ALIEN X: pequeña crónica

Si un habitante de otra galaxia  estuviera observando el comportamiento terrícola actual, quedaría muy confundido. Su bitácora debe estar repleta de interrogantes. En la columna de lo que se dice estaría anotado que en los mismos sitios donde se proclaman altamente calificados en materia de libertades, se prohíbe o reprime con holgura homicida.

No se permite, en la apacible Canadá, así como así,  que los jóvenes protesten por la subida de las matrículas estudiantiles. En Chile ocurre algo parecido, pero también -disculpen las distancias- en  Gran Bretaña, donde, pese a que David Cameron encarece la oportunidad de lograr estudios superiores y sigue recortando en materia sanitaria, para no hablar de otros etc., Isabel II dio inicio a los festejos por el sexagésimo aniversario de su reinado.

Al convite de apertura (habrá mucho jolgorio durante el año) fueron jeques y príncipes petroleros que reducen a las mujeres a seres de categoría inferior, aunque aplaudan a una que tiene corona y cetro. Son gobernantes que actúan con ferocidad contra sus ciudadanos cuando estos les piden no ser excluidos o rechazan andar hambrientos cuando tan poco coterráneos exhiben  ofensivos lujos.

¡Rarísimo! Entre los gastos que no reducen estos invitados ¿de honor? están los de índole  militar, elevados para darle músculo a sus posiciones frente a eventuales sucesos bélicos en el Medio Oriente, como sería un ataque a Irán.

Para el Buen Alien que escudriña el modo de pensar y hacer de los habitantes del Planeta Azul,  emprender un castigo armado contra los persas debe estar clasificado entre los contrasentidos indescifrables desde su cultura.

Muy cerca hay otro país que sí tiene armamento atómico ¿por qué nadie les censura ni intentan acciones para sofocar su economía? Si no fueron los palestinos quienes cometieron el Holocausto judío ¿por qué les hostilizan y despojan y quienes decidieron crear Israel, no hacen nada para evitar semejante injusticia?

Cuando se crean leyes para justificar una incursión bélica contra Irán, se piensa en que esta generaría otras, quizás la tercera de magnitud mundial. Algunos chiflados ven en esa ¿opción?, el remedio para una crisis tan inmanejable como el modelo económico que la provoca.

En lugar de escuchar los consejos de muchos economistas para remediar el pandemónium desatado,  piensan que por medio de una hecatombe planetaria, (ilusamente la suponen controlable),  eliminarán ese germen que con el término Indignados o Occupy Wall Street o Occupy London, o todos quienes protestan en Chicago o Frankfurt  contra un FMI un Banco Mundial o hasta una ONU, creadas para mejores propósitos, personas opuestas a que se siga expulsando familias de sus casas o trabajos. Un movimiento en expansión, creciendo como no imaginaron nunca los privilegiados. Y pudiera no faltarle levadura.

Aliencito X  estará calculando: si la creciente desconfianza-rechazo de tantísimos en diferentes latitudes con similares motivos,  es de tal magnitud, deberían reconfigurar el ¿orden? existente, sus bases y mecanismos o su pésima proyección, que en la actualidad desborda todo lo presumible.

El des-orden que actúa,  por medio de entidades políticas o financieras y lo asumido como ideal por uno cuántos, pero muy demostrado que no opera según los requerimientos de la mayoría, sean elecciones o formas de gobernar, necesitan terapia rigurosa o urgente cirugía.

Nuestro extra terrestre no examina a los habitantes de la Tierra buscando invadirla, aunque viendo cómo la maltratan también a ella, piense que se merecen un buen correctivo.

No sin tristeza, guarda sus apuntes y se marcha hacia otro sitio del ancho universo donde no predominen mezquinos egoísmos, injustificables injusticias o la necia y corrosiva estupidez.