Hay litio en Afganistán

¿Será raro que el Pentágono haya tenido a su cargo informar sobre el descubrimiento de  grandes depósitos minerales en Afganistán? No será debido a que tienen invadido el país centroasiático,  pues hasta eso mismo es cuestionable ahora, sobre todo si llega a comprobarse que Estados Unidos tenía conocimiento de la existencia de estas vetas  desde los años 80.

Que hubiera geólogos trabajando en el país centroasiático  en plena guerra, hace suponer que algo se trasuntaba o, cuando menos, hubo sospechas de la existencia de esta riqueza que, según las preliminares del caso,  podría cambiar en algunos años las características y el nivel económico de Afganistán.

Hay oro en grandes proporciones. Lo mismo sucede con el hierro y el cobre, aparte del  litio y niobio, estos últimos sustancias raras y escasas. Solo el litio se tiene como indispensable para las modernas tecnologías de hoy o del futuro puesto que se piensa en ese material para la fabricación de las baterías, sean para móviles o las proyectadas, por livianas, en los automóviles eléctricos.

El hallazgo está valorado de momento en algo así como un millón de millones y pudiera ser superior. Por algo será que pertenece al Pentágono el grupo de trabajo que está asesorando al gobierno afgano sobre el modo de organizar el sistema de explotación mineral, junto a las indispensables empresas norteamericanas o con predominio de ellas, entre las multinacionales.

Casi todos los reportes circulando sobre el tema aluden a que la rareza o el valor de estos recursos pudieran aumentar la violencia y la inestabilidad en Afganistán pues casos como el del Congo, también poseedor de minerales valiosos (solo por el coltán es víctima de trapacerías usurpadoras que dan vergüenza), sufre un costo humano enorme y un estancamiento de su desarrollo desproporcionado, tratándose de un pueblo que por su patrimonio natural debiera encontrarse en otro status. ¿Ocurrirá igual o parecido con los afganos?

Según las noticias hace dos años que los especialistas norteamericanos trabajan en la búsqueda de esta riqueza. Las prospecciones suelen hacerse cuando existen elementos previos para suponer que existe lo que se busca. Por eso no huelga preguntarse si la invasión misma en el 2001 no tuvo en sus bases este acontecimiento y si la decisión de Obama de aumentar las tropas, cuando antes hablara de todo lo contrario, se relaciona con el recién develado evento. Altruismo nunca hubo. Pensar en intereses materiales es más realista.