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Bebés entre el pecho y la cuchara

La alimentación complementaria debe comenzar después de los 6 meses del bebé, cuando la lactancia materna no puede satisfacer todas las necesidades nutricionales del bebé. Foto: Canal Chupete

Todavía recuerdo la cara de mi niño la primera vez que le di a probar un alimento diferente a la leche materna. Tenía muy cercanos los 6 meses; nunca antes había visto frente a sí una cuchara, ni tampoco aceptado un biberón, pero esa ocasión todo fue un juego para él: la miraba como si fuera un juguete más, forcejeaba conmigo para agarrarla y después tragaba con gusto cada porción de comida que llevaba a su boca.

Esta semana De madre y de padre se acerca a la introducción de la alimentación complementaria en los bebés, una etapa única y divertida, pero que para muchos supone un reto, porque da inicio a un nuevo ciclo en el que el niño comenzará a conocer poco a poco el universo de sabores, colores y texturas de los alimentos, y al mismo tiempo tendrá un poco más de independencia respecto a la madre, quien durante seis meses lo amamantó de forma exclusiva.

¿Cómo se vive este momento en Cuba? ¿Cuáles son las principales preocupaciones en esta etapa y qué hacer? Sobre este tema les propongo que conversemos hoy. La bienvenida entonces para las madres y abuelas más experimentadas (¡espero sus comentarios!), y ojalá el texto pueda ser de utilidad para quienes atraviesan en estos momentos esas primeras papillas que a todos los padres nos marcan de por vida, las mismas en las que nos pareció que el bebé en vez de comer se bañaba con varias onzas de puré y que son tan importantes para instalar hábitos futuros en la alimentación del pequeño.

Se entiende por alimentación complementaria aquella que comienza después de los 6 meses de vida de un bebé, momento en que la leche materna por sí misma no puede aportar todos los nutrientes necesarios para su crecimiento, y los pediatras orientan ofrecer otros alimentos.

De acuerdo con la OMS y la UNICEF, hasta los seis meses el único alimento de los bebés debería ser la leche, debido a que el resto posee menos calorías o son menos nutritivos. Luego de esta fecha, la demanda de hierro, zinc y otras vitaminas es mayor, y por eso el bebé empieza a diversificar su dieta.

Es por ello que se indica la complementación, pero los médicos insisten en que su alimentación principal hasta el año de vida tiene que seguir siendo la leche, por lo que no se tratará nunca de sustituir, sino de, precisamente, complementar. Es decir: empezar a probar nuevos sabores y a ir familiarizándose con los alimentos.

¿Cuándo debo comenzar a complementar a un bebé?

Es importante tener mucha paciencia y dedicar tiempo para enseñar a un bebé a comer. Foto: Todo bebé.

Una de las principales preocupaciones en Cuba tiene que ver con cuándo comenzar a complementar a un bebé. Este es el primer tema del que quiero hablar, y es que, quizás por desconocimiento y más allá de los criterios de pediatras y de importantes organizaciones, son muchas las familias en Cuba que, sin consultar con un médico, comienzan a ofrecer purés de malanga y jugos de fruta al niño con muy pocos meses y consideran que su decisión es la más acertada. Sin embargo, no tienen  en cuenta que hay riesgos por los cuales no se recomienda esta temprana introducción.

Alrededor de este tema hay varios mitos: “si espero hasta los seis meses, luego no aprenderá a comer nada y no habrá quién le de otra cosa que teta”, “mientras más pequeños más rápido aprenden”, si no le doy puré de malanga no me va a aumentar, porque esa leche materna ya no alimenta, sino que es agua”. En realidad, todas estas ideas no tienen fundamento científico alguno, por lo que no es recomendable dedicarles nuestros pensamientos.

En mi caso, puedo decirles que fui de las pocas de mi barrio que ofreció lactancia exclusiva a mi bebé hasta los seis meses, lo cual viví con cierta tristeza, porque mi niño aumentaba muy lentamente de peso, mientras que otros que comían de todo estaban mucho más rollizos. En casos como estos a veces uno no sabe qué es lo más correcto.

Mantuve esta preocupación hasta que comencé poco a poco a conversar con otras madres también cubanas que habían elegido mi camino y empezamos a sumar los múltiples beneficios de haber tomado esa decisión. En primer lugar, niños mucho más saludables y con pocos riesgos de desarrollar alergias y problemas respiratorios constantes. En segundo lugar, bebés nutridos con el mejor alimento para su tiempo de vida, y en tercero, más tiempo para compartir y disfrutar entre madre e hijo, pues con el inicio de la alimentación complementaria se suma una nueva tarea: la de preparar cada día los diferentes menús del bebé, desde las compotas de la merienda, hasta el almuerzo y la comida.

Si usted está preocupado porque su bebe pueda no estar aumentando bien de peso, en realidad lo más aconsejable es consultar a su pediatra y esperar sus orientaciones, pero la decisión más correcta no es en ningún caso complementar sin una opinión profesional.

Para que tengamos una idea de la importancia de la leche materna, los purés de carne y verduras suelen tener menos calorías que la leche, y aunque algunas papillas, como las de cereales, tienen bastantes calorías, poseen menos cantidad de proteínas, vitaminas, minerales y otros nutrientes que la leche materna. Igualmente, una introducción temprana de alimentos inadecuados puede acarrear varios riesgos para la salud, como alergias e intolerancias con sus respectivas diarreas que hacen bajar de peso al bebé, trastornos de la regulación del apetito, entre otros.

¿Ya está preparado para comer?

Si somos primerizos, ¿qué difícil responder a esta pregunta verdad? Pero a decir verdad, no es una exageración cuando los más adultos nos dicen que cada niño tiene su reloj y que nos daremos cuenta cuando necesita algo más por solo mirarlos. De acuerdo con los especialistas, las señales de cuándo es seguro comenzar a ofrecer nuevos alimentos al niño se encuentran en cada uno de manera individual, y no en todos coincide en el mismo tiempo, pero en general oscilan entre los 4 y los 7 meses (algunos se adelantan y otros se atrasan).

Ahora bien, ¿cómo darnos cuenta? Hay tres aspectos que por lo general son importantes, según plantean los especialistas:

1-El bebé debe mantenerse sentado por sí mismo o necesitar solamente un poco de ayuda para lograrlo.

2- Tiene que mostrar interés por los alimentos

3- Tiene que haber desconectado el reflejo protectivo de la lengua (reflejo de extrusión), que le hace escupir cualquier cosa que se meta en la boca.

Si este es el caso, podría ser un indicativo para saber que nuestro hijo está preparado para ingerir algo diferente a la leche, pero siempre es una buena idea preguntar a un médico.

Primeras experiencias

Con la alimentación complementaria se produce un cambio fundamental con respecto a la lactancia materna. Hasta ese entonces, estábamos acostumbrados a ofrecerles el pecho a demanda; pero ahora llegan los horarios y el sentarse a la mesa con los demás.

Algunos comerán toda la comida y mostraran curiosidad ante lo nuevo que llega a su boquita, pero también serán bastante frecuentes aquellos bebitos que no abren la boca o escupen lo que hizo la mamá. No faltarán tampoco los consejos de vecinos, familiares y amigos, y hasta los atrevidos que dan algo a probar al bebé y luego preguntan si ya podía comerlo.

Siempre que sea posible y coincida con sus horarios, es importante que coma junto al bebé y lo enseñe a comer en familia. Foto: Archivo

Es importante en esta nueva etapa tener mucha paciencia y ayudar al bebé a iniciarse en este momento de la manera más normal y educativa posible, sin obligarlos nunca a comer un alimento.

Sé que hay varios criterios al respecto, pero al menos yo no soy partidaria de asociar la hora de alimentación con el televisor y las nuevas tecnologías. Es cierto que muchas veces es el camino más fácil para lograr que coma, pero lo ideal es enseñarle que el comer es un acto normal, y que nos permite socializar como familias.

¿Qué alimentos ofrecer a un bebé?

En las consultas correspondientes con el pediatra del área de salud, las madres cubanas reciben todas las indicaciones sobre la alimentación del bebé: el momento en qué debe ofrecer cada alimento, cómo prepararlo y servirlo, así como el procedimiento a seguir. Viandas, frutas, cereales, pollo y carnes... en la dieta que inicia están contenidos casi todos los grupos de alimentos, pero siempre debe ser si prisa. Al final de esta entrada, les comparto una guía actualizada para la introducción de nuevos alimentos en el lactante.

De acuerdo Cecilia Coto y Pablo Leal en su libro El ABC del niño en casa, existen tres reglas de oro para una buena ablactación: darle un solo alimento a la vez, comenzar con poca cantidad de alimentos e ir aumentándola en los días sucesivos y mantener cada alimento nuevo 3 o 4 días para valorar la tolerancia.

Lo recomendable es ofrecerlo en la hora del desayuno o en la del almuerzo para preveer posibles reacciones alérgicas, y emplear la tarde y la noche para observar que todo esté bien. Es importante, sugieren Coto y Leal, ofrecer los alimentos con cuchara y no en biberón, pues "le permitirá paladear mejor,  y cambiar la textura de líquido, a triturado, y luego a troceado".

En cuanto a la preparación, hay dos opciones, los alimentos que se ofrecen pueden ser especialmente preparados para el niño o la misma comida que comerá el resto de la familia pero sin ingredientes que puedan ser dañinos para el niño. Ellos no deben comer con azúcar o sal, ni sus comidas pueden ser demasiado sazonadas.

¿Cuánto debe comer?

Otra interrogante que muchas veces se hacen los padres es cuánto debe comer el bebé. Sobre ello, los pediatras explican que no hay en realidad una cantidad predefinida de alimento que deba comer el lactante.

De hecho, al principio se sugiere que se le den una o dos cucharadas del ingrediente que se le vaya a ofrecer y, cada día, si lo acepta, ir aumentando. La medida estándar es hasta 8 onzas de comida, pero es importante reconocer sus expresiones y no obligar nunca al bebé.

Respecto a la proteína, la ración para menores de 2 años es de unos 20-30 g de carne al día o de 30-40 gramos de pescado, y no es conveniente incluir dichas cantidades en más de una comida diaria.

La forma de ofrecer los alimentos

Otro tema que genera interés tiene que ver con la forma de ofrecer los alimentos. En Cuba, a los 6 meses se suele presentar la alimentación complementaria en forma de purés (batidos en batidora), porque son mucho más sencillos de ingerir por el bebé. Más adelante, se comienzan a sustituir esas deliciosas papillas por las viandas escachadas con el tenedor y por último el bebé comerá trocitos de comida muy bien picados.

Esta técnica parece ser muy segura y muy defendida por muchas abuelas, madres y padres cubanos. Sin embargo, en otros países, varios teóricos recomiendan actualmente alimentar directamente al bebé con trozos y llaman a esta corriente "Baby Led Weaning". Se trata de sentar al bebé con la familia a la mesa, y ofrecerle alimentos saludables en trozos, para que el niño aprenda a comer por sí mismo. Se trata de un método que muchos padres están siguiendo, y que tiene hoy día muchos defensores. ¿Lo conocen ustedes o lo han aplicado? Si es así me cuentan!

Creo que en este tema es importante valorar lo que mejor se ajuste a las características del bebé, pues no es menos cierto que todos los niños no son iguales, y algunos se atragantan con más facilidad que otros.

Hasta aquí algunas ideas e información útil para las madres y padres que comienzan la alimentación complementaria. Lo más importante es destacar que sí es posible que un bebé conviva entre el pecho y la cuchara, pero sobre todo debemos tener paciencia y tiempo para ellos. Los invito a que me cuenten sus vivencias o preocupaciones, y a las (o los) con más experiencias, bienvenidos también sus comentarios.

Guía de alimentación para menores de un año  recomendada por pediatras cubanos en las consultas de atención al lactante

  • 0-6 meses

Lactancia materna exclusiva

  • 6 meses
  1. Jugos de frutas no cítricas o frutas majadas en purés Guayaba, Piña, Mamey, fruta Bomba, Plátano, Tamarindo, Melón, mango,
  2. Puré de Frutas y Vegetales en conserva (Compotas).
  3. Purés de Viandas y Vegetales. Papa, Plátano, Malanga, Boniato, Yuca, Zanahoria, Calabaza
  4. Verduras: Acelga, Habichuela, Chayote, Berza
  5. Pollo y otras aves
  • 7 meses
  1. Cereales sin Gluten: Arroz, avena y Maíz.
  2. Leguminosa: Lentejas, Frijoles (Negros, Colorados, Bayos, Chícharo.
  3. Carne: Res, Carnero y conejo
  4. Oleaginosas: Aceites vegetales de maní, soya, girasol.
  • 8 meses
  1. Vísceras: Hígado y pescado 1 vez semana
  2. Yema de Huevo.
  3. Cereales con Gluten: Trigo (Pan, galletas)
  4. Pastas alimenticias: Coditos, espaguetis, fideos.
  5. Jugos y puré de piña y tomate.
  6. Frutas cítricas: Naranja, Limón, Lima, Toronja, Mandarinas.
  • 9 meses
  1. Otras carnes: Cerdo magra.
  2. Frutas y vegetales en trocitos.
  3. Helados sin clara.
  4. Arroz con leche.
  5. Natilla, Flan, Pudín (sin clara de huevo), harina de maíz con dulce
  • 10 meses
  1. Mantequilla.
  2. Judías
  3. Garbanzo
  • 11 meses
  1. Queso crema.
  2. Gelatina.
  • 12 meses
  1. Huevo completo.
  2. Jamón.
  3. Otros Quesos.
  4. Chocolate.
  5. Remolacha. Aguacate, Pepino, Col, Coliflor, Quimbombó y espinaca
  6. Alimentos fritos.
  7. Carnes enlatadas.