Adiós a Bolivia, pero no definitivo

Viaje a la Amazonía boliviana. FOTO: Yordanis Rodríguez Laurencio

En los próximos días partiré de la Pachamama (Madre Tierra) para continuar descubriendo la realidad latinoamericana, y proseguir defendiendo con mi única arma, la pluma, a Bolivia, a su admirable pueblo, y a nuestra Patria Grande.

Claro que no es una despedida para siempre, porque como me dijo un gran amigo en esta tierra que te atrapa se quedará mi corazón, y me llevaré conmigo los corazones de todos los bolivianos dignos, quienes enseñan a  los foráneos que pasan por aquí a ser hombres sencillos, humildes y especialmente generosos.

Quizás por esas cualidades y otras como ser guerreros ante la opresión y antiimperialistas, es difícil decirle adiós definitivo a un país que de seguro muchos coincidimos en que se convertirá, y ya lo es de hecho, en un ejemplo para América Latina y el mundo.

Bajo la destacada conducción del presidente Evo Morales, quien es hoy un líder regional e internacional, a esta nación andina le vienen, como a todos los pueblos que luchan por su soberanía e independencia tiempos difíciles, pero con certeza será capaz de vencer todos los obstáculos que se le impongan.

Los adversarios de la Pachamama, encabezados por Estados Unidos y sus mercenarios en territorio boliviano, saben muy bien que Morales se impondrá en las elecciones generales de 2014, y continuará el Proceso de Cambio a favor de sus más desposeídos compatriotas, pero el camino hacia esa victoria no estará exento de acciones subversivas organizadas por Washington.

También conocen que Bolivia es actualmente un Estado próspero económicamente, y lo será aun más a mediano plazo en la medida en que avancen las transformaciones revolucionarias lideradas por su mandatario en los venideros años.

Es una realidad que esta nación sudamericana tiene los suficientes recursos que le ha ofrecido la Madre Tierra, otrora robados por regímenes neoliberales monigotes de Estados Unidos y por el colonialismo español y ahora en manos del pueblo, para ser grande y satisfacer las principales necesidades de sus habitantes.

Convencido estoy, como muchos, que los sueños de Ernesto Che Guevara, de Hugo Chávez, de Fidel Castro y de Morales se harán realidad en la Pachamama más temprano que tarde.

JALLALLA, Bolivia. Un día volveré para compartir las seguras victorias.