Septiembre en las agresiones contra Cuba. 1977-1988 (II)

Por José Luis Méndez Méndez*

Los años del terror contra Cuba, que se habían mantenido desde el triunfo de la Revolución, continuaron en las décadas siguientes. El criminal Orlando Bosch Ávila detenido en Caracas, Venezuela, había reconocido en privado haber concebido y dirigido el plan para hacer estallar en pleno vuelo un avión civil cubano, como lo había intentado con anterioridad en trece ocasiones más sin éxito, se sentía realizado en su objetivo de atraer la atención pública sobre su persona.

En el marco de la Operación Cóndor, la organización terrorista Comandos Pedro Luis Boitel, bajo las órdenes del criminal Orlando Bosch, se adjudicó el 9 de septiembre de 1977, el hundimiento del barco cubano Río Damují en el puerto de El Callao, Perú, ocasionó daños de consideración. Otro barco cubano, el Río Jobabo, había sido hundido en el mismo puerto dos meses antes.

El 4 de septiembre de 1978, la organización terrorista Omega-7, colocó una bomba que estalló en la Misión de Cuba ante la ONU en New York, los daños fueron considerables y resultaron heridos dos policías norteamericanos que custodiaban el inmueble. El gobierno cubano presentó ante la ONU el documento A/AC 154/173 de la misma fecha donde denunció el acto vandálico.

El 21 de septiembre, al cumplirse dos años del asesinato en Washington del ex canciller chileno Orlando Letelier y en los momentos en que se sostenían conversaciones entre representativos de la comunidad cubana en el exterior y las autoridades del gobierno cubano, se produce un acto terrorista, que recordó la explosión en pleno vuelo del avión el 6 de octubre de 1976 en Barbados.

Un avión civil, que se dirigía a Cuba para trasladar a Estados Unidos a una delegación de citricultores norteamericanos que se encontraba en Cuba, desapareció antes de llegar a La Habana, sin dejar rastros. En Miami, la organización terrorista denominada Hijos de la Estrella Solitaria, se adjudicó el hecho criminal ocurrido en las Bahamas.

El 25 de ese mes, nuevamente Omega-7, amenaza de muerte a funcionarios cubanos de la Misión de Cuba ante la ONU en New York.

Estas amenazas se hicieron realidad, cuando el 11 de septiembre de 1980, Omega-7 se adjudicó el asesinato en el barrio de Queens en New York, del diplomático cubano Félix García Rodríguez acreditado en la mencionada sede diplomática. Los ejecutores materiales del asesinato aún están impunes y gozan de libertad y movimiento para actuar en Estados Unidos.

El 29 de septiembre, la organización terrorista Alpha-66, envía a un grupo de sus hombres para infiltrarse por vía marítima en Cuba, por la zona de Cayo Piedras, Varadero, Matanzas, para promover la subversión armada. Todos los participantes son capturados.

El 11 de septiembre de 1981, una vez más Omega-7 se acreditó haber colocado una bomba que estalló en el consulado de México en Miami, Florida. Colocó otra bomba contra la misma representación consular mexicana en New York. Ambos hechos ocasionan daños considerables. El mismo día atentó contra la sede principal de la revista Réplica en Miami, cuyo director había asistido a los intercambios entre cubanos emigrados y las autoridades de Cuba, encaminadas a estrechar los nexos y resolver situaciones de interés común. Proyecto al cual se oponían las corrientes más agresivas, agrupadas en los grupos terroristas, que llegaron incluso a asesinar a varios participantes en estos esfuerzos. Entre los ejecutores de tales asesinatos se destacó la mencionada Omega-7.

Desde la cárcel en Venezuela, Orlando Bosch que continuó dirigiendo al terrorismo anticubano, indicó atentar contra los intereses de Venezuela en el mundo, como presión para que su caso fuera resuelto a su favor. El 3 de septiembre de 1982, Omega-7, hizo estallar una comba en el consulado venezolano en Miami, Florida. El 8, otra bomba fue detonada por terroristas de la propia organización contra una empresa norteamericana en Chicago, Illinois, y el 25, atentó por medio de una bomba contra una empresa de envío de medicinas desde Miami a Cuba, a la cual causó daños de consideración.

Estos actos de terror, que se ejecutaron contra los intereses de Cuba y otros países en el exterior, en la siguiente década se registrarían algunos dentro del territorio nacional, dirigidos a amedrentar a los inversionista extranjeros, a los turistas y viajeros y dañar la economía emergente cubana, orientada a buscar alternativas que mantuvieran viable el proceso revolucionario a pesar de las agresiones de todo tipo y un bloqueo generalizado e internacionalizado, que durante décadas ha tratado de someter al pueblo cubano y derrocar a su Revolución, garante de las conquistas alcanzadas.

*Es profesor e investigador universitario