Obama cumplirá medio año en Washington sin variar ni un ápice bloqueo a Cuba

El presidente norteamericano, Barack Obama, cumplirá el próximo 20 de julio sus primeros seis meses en el poder sin variar ni un ápice el prolongado cerco económico, comercial y financiero que impone Estados Unidos a Cuba desde hace 50 años, pese a los reiterados llamados de la comunidad internacional para que Washington ponga fin a esa política hostil hacia la isla caribeña.

Lejos de emprender acciones dirigidas a eliminar esa fracasada y agresiva conducta, tras su llegada a la Casa Blanca, en enero pasado,  la actual administración estadounidense encabezada por Obama ha insistido en la aplicación de sanciones a empresas y otras entidades por supuestas violaciones del bloqueo a Cuba, que ascienden a casi 400 mil dólares.

Precisamente la pasada semana la Oficina de Control Activo Extranjeros (OFAC) multó con 128 mil 550 dólares a la filial norteamericana Philips Electronics of North America Corporation  por  operaciones de compra venta de equipos médicos realizados con la nación caribeña entre 2004 y 2006.

La penalización a Philips, una afamada multinacional de origen holandesa, ha sido la mayor impuesta a compañías en Estados Unidos durante el año fiscal 2009, acorde con informaciones de medios de prensa internacionales que citaron al propio Departamento del Tesoro.

Según las mismas fuentes, desde que Obama asumió las riendas de la Casa Blanca, un tercio del dinero recaudado por la OFAC corresponde a sanciones aplicadas a empresas norteamericanas por supuestas violaciones del bloqueo contra Cuba.

Tal accionar evidencia que la persecución por parte de Washington a compañías que pretenden comerciar con la mayor de las Antillas no ha cesado un minuto, y que la más larga y cruel guerra económica impuesta a un país en la historia de la humanidad se mantiene intacta.

Igual demuestra que las supuestos deseos de la administración Obama de acabar con la hostilidad de su país hacia Cuba y abrir una nueva etapa en las relaciones con la Isla, augurados por analistas políticos hace seis meses, se han quedado únicamente en intenciones, si verdaderamente alguna vez lo fueron.

A su vez confirma que el primer presidente negro norteamericano ha hecho caso omiso a los continuos y unitarios llamados de la comunidad internacional para que de una vez por todas se elimine el injusto bloqueo que sufre desde hace cinco décadas el pueblo cubano por su decisión inalterable de defender su soberanía e independencia.

No ha habido un solo escenario internacional en los últimos meses en que no se haya demandado a Washington terminar con su política de cerco a Cuba, una esperanza que algunos analistas vislumbraban  luego de la llegada de Obama al poder en Estados Unidos, pero que aún constituye un lejano sueño, a juzgar por los hechos.