¡Buena Bola! Hablando de play off y pasiones

No me gusta dejar a la gente hablando sola, de ahí que siempre que tengo tiempo me gusta comentar algo sobre los mensajes de los lectores (o los foristas) como dice mi bien amada Paquita

Amigo Dany: despreocúpate que ella se venga, la Paca me cae como un pitirre por teléfono cada vez que Industriales está debajo; cuando es su equipo quien recibe palos desconecta el teléfono, o te dice que estaba viendo la telenovela. O sea que con ella no hay quien gane.
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Mi estimado Mich@: No tengo por qué ocultar que mi equipo favorito es Industriales; no soy comentarista deportivo, pero si lo fuera creo que tampoco ocultaría mi pasión. Me parece una mitología, absurda y de doble moral, eso de que se escriba desde una imparcialidad como si el periodista no fuera un ser humano, y no sintiese afinidades, es como desamorarse para ejercer un oficio, Lo que si debe hacer un comentarista deportivo es tratar de no dejarse arrastrar por la pasión, y disparatar por ello, y caer en mentiras, o tapar “el sol con un dedo”. Su profesionalismo debe acercarlo a la objetividad, sin tener que negar u ocultar su identidad o afinidad.
Ahora, esta sección que hemos abierto no es de profesionales del deporte, si bien los que estamos escribiendo nos dedicamos a las letras, incluso al periodismo. Y precisamente, participamos para el debate desde nuestras posiciones de seguidores de uno u otro equipo, yo soy Industrialista y Paquita Antidustrialista. Natural de Holguín, su equipo es realmente Santiago de Cuba, y ahora está enamorada ciegamente de Víctor Mesa por lo que apoya a Matanzas. Ella pertenece, como bien dices, a ese amplio sector del público que le va a cualquier equipo menos a los Azules.
En cuanto a lo que viene, como dije en el artículo no creo que Industriales ya ganó tiene que batirse, si bien en ventaja aún de un juego, y de tener su staff de pitcheo con sus principales figuras listas; Pinar va a contar con un público que de seguro ya está abarrotando el Capitán San Luis. De tal manera di mis razones por las cuales creo que Matanzas para nada es el campeón que muchos pregonan; ha jugado muy bien durante toda la temporada pero el play off de verdad (por las razones que expuse) es el que viene, sea con Industriales o con Pinar.
Volviendo al punto de mi “fanatismo” soy desde pequeño seguidor, muy apasionado, de Industriales, pero por encima de ello, soy un empedernido fanático del beisbol; te digo más: prefiero ver buena pelota, aunque pierda, a ganar sin gran mérito. Por ello mientras mejor es el rival más lo disfruto. Si se va Industriales, me duele, pero sigo con entusiasmo la final Pinar del Río-Matanzas, que sería también un gran play off.
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Amigo El Montero. Ciertamente pasa en muchos aspectos de la vida, que el cubano tiene como una especie de actitud mediática, que en cuanto le encienden una cámara frente busca de inmediato el deber ser, por encima de lo que es, entonces dice lo que cree correcto. Algunos, para evitar equivocarse, repiten lo que dijo el anterior, de ahí que haya frases acuñadas, como la de “vamos a da lo mejor de si”, o “de mi” —o de “nosotros” en el mejor de los casos, que llega al paroxismo.
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Amigo Pésimo: aparte de Pésimo eres bien Parco
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Jack: Pudiera ser, pero la duda es la llave del conocimiento, no sugieras que renuncie a ella.
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Amigo Thol: Cubadebate, ciertamente, no es un periódico provincial, es, precisamente un rincón para que circulen y hasta confluyan ideas diversas; si tengo que criticar a Matanzas y su director, sencillamente lo critico, igual marco lo que me parece mal de otros equipos y otros directores (como hice sobre el toque de bola de Pinar en el primer inning en el Latino). En cuanto el equipo de Matanzas creo que sí que tenía y tiene hasta para poder ganar el campeonato, pero eso no desmiente las injusticas o azares que disminuyeron a Villa Clara. Realmente, lo de Freddie Asiel no tiene nombre, ni antecedente jurídico en el beisbol. A mi nunca me han gustado que un lanzador tire un deadball a propósito, —a pesar de que esa tradición viene desde el siglo XIX cuando los outs se sacaban tirando la bola al cuerpo del corredor. Creo que, por ejemplo, cuando un bateador de da jonrón, al siguiente lo que tengo es que poncharlo, en lugar de tirarle la pelota contra el cuerpo. Pero eso es una cosa, y otra, suspender por el resto de la temporada a alguien por dar un pelotazo. Es una medida desmesurada, y es difícil pensar que no hay gato encerrado en esa determinación. Pero bueno, eso no demerita al equipo Matanzas que ha jugado una temporada arriba todo el tiempo; solo puntualicé que lo hasta aquí visto no asegura a ese equipo ser el campeón, lo que viene es bien fuerte, a juzgar por la manera en que están Pinar e Industriales, sin dudas a un nivel muy superior al que llegó Villa Clara a la final. Creo que los Cocodrilos están en el momento climax, con toda la energía de lo que viene sucediendo progresivamente desde hace 3 años, y con los resultados de esta temporada; con un público delirante, imaginativo, entusiasta. Sin ánimo de ser severo en la crítica, quiero dar un toquecito de advertencia, ojo con el entusiasmo, y la explosividad (amada, pero peligrosa), en un juego con Villa Clara, Víctor Mesa, regresando de una conferencia con su lanzador, hizo una señal hacia al público pidiendo apoyo. De manera que es presumible que la temperatura suba en la final, —y esto cabe para el público también de la otra parte— no debemos dejar arrastrar de la felicidad o el dolor, hacia el odio, o la violencia. Lo remarco pues, como he visto las pasiones la final de este año estará entre las más caldeadas, si le sumamos el estado del arbitraje, más algunas violencias inusuales durante esta temporada, creo que estamos ante una final sabrosamente fuerte, pero no debemos ni un instante echar a un lado el espíritu deportivo. Siempre pienso en el gesto caballeroso de Giraldo González, el torpedero de Pinar del Río, tras el jonrón de Marquetti frente a Rogelio García que decidió el campeonato de 1986. El gran batazo los dejaba al campo, el público se lanza para el terreno desde que la bola iba por el aire, cuando viene llegando el jonronero azul a segunda, el primero en extenderle la mano, reconociendo al rival, fue precisamente Giraldo, lo cual ha quedado como imagen de la hidalguía y el espíritu deportivo.

Amigo Gri: Coincido plenamente, tanto en lo de los grandes conocimientos de Víctor Mesa sobre el beisbol, como en lo complicado que son sus excesos de pasiones, ya me referí anteriormente a aspectos como gritar públicamente a sus jugadores, o ese otro simple detalle de lanzar el público contra el rival con un gesto. Siempre me ha gustado los peloteros explosivos y él ha sido un clásico en eso, pero igual, creo que hacer todo lo posible para ganar, no quiere decir ganar a toda costa.