra Rafael Correa en el 2010 y contra el presidente de Paraguay, Fernando Lugo, en el 2012.

La izquierda latino americana más que nunca hoy está en el blanco de estos “golpes blandos”, que buscan tumbar a sus presidentes democráticos por potencias que pretenden re apoderarse especialmente de los recursos en Venezuela, Brasil, Ecuador y Bolivia, naciones antiimperialistas, defensoras de su soberanía y empeñadas en proteger los derechos de los pueblos por encima del capital.

Nota: En la elaboración de este artículo, se tomaron como referencia elementos expuestos por el periodista Tracey Eaton, publicados en Alongthemalecon

(Tomado de Nueva Trinchera)