Palacio de los Matrimonios de Camagüey rescata su esplendor

Exterior del Palacio de los Matrimonios de Camagüey. Foto: Álex López Almaguer/ Cadena Agramonte.

Un moderno proyecto que intenta rescatar el ambiente original en el que nació el Palacio de los Matrimonios de Camagüey se ejecuta por estos días. El edificio principal y el área dedicada a la gastronomía, el mobiliario, los cuadros, la carpintería…, todos son objeto de restauración, para la que se han dispuesto 1,2 millones de pesos procedentes del aporte del 1%.

“Cuando terminemos, las casas particulares se van a quedar temblando”, dice con mucho sentido de pertenencia su administradora, Isabel María Abad Mena, que junto a sus compañeros se inventaron mil maneras para no cerrar las puertas durante los meses de construcción, y continúan brindando los servicios de siempre.

Para alcanzar el objetivo final aúnan esfuerzos por la parte decorativa el Fondo Cubano de Bienes Culturales, representado por Rafael Carlos Reyes Collantes, del Grupo Creación Muebles con Arte, mientras por la parte constructiva está a pie de obra el trabajador no estatal Orestes Torres Álvarez.

Entre los avances de la primera etapa se encuentra la restauración del vitral afectado por un ciclón en el 2008. Cuentan los hermanos Dasmián Omar y David Ernesto Sánchez Prieto, miembros de la Asociación Cubana de Artesanos Artistas y responsables de devolverle la vida a esa obra de arte, que con la técnica del vidrio emplomado usaron los colores más parecidos a los originales perdidos y cambiaron todas las estructuras de plomo, respetando sus dimensiones. “Ahora tiene más rigidez y se recubrirá con una capa de vidrio transparente que antes no tenía, para su mejor conservación”, refieren.

Sin embargo, el camino se torna un poco incierto, pues la madera, uno de los recursos fundamentales y de mayor demanda para la restauración, aún no está disponible en la cantidad que necesita el inmueble, a pesar de las gestiones que no cesan. Este es uno de los motivos por los cuales todavía no se puede definir una fecha para la reinauguración, además de que las pretensiones son abarcar cada rincón de la gran casa, y eso podría extenderse hasta el 2020.

Novedoso modelo de gestión

Vista del del patio interior del Palacio de los Matrimonios de Camagüey. Según sus restauradores, lucirá muy diferente al finalizar la construcción. Foto: Orlando Durán Hernández/ Adelante.

En algún momento, el Palacio estuvo en desventaja con las casas particulares que brindaban una opción similar, pero la realidad dista de aquel entonces. Un novedoso modelo de gestión los ha puesto a competir sin tener nada que envidiarles, por el contrario.

Resulta que la administración de la institución continúa respondiendo a la Empresa de Servicios Técnicos y Personales del Hogar: Protege los precios, vela con celo por la calidad de cuánto acontece, colabora con escuelas e instituciones. Sin embargo, fotografía, atelier y gastronomía están en manos de trabajadores no estatales quienes en su mayoría llevan años de labor allí y sienten esa como su casa. El cambio les dio la posibilidad de ampliar las ofertas y aumentar su economía, y trabajar más a gusto.

“Ahora tenemos buenos equipos que podemos comprar nosotros mismos, atendemos a un cliente, a quien se le dedica tiempo y se trata de complacer en todo. Si tiene carro se hace el recorrido que quiera sin costo adicional; y de haber problemas con las fotos, si la comisión que evalúa la calidad coincide, estas se repiten gratis. El plazo de entrega es de dos meses, pero casi siempre están antes”, comenta Reynol Sánchez Arcas, fotógrafo.

Otro atractivo importante para los clientes son los trajes, que a pesar del esfuerzo en el atelier no eran los más bonitos. Ahora tienen la tarea de aumentar la demanda porque pueden comprarlos nuevos, algo que la Empresa no podía hacer.

“Cuando se termine la rehabilitación queremos empezar con el resto igual de novedoso; y sin variar los precios. Además, tenemos la responsabilidad de que quien nos elija se vaya complacido con las ofertas y el buen trato”, aseguró Bertha Morell Flores, responsable de esa área.

Si algo me llamó la atención de la visita fue la pasión con que la administradora Isabelita, como la llaman todos, habla de su trabajo. Ella lo conoce bien, ya suma 29 años allí cumpliendo diferentes funciones: recepcionista, dependienta de comercio, cajera, recepcionista de fotografía, contratista y jefa de servicio, antes del cargo que ocupa hoy.

Ofertamos bodas, quinces y cumpleaños, estos últimos solo los jueves. En un día podemos hacer la demanda que tengamos. Contamos con siete fotógrafos y cuatro guías, que son quienes los acompañan, pero el 14 de febrero, por ejemplo, que realizamos 14 bodas, todos los trabajadores nos ponemos en función de guías, porque todos sabemos cómo hacerlo.

“Hasta el mes de julio habíamos efectuado 239 actividades, y cuando se termine la reparación deben incrementarse, porque además nos insertaremos en la recreación de la ciudad, tanto nocturna como para centros laborales, pues el área de la gastronomía aumentará las capacidades de 40 a 120 personas.

“Las niñas de 15 no nos prefieren; sin embargo, vienen de otros países y quedan complacidas. Hacemos además cambios de peinado, de maquillaje, contamos con zapatos, vestidos, pieles. Como la gestión de fotografía es particular, ellos están al tanto de las galerías y han invertido en ellas. Ahora queremos habilitar otra porque las fotos de estudio se demoran un poco más.

“El trabajo aquí no es fácil. Como los precios son más baratos llegan muchas personas con problemas, como niñas en sillas de ruedas, cuyos padres no quieren dejar pasar por alto los 15 de su hija, y eso nos toca mucho la sensibilidad. Tenemos historias muy bonitas y mucha gente agradecida que nos recuerda”.

Algo de historia

Así lucía el actual Palacio de los Matrimonios en octubre de 1919. Foto: adelante.cu

El Palacio que hoy tenemos es un legado de Ignacio Agramonte Simoni, hijo de Amalia Simoni e Ignacio Agramonte. Él comenzó su construcción en 1907. Era entonces la finca La Virginia que, según las descripciones de la época, semejaba un bosque de espesa vegetación, reflejo de la belleza cubana.

Al triunfar la Revolución, las personas que allí habitaban abandonaron el país y se le dio varios usos, hasta que en 1980 el Poder Popular lo restaura y se convierte en Palacio de los Matrimonios, inaugurado el 4 de octubre con la presencia de Juan Almeida Bosque.

Su colectivo recibió a Vilma Espín, y los carros que por mucho tiempo se usaron para llevar a la novia hasta la puerta, fueron donados por Fidel. Entre otros acontecimientos importantes registra su historia la boda de Orlando Cardoso Villavicencio en el aniversario 15 de la institución. Hoy, el Palacio tiene la condición de Unidad Modelo, máximo reconocimiento que otorga el sector del Comercio, la Gastronomía y los Servicios en el país a entidades con resultados relevantes.

Los hermanos Sánchez Prieto, acargo de la restauración del vitral del Palacio. Fotos: Cortesía de los entrevistados.

(Tomado de adelante.cu)