El portugués asumió la responsabilidad de tirar el primero... y lo falló. Foto: Ángel Rivero
Ninguno de los favoritos pudo avanzar en las semifinales. Dos partidos trepidantes dejaron fuera al Barcelona y al Real Madrid, los primeros se estrellaron ante la muralla de Roberto Di Mateo, quien debe ser renovado después de la gesta lograda con los "blues", los segundos a manos de los alemanes en la fatídica tanda de penales.
El Barça siguió fiel a su filosofía del tiki-taka, y cuando ya tenía el encuentro en el bolsillo y todos daban por seguro la clasificación, ocurrió el milagro. Lampard da un pase espectacular ente líneas a Ramírez y el brasileño define como Messi: una vaselina espectacular; un gol sicológico, que si bien dejaba a los catalanes con 45 minutos para la reacción, también los dejaba con muchas dudas. El tanto dejó sin valor las anotaciones de Busquets e Iniesta, y dejaba a los azulgranas fuera de la final.
No hubo cambios en el panorama, y los dioses se confabularon para dejar afuera a los pupilos de Guardiola. Messi estrellaba un penalti al travesaño y otro disparo al palo. Un gol bien anulado por fuera de juego de Alves ahogaba el grito del Camp Nou. Pero el final fue lo mejor: Torres corriendo solo, de la nada, hacia la puerta de Valdés, le hizo una finta y el esférico entró por todo el centro de la portería. Final.
Merecida victoria del Chelsea; tomaron venganza de lo ocurrido en 2009, además de que estuvieron superiores al Barça. Es sencillo, el fútbol no es para jugar bonito, es para ganar. Grecia alzó una Eurocopa jugando súper-defensivo, lo mismo hizo el Inter a los azulgranas en el Camp Nou hace dos años, y ayer le tocó a los ingleses. Pero los culés deberán aprender la lección; la próxima temporada será difícil que alguien los derrote con ese planteamiento, ya sería demasiado, como mismo sería demasiado continuar renegando la necesidad de un centro-delantero. Visca el Barça, porque no quiero ninguna acusación de blanco, soy culé y me duele mucho la derrota.
Lo del Real Madrid hoy fue peor. El partido amarrado en 20 minutos, dos goles de ventajas y regalaron la iniciativa a los alemanes. Bien por Cristiano con los dos goles. Les anotaron el gol que provocaría la prorroga con toda una hora de partido por delante y ni se inmutaron. Robben marcó de penal tras tocar el esférico en los guantes de Casillas. Pero hasta ahí el encuentro. Partido lleno de emociones pero después de la media hora desaparecieron los goles. Ocasiones desaprovechadas, atajadas espectaculares, el caso es que el luminoso se mantuvo 2-1, el mismo resultado de la ida; durante la prórroga nadie se despeinó. El cansancio y la tensión son una combinación fatal.
Llegaron los penales. La lotería de la pena máxima. Horror. Corte de la transmisión para ofrecernos los play-off de la pelota cubana. Si fuese el último inning de un partido de la final, lo entendería, pero cómo van a quitar la tanda de penales para dar paso a un juego de pelota de cuartos de final que aún no define nada.
Respirar profundo. Cristiano y Kaká sufrieron las atajadas de Neuer. El guardameta alemán puso en alto la tradición germana; a veces he llegado a pensar que los teutones no tienen nervios. Pero Casillas no quiso defraudar a su hinchada y detuvo dos lanzamientos: Toni Kroos y Lahm fueron víctimas de dos paradas del campeón del mundo. Xabi Alonso anotó y todo estaba en manos de Ramos. Y me perdí. ¿Qué hacía el defensa español cobrando ese penal? No lo sé. Granero e Higuaín estaban frescos. En mi opinión, Mou confió demasiado en él y el resultado fue catastrófico: envió el balón a las nubes y enterró las esperanzas de los merengues. Bastian anotó y el sueño de la décima se sigue prolongando para el Madrid.
Un año donde todos se ilusionaron ante una posible final española en la Champions termina en decepción para la fanaticada del Barça y el Real. El Chelsea tratará de hacer historia y obtener su primera Champions; si lo logran, Hollywood tendrá un buen tema para una película: remontada al Napoli, final de infarto ante el Benfica, eliminación de "el mejor equipo del mundo" y terminar alzando la orejona, pero es solo una suposición; para ello deberán vencer al Bayern en su propia casa, y eso no parece tarea fácil.
Personalmente, espero que tanto Mourinho como Guardiola hayan aprendido sus lecciones. El Real Madrid no puede ser tan conservador con esa potencia goleadora que posee. Y el Barça debe buscar variantes de juego, debe encontrar la manera de destrabar el cerrojo que colocan los grandes equipos para hacer inútil la posesión del balón.