Tristes recuerdos de Auschwitz

Sesenta años se cumplen de la liberación del campo de concentración de Auschwitz por el Ejército Rojo de la extinta Unión Soviética. Aquel 27 de enero de 1945 se reveló al mundo en toda su magnitud el infierno dantesco organizado por la maquinaria genocida nazi con sus escenas de muerte, trabajo forzado, cámaras de gas, fusilamientos y torturas.

Lamentablemente para la humanidad, Auschwitz no es pasado histórico, es presente trágico. Los fascistas de estos tiempos, con más poderío y refinamiento, han traído a la actualidad las terribles escenas de los campos de concentración. Abu Grahib, la ilegal Base Naval de Guantánamo y otras cárceles secretas de Estados Unidos alrededor del mundo han revivido los métodos de torturas, vejaciones y ejecuciones extrajudiciales de sus antecesores nazis.

Con el mismo cinismo y crueldad con que se arrojan bombas de racimos y se usan armas químicas contra las poblaciones civiles de Afganistán e Irak, se tortura en el Campo Rayos X o en las mazmorras de Abu Grahib. El imperio decadente abusa de su poderío. Pero la historia enseña que los más poderosos imperios han caído envueltos en su soberbia. Eso debiera aprenderlo el Emperador recién coronado en su segundo mandato.

Recordar Auschwitz, a 60 años de su liberación, debe servir a la humanidad para impedir que otra vez los horrores del fascismo vengan de la mano de un ególatra, el cual sueña con implantar una tiranía mundial a la usanza del sueño supremacista de Hitler.