El absurdo que sigue

Poco oído se ha prestado en Washington al poderoso reclamo universal, y especialmente de Latinoamérica, para que cese su absurda política hacia Cuba. La inteligencia del mandatario norteamericano parece poco acompañada por quienes le asesoran en sus acciones hacia nuestro país.

Gestos, es la palabra a gusto de los voceros y funcionarios de la actual administración. Los suyos hacia Cuba, en buena parte, dejan de desear.

Cuando muchos presagiaban el fin del fracasado proyecto de las mal llamadas Radio y Televisión Martí, la Casa Blanca ha vuelto insuflarle aire solicitando al Congreso un multimillonario presupuesto para el 2010. Una suma de 32,4 millones de dólares es la propuesta que la Junta de Transmisiones de EE.UU. presentó para las emisoras anticubanas, que a lo largo de más de dos décadas han gastado más de 500 millones de dólares del contribuyente norteamericano, sin resultados visibles para la estrategia imperial.

Críticos del proyecto señalan que es una concesión de la administración para complacer a los sectores recalcitrantes de la mafia de Miami y los congresistas que la representan. El propio libelo de Miami "El Nuevo Herald" señalaba recientemente: "Radio y TV Martí... han sido acusados desde hace mucho de ser inútiles inventos federales que emplean a personas con amistades influyentes en la política". Por su parte, el representante demócrata por Massachusetts, Bill Delahunt, declaró: "¿Cuál es la justificación para continuar financiando TV Martí? ¿Para qué seguir financiando una operación con beneficios absolutamente nulos?". Otro congresista, el senador demócrata por Oregón, Ron Wyden, señalaba mordazmente hace ya un tiempo: "Lo que hemos estado dando al pueblo cubano es estática y llovizna... y es precisamente la llovizna más cara que hayamos visto en el planeta."

El compromiso con el fiasco radiotelevisado se suma al de la aplicación obstinada del bloqueo. La Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) dio a conocer en su informe mensual de abril las penalidades impuestas a las compañías norteamericanas por supuestas relaciones con Cuba. Una de ellas fue la firma texana Varel Holding, vinculada al negocio petrolero, a la que acusaron de haber hecho exportaciones a la isla desde una de sus subsidiarias en el exterior. Fue multada con 110 mil dólares. La otra compañía sancionada es EFEX Trade LLC, que fue multada con 2 mil dólares por un envío sin licencia a Cuba.

La permanencia de nuestro país en la lista negra del terrorismo elaborado por el Departamento de Estado y la no respuesta a la solicitud de visa de Silvio Rodríguez para asistir como invitados al Concierto Homenaje por los 90 años del legendario cantante y luchador por los derechos civiles, Peter Seeger, son otros gestos recientes que dan fe de la poca voluntad de cambio hacia Cuba.

La Cámara de Comercio y varios congresistas pidieron recientemente en Washington, en nutrida conferencia de prensa, el cese definitivo de la política de bloqueo. Casi nadie, amén de los cavernícolas, comulga ya con ese genocidio. ¿Habrá valor para acabar con el absurdo?