“Juguetes inteligentes” pueden ser vehículos para espiar y robar datos personales, advierten expertos

Los juguetes inteligentes contienen elementos electrónicos (micrófonos, cámaras, reconocimiento de voz, sensores de proximidad o transmisores de radio o bluetooth). En algunos casos, también elementos de inteligencia artificial. Foto: EFE.

Expertos en ciberseguridad afirmaron este miércoles en Madrid que la mayoría de los “juguetes inteligentes” más vendidos pueden ser usados para espiar ilegalmente los hogares y robar datos personales o credenciales de los usuarios.

Esas y otras conclusiones están incluidas en un estudio sobre la ciberseguridad de los juguetes inteligentes elaborado por la empresa S2 Grupo y presentado durante una rueda de prensa en la capital española, durante la cual se hizo una demostración de cómo se puede interferir desde un ordenador en uno de esos dispositivos hasta tomar el control por completo.

Entre los riesgos asociados a este tipo de juguetes han mencionado, además, la posibilidad de que una tercera persona pueda tomar el control remoto de esos dispositivos (por ejemplo, de un dron) con fines delictivos, la interceptación de las comunicaciones o la suplantación de identidad.

El director de la empresa, José Rosell, dijo que los niños y sus familias están desprotegidos.

La mayoría de esos juguetes recopilan mucha más información de la que se puede considerar “razonable” (como la localización del menor) y almacenan todos esos datos en “nubes” que nadie sabe dónde están y que pueden ser gestionadas en países donde los estándares de protección de los derechos no sean equiparables a los de la Unión Europea, señaló.

“La tecnología avanza a la velocidad de la luz; las legislaciones no”, afirmó Rosell, y valoró la posibilidad de que todos los juguetes incorporen un “sello de calidad” para asegurar no solo la calidad de esos productos, sino que cumplan con los estándares de protección de la intimidad y de los datos personales desde el punto de vista de la ciberseguridad.

Al presentar el informe, los responsables de la empresa comentaron algunas de las polémicas más recientes con juguetes de este tipo: desde un oso de peluche para el aprendizaje interactivo que podía acceder a los datos privados de un menor, hasta una muñeca que recopilaba datos de forma masiva (incluidas las conversaciones familiares) y los compartía con empresas externas.

Los juguetes inteligentes contienen elementos electrónicos (micrófonos, cámaras, reconocimiento de voz, sensores de proximidad o transmisores de radio o bluetooth). En algunos casos, también elementos de inteligencia artificial con capacidad de aprender y procesar información sobre el usuario y su entorno.

Entre las principales amenazas, los expertos han citado la suplantación de identidad, la manipulación, la divulgación de información privada, la denegación de servicios o la “elevación de los privilegios” y acceder desde el juguete a otros dispositivos.

El estudio reconoce los beneficios que pueden reportar a los niños estos juguetes en términos de aprendizaje, entretenimiento y desarrollo sociocognitivo, pero también señala la necesidad de que incluyan controles de seguridad para que los padres puedan establecer límites de tiempo, posibilidad de apagar el dispositivo por completo y contraseñas de autenticación fuertes cuando acceden a las redes.

(Con información de EFE)