Júpiter no es lo que esperaban los astrónomos

El polo norte de Júpiter con el ciclón central y los ocho ciclones que lo rodean. Foto: NASA

Las últimas e impresionantes imágenes obtenidas por la sonda espacial Juno, que fue lanzada por la NASA en 2011, reflejan la presencia de ciclones gigantescos y de bandas de gas en los polos de la atmósfera superior de Júpiter.

Juno, enviada a Júpiter en 2011 para estudiar los secretos de este gigantesco planeta gaseoso, después de un viaje de dos mil 800 millones de kilómetros (una distancia que la luz tarda en recorrer 155 minutos) la sonda, de más de tres toneladas de peso, llegó el 5 de julio de 2016 a la órbita de nuestro vecino del Sistema Solar. Allí se encontró con una atmósfera revuelta y colorida, en la que destacan las tormentas y los vórtices de los polos.

Según un estudio citado por National Geographic a raíz de la difusión de las imágenes de la NASA, en el polo norte de Júpiter los ciclones tienen forma octogonal, con un ciclón ubicado en el centro y otros ocho alrededor. Al mismo tiempo, en el polo sur del planeta gigante se ubican seis ciclones que forman un pentágono.

Asimismo, diversos estudios muestran que las coloridas bandas de gas situadas en la superficie del planeta, que se mueven en direcciones distintas, son más profundas y se extienden más hacia el interior de Júpiter de lo que se pensaba hasta ahora.

Hasta ahora los científicos disponían de poca información sobre lo que ocultan las nubes de color rojo, marrón, amarillo y blanco de este planeta gaseoso. Sin embargo, los últimos hallazgos han permitido descubrir que las extrañas bandas de gas están relacionadas con corrientes de chorro que alcanzan unos tres mil kilómetros bajo de la superficie de Júpiter.

Imagen del hemisferio sur de Júpiter. Se puede apreciar la complejidad del movimiento del gas de su atmósfera. Foto: NASA

(Tomado de Russia Today en Español)