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Amaury y la TV: amor intenso desde el vientre de su madre

Foto: Archivo de la familia.

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Luego de la primera temporada de Con dos que se quieran… y lo que ha transcurrido de la segunda, nadie, con dos dedos de frente, osaría discutir sobre la fabulosa memoria de Amaury Pérez Vidal, un hombre criado en la televisión desde que era óvulo fecundado en el vientre de su madre, la singular Consuelito Vidal. Su padre Amaury Pérez García era (es) otra celebridad de nuestra televisión desde sus inicios hace 65 años.

Casi todos los días converso con Amaury (digo, Amaury Gonzalo, que es su segundo nombre), escucho historias de los pasillos de la CMQ y de otros recuerdos que muy bien pueden conformar más de un libro. Fue modelo para diversos artículos. Ahí están las fotos, generalmente con Consuelito.

Foto: Archivo de la familia.

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Rastreando en internet encontré un blog de Amaury con sus remembranzas. Esta es una de ellas: Mi bautizo, auspiciado por la publicitaria Siboney, adonde pertenecía mi madre como anunciante, fue el primer bautizo televisado en vivo de América Latina, ya mis padres eran unas celebridades y el festejo fue por todo lo alto. Casi desde que nací fui utilizado en comerciales de TV, mis primeras fotos lo confirman y los hice hasta que la televisión fue intervenida por la Revolución en ¡Que rica la compota Jal´s! 1960. Antes hacía comerciales del queso proceso Nela, la guayaba Conchita, la pasta de dientes Gravi y muchos más. A mis padres les pagaban por eso y de alguna manera ayudé, sin saberlo, a la economía de la familia. Soy nieto por parte materna de Consuelo Regal y Gonzalo Vidal a quienes casi no disfruté porque decidieron vivir y morir en Miami desde 1959 y de Alcibíades Pérez y Delfina García por la parte paterna que se ocuparon de mi crianza y la de mis hermanos hasta su muerte igual que mi tía abuela Carmen. Como tenía que hacer tantos comerciales en directo vivía casi en CMQ que era la emisora predilecta de todos los cubanos de entonces, mi único tío Tabaré Pérez era camarógrafo de la televisión y entre mis tíos postizos estaba el gran Caiñas Sierra, el mejor amigo de mi padre, y muchos de los artistas de la época entre los que recuerdo ahora mismo a Benny Moré, Celia Cruz, Olga Guillot, Albertico Insua, Rolandito Barral, Dinorah del Real, Freya García y siempre Germán Pinelli entre otros.

Foto: Archivo de la familia.

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Quise conocer más y le pregunté:

¿Sabes si al otro día de que fuiste concebido Consuelito fue a algún programa? No creo que estuviste sin la TV ni siquiera 48 horas de espermatozoide fecundado ¿Qué opinas?

Bueno, bueno, la pregunta es incontestable porque no me recuerdo ni de espermatozoide ni de óvulo. Ni de cuando se encontraron ambos en el útero de mi madre por mucha memoria de que presuma (risas). Mis padres se casaron en 1952, él era todavía coordinador en la TV (Floor Manager le dicen los que la inventaron) y ella una estrella joven, muy promocionada La boda de Consuelito y Amaury (padre) también transmitida por la televisión y bastante bien pagada por su incipiente aptitud telegénica, belleza y carisma. Se fueron de luna de miel e imagino que ahí fui concebido días más, días menos. Nací un 26 de diciembre de 1953 y ella estuvo trabajando sin descanso en el show Fiesta a las 7 menos 5 hasta justo el 25. Parirme duró casi 24 horas. Evidentemente me resistí a venir al mundo.

Siendo un bebé fuiste un actor para la publicidad ¿Qué productos eran? ¿te siguen gustando?

Promocioné, y mis padres cobraron, alguno de los productos que mi madre anunciaba en TV; el queso crema Nela, el queso proceso y la mantequilla de la misma marca, la pasta de dientes Gravi, la mermelada de guayaba Conchita y hasta la leche de magnesia Phillips en sustitución de algún otro niño actor. Eso me trajo muchos dolores de estómago. Pocos de esos productos existen ya, al menos en sus formas originales, así que no recuerdo el sabor primigenio de ninguno.

¿Cuál es tu primer recuerdo de un estudio de TV? Y no me hagas trampa a partir de lo que te contaron.

No evoco ningún estudio en particular porque trabajaba en todos, pero nunca olvido el misterio y la maravilla de subir la escalera de M cada día para ingresar a aquella CMQ siempre con tanto glamour, tantas celebridades y el público en la calle para aplaudirlas. El primero que visité debe haber sido el 10 porque ahí se hacía El Show del Mediodía que ya mi padre dirigía y yo participaba en tres cortes comerciales de lunes a viernes además de los que hacía al despertar y por las noches que siempre fueron pocos porque tenía que hacer las tareas y sacar buenas notas. Mis padres fueron muy estrictos en eso siempre.

Te voy a escribir tres nombres vinculados a ti desde que gateabas. Defínemelos con un párrafo: Marcos Behmaras, Germán Pinelli y Goar Mestre (Como seguro que te desbordas puedes llegar a diez. Ni uno más)

A Marcos lo conocí tarde cuando se suprimieron los anuncios en TV y comencé a hacer pequeños papeles como actor infantil. Tengo pocas memorias de él y lo que sé me lo contaron mis padres que le adoraban. El propuso que Detrás de la Fachada, que no fue un programa concebido para mi madre sino para la gran Mimí Cal, fuera sustituida por ella cuando Mimí se marchó a Puerto Rico con su esposo Leopoldo Fernández. Fue una gran oportunidad que siempre le agradeció. A Pinelli siempre le dije, desde chiquillo, Papá Germán y eso te lo dice todo. A mi padre biológico le decía Papi. Papá Germán fue una figura entrañable en la familia y todos, me incluyo, aprendimos de su talento, cultura, profesionalismo y generosidad. Para todos fue un maestro y para mi madre un guía. Hay pocos seres a los que se quiso tanto en casa y sin intermitencias. Pienso en muchos más; Carballido Rey, Felix B Caignet, Enrique Santisteban, Eduardo Egea, Lilia Lazo, Enrique Almirante, Roberto Garriga, Enrique Arredondo, Dinorah del Real, Margarita Balboa, Ángel Toraño, Carlos Paulín, Reinaldo Miravalles, Juan Carlos Romero, Rosa Fornés, Enrique Núñez Rodríguez, Iris Dávila, a Pedraza Ginori mucho después ¡Uff son tantos que se atropellan! No menciono músicos porque ellos entraban a CMQ, hacían su labor, y salían. Goar Mestre y sus hermanos eran nuestros empleadores y llegaron a ser de alguna manera amigos de la familia. Conmigo Goar tuvo una relación cálida y hasta traviesa, dicen que jugábamos a las bolas en los pasillos de CMQ y que siempre me despedía pasándome la mano por la cabeza y una sonrisa de padre. Le pagó bien a mis papás, y a mí, nuestro trabajo y solo guardo de él cariño, el amor y el ejemplo que sentía por su profesión y la consideración para con sus trabajadores. No pierdas de vista de que cuando Goar se marchó a la Argentina yo iba a cumplir siete u ocho años. Mucho de lo que valoro de él viene por las remembranzas de mis progenitores que siempre lo respetaron y las pocas que atesoro a estas alturas de mi vida.

Foto: Archivo de la familia.

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Cuando ya caminabas y hablabas ¿recuerdas cómo fue tu visita y juego en un estudio?

La mantequilla Nela era la preferida de Amaury… según el comercial. Yo fui un niño como todos, nunca tuve dotes especiales ni me destaqué por entre los demás y mis juegos dentro de la TV, donde prácticamente vivía, eran corretear, esconderme detrás de backings y en estudios de TV o radio pero siempre bajo la supervisión de mis mayores porque allí uno no se podía sobrepasar. Mis amiguitos televisivos eran Enrique Almirante Jr., Carlitos Espasande y María Elsa Estanillo que hacían el mismo trabajo que yo pero con otros productos y obviamente otros patrocinadores.

¿Nunca odiaste a la televisión porque te quitaba a mamá y papá? ¿Tú fuiste criado con leche materna? ¿Cómo se las arreglaba Consuelo?

Amaba la televisión, estar allí, recorrer sus pasillos, y nunca cuestioné que mis padres no estuvieran porque hasta los nueve años cumplidos casi siempre los acompañé. Con el triunfo y desarrollo de la Revolución las cosas comenzaron a cambiar y mis padres se convirtieron en los grandes ausentes para mi y mis hermanos, pero esa es otra historia. Mi madre nunca pudo darme el pecho y me criaron con los nuevos métodos proporcionados por los productos de la Gerber y esos me los podía proveer cualquiera.

Dime el primer regaño fuerte que recuerdas relacionado con la TV.

No recuerdo ninguno. Era un niño juguetón y ciertamente intranquilo pero muy aplicado y responsable.

¿A qué se dedicaba el niño Amaury cuando no estaba con la mamá cerca de las cámaras?

A leer. Siempre y desde que aprendí las primeras letras el conocimiento y la curiosidad fueron mis aliados.

¿Cuáles eran tus juegos preferidos? ¿Te fajabas mucho con tus amigos?

Los juegos normales de la época: izar papalotes, armar aviones y barcos, leer y coleccionar muñequitos, también postales con los rostros de los ases del béisbol (mi primo segundo era Willy Miranda short stop de Los Almendares), las bolas, jugar a los soldaditos, y sobre todo a robarme los libretos que quedaban abandonados por los actores en los estudios e intentar representarlos en la calle con mis compañeros de juego en Fontanar de manera muy elemental. Yo nací en la clínica Marfán y de ahí me llevaron a un apartamento en 25 y O, un apartamento pequeño que luego se convirtió en otro un poco más grande en N entre 25 y 23, más tarde nos mudamos a Fontanar cuando el sueldo de mis padres les permitió comprarse un terreno, (también uno de playa en Bocaciega), y fabricar dos casas; una para nosotros y otra para mis abuelos paternos (El de Bocaciega lo perdimos). Uno tiende a edulcorar los recueros pero en Fontanar fui definitivamente feliz. Regresar ahora de vez en cuando es una experiencia que me estremece. Allá vivimos hasta 1968 cuando volvimos al Vedado. Y nunca me fajé con nadie por cierto.

Foto: Archivo de la familia.

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¿Me hablas del primer día que fuiste a la escuela? ¿Quién fue tu primer (a) maestro(a)? El jabón Rina

Mi primer día escolar fue en una clase que se impartía en el kindergarten The Musical Garden (El Jardín Musical) que estaba en Fontanar y todavía escucho el sonido de libretas, las profesoras ofreciendo sus clases en inglés tocando el piano, y el olor de los lápices de colores marca Mirado. Me encantaba ir al colegio, afición que fui perdiendo cuando terminé la primaria con excelentes resultados académicos. Recuerdo dos maestras: A Carmelina y a Zuluppa Olivé. Esta última fue mi amiga hasta el final de sus días. Todavía, a estas alturas, cuando ya no está, le pregunto cosas y despejo dudas laborales y existenciales. Fue otra de las muchas madres alternativas que tuve.

¿Qué recuerdas del primero de enero de 1959?

Mis padres estaban en Caracas. Mi viejo y mi tío Tabaré, que era camarógrafo, estaban asilados allí y mi madre fue a verlos. Yo estaba preparándome para ir a misa con mi tía abuela Carmen y mi abuelo paterno gritó muy entusiasmado desde el pasillo hasta la cocina, donde mi abuela preparaba el desayuno, que sus hijos regresarían porque la Revolución, a la que también estaba adscripto, había triunfado y ella respondió: ¿Triunfó la Revolución? ¡Pues a prepararnos para la vuelta de los muchachos! No recuerdo mucho más. Hasta para mí era un secreto el paradero de mis padres.