El palpitar de la música de Los Van Van en el corazón

Guille Vilar habla en homenaje a Van Van Foto: Iván Soca

Como les prometí el pasado año, de nuevo nos hemos reunidos para consolidar la tradición de que cada 4 de diciembre – truene, llueve o relampaguee, rindamos merecido tributo a quien hace 51 años, tuvo la premonición de que en este pequeño callejón, nacía una leyenda que ha colmado de orgullo a toda la nación. Por supuesto que estamos hablando del primer concierto de la orquesta de Juan Formell, Los Van Van, razón más que suficiente para cumplir con un mandato de la voluntad popular.

Nuestra gente, los que habitamos en esta adorada isla desde la punta de Maisí hasta el Cabo de San Antonio, no nos hemos equivocado al reiterar durante décadas, que Los Van Van son la patria, por lo que nuestra visita a este céntrico rincón capitalino de 23 y P en el día de hoy, refrenda un acto de legítima jerarquía artística para la espiritualidad de la cultura cubana. Del mismo modo que en el ballet, en las artes plásticas o en las letras contamos con auténticos heraldos que conmueven por el inmenso legado de sus respectivas obras, en la música, específicamente en la música popular bailable la presencia de alguien como Juan Formell, expande hasta el infinito las fronteras del género al asumir el fenómeno de Los Van Van como parte consustancial del gen de lo cubano.

Justamente, al igual que se explica el origen del universo, el átomo responsable de hacernos sentir la sabrosura del songo en toda la eternidad, nació del talento de Formell en este callejón. Por lo tanto, que cada 4 de diciembre no solo sea una fecha obligada para reencontrarnos y así honrar la memoria de quienes acompañan a Juan en su Querida orquesta- momento eternizado en esta soberbia tarja hecha por la Fundación Caguayo, donada por su Director, el escultor Alberto Lescay sino que hagamos de encuentro un hábito al darnos cita en ”El callejón de Juan Formell”, “en el callejón de los Van Van”. Y así comprobaremos por nosotros mismos, que si para nuestro Apóstol José Martí “… lo verdadero es lo que no termina: la música está perpetuamente palpitando en el espacio” entonces obviamente podemos escuchar desde nuestros corazones, el palpitar de la música de Los Van Van, en este venerado lugar.

Muchas Gracias.