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Sequía y alimentación en Cuba: una respuesta integral desde el Oriente (+ Fotos)

La sequía es un tema de enorme preocupación en el país; no solo por su impacto en la escasez de agua para el consumo humano, sino también en la agricultura. Foto: PMA.

La sequía es un tema de enorme preocupación en el país; no solo por su impacto en la escasez de agua para el consumo humano, sino también en la agricultura. Foto: PMA.

Mucho se ha hablado sobre la sequía en Cuba. Los productores sienten su huella sobre las cosechas; los embalses no llegan a la mitad de su capacidad de llenado; mientras que aún continúan varias familias sin recibir el preciado líquido en sus hogares… Se trata de un tema de enorme preocupación en el país, y no solo por su impacto directo en la escasez de agua para el consumo humano, sino también en la agricultura y la alimentación de millones de cubanos.

De acuerdo con un análisis prospectivo del Programa Mundial de Alimentos de cara al 2080, Cuba podría estar entre los territorios bajo amenaza de inseguridad alimentaria debido a las modificaciones del clima. Una alerta que preocupa y ocupa al país, que acomete en la actualidad varios programas para reducir los efectos de este fenómeno natural.

Sin embargo, aún hay mucho que se puede hacer desde un sector como la agricultura, que usa casi el 60 % del agua consumida. Por ejemplo, muchos de los sistemas usados hoy, como el riego por inundación en los campos de arroz o el riego por aspersión, provocan pérdidas significativas de agua, sin contribuir a la producción.

¿Es posible mitigar el impacto de la sequía en Cuba sobre la seguridad alimentaria? Una alternativa viable ante esta problemática inició desde mediados de 2015 en 20 municipios del Oriente cubano, para fortalecer la gestión integral frente a riesgos climáticos como la intensa sequía. El proyecto es llevado a cabo por el Programa Mundial de Alimentos y el PNUD, con financiamiento de la Dirección de Operaciones de Ayuda Humanitaria y Protección Civil Europeas (ECHO), e involucra a más de 100 especialistas de entidades gubernamentales de los sectores agrícola, medioambiental, de recursos hidráulicos, meteorología y defensa civil. Por la relevancia de la propuesta, recientemente presentada en la Convención Internacional Cubagua 2017, Cubadebate conversó con la representante del PMA en Cuba, Laura Melo, sobre esta iniciativa.

Al decir de Melo, las sequías no son desastres en sí mismas, sino que llegan a cobrar esa dimensión en la medida en que las personas, las comunidades y los países sean más o menos vulnerables.

Fortalecer las capacidades de respuesta ante una situación de sequía, diseñar un sistema para su vigilancia integral, estudiar las vulnerabilidades individuales de los productores, así como gestionar de una manera más eficiente la información y la comunicación para la alerta temprana son algunos de los objetivos de este proyecto nacido en 2015, y que pretende transformar viejas prácticas en el sector de la agricultura.

De acuerdo con Melo, si bien Cuba cuenta con un sistema de respuesta ante desastres súbitos reconocido entre los mejores de la región, el manejo del tema de la sequía, aunque prioritario para el Estado, resulta mucho más complejo.

“No existe, como en el caso de los huracanes, el mismo tipo de coordinación, ni de protocolo para saber, por ejemplo, en qué etapa se empieza a considerar que se está en presencia de una sequía, y qué acciones y medidas se deben tomar. Tampoco hay una articulación entre los diferentes actores que deben dialogar para que la comunicación fluya entre los que producen alimentos y los que están monitoreando”, explicó.

En los últimos 15 años, Cuba perdió casi 30 mil millones de dólares como consecuencia de los impactos de huracanes y sequías; sobre todo, en el sector agroalimentario.

En ese sentido, la representante del PMA en Cuba recordó que, aunque durante una situación de sequía la prioridad siempre será el consumo de los humanos, se deben tomar medidas eficientes para poder reducir las necesidades de consumo de agua, así como sin aplicar un tipo de agricultura más inteligente para reducir las pérdidas del preciado líquido.

“Por Cuba ser una isla, le afecta mucho la infiltración de agua salada del mar en los suelos, lo que afecta la producción agrícola. Asimismo, el cambio climático tiene un impacto también en las plagas, que pueden afectar las cosechas. Es por ello que es muy necesario poder tomar medidas integrales para manejar la sequía”, dijo.

Luego de más de un año de trabajo ininterrumpido, el proyecto ya ha comenzado a dar sus primeros pasos. Como parte del mismo, los especialistas han definido indicadores para el monitoreo de la sequía, posibles medidas a poner en práctica y estos están siendo piloteados para verificar si funcionan y si hay realmente beneficio.

Monitoreo del PMA en las operaciones. Foto: PMA.

Monitoreo del PMA en las operaciones. Foto: PMA.

Entre las acciones puestas en marcha, Melo destacó la aplicación de la agricultura de conservación, mucho más resistente a la sequía, sistemas de riego con bajo consumo de agua, entrenamientos para la utilización de menos agua para la producción, así como el empleo de semillas y prácticas que fortalezcan la resistencia ante la sequía.

Otro de los focos del proyecto tiene que ver con la importancia de la comunicación y la alerta  temprana en un tema como este. “Hay que saber cómo alertar a la gente, en qué momento hacerlo, y qué acciones van a tomar después que esta alerta se establece”, explicó Melo a Cubadebate.

“Si el Instituto de Meteorología empieza a ver que no está lloviendo, el productor sigue plantando las mismas semillas en el mismo momento de siempre y no llega la lluvia, las semillas se van a perder. Entonces, ¿cómo podemos actuar de manera más articulada? Hay que informar a los productores de que las cosas no están funcionando bien. ¿Pero cómo le vamos a pasar esta información de forma que el productor entienda? Porque si le mandamos un análisis muy complicado no va a entender. Entonces, hay que poner esto en un lenguaje comprensible. Al mismo tiempo, no es suficiente con decirle al productor que hay una situación de sequía, hay que trabajar con los decisores en agricultura y evaluar qué medidas deben tomar los productores para que esta situación de sequía no afecte de la misma forma. Es todo un protocolo de acciones”, detalló la funcionaria de Naciones Unidas.

Además de la alerta temprana, en el Oriente cubano los grupos de evaluación de riesgo de las agencias de medio ambiente les está dando como herramienta a los productores y autoridades un estudio más detallado de las vulnerabilidades que tiene un campesino en cuanto a la tierra y la disponibilidad de agua, para que puedan trabajar antes de que venga una sequía.

Las sequías no son desastres en sí mismas, sino que llegan a cobrar esa dimensión en la medida en que las personas, las comunidades y los países sean más o menos vulnerables. Foto: PMA

Las sequías no son desastres en sí mismas, sino que llegan a cobrar esa dimensión en la medida en que las personas, las comunidades y los países sean más o menos vulnerables. Foto: PMA

“La idea es articular mejor el diálogo entre los que tienen los datos para analizar, los decisores y los que toman las acciones, como única vía para poder  preparar mejor una respuesta ante una situación de sequía. A veces ocurre que la información se queda ahí, en una institución, y no fluye a los otros que tienen que tomar medidas de una forma que sea fácil de acceder,  comentó Laura Melo.

El impacto de la sequía es tan complejo, y está tan vinculado a tantos sectores, que la respuesta debe ser integral. Toca al sector agricultura, al de gestión hidráulica, al de salud. Hay toda una articulación de diferentes actores que tienen que estar involucrados, para lograr una respuesta a la situación que enfrenta Cuba”.

En la actualidad este sistema está siendo piloteado, y Laura Melo estima que podría ser un modelo interesante a compartir con otros países. “En parte de nuestro trabajo para la resiliencia al cambio climático y la alerta temprana nos estamos apoyando mucho en la cooperación Sur- Sur. Cuba tiene mucho que compartir con otros países, por los sistemas que tiene que funcionan muy bien y ya estamos llevando las experiencias de Cuba a Haití y República Dominicana. La idea es que, si funciona bien, podamos compartir la experiencia con otros países y regiones”.

Materiales del PMA sobre el manejo de la sequía. Foto: PMA.

Materiales del PMA sobre el manejo de la sequía. Foto: PMA.

En video: ¿Cómo las productoras mujeres enfrentan la sequía en el Oriente cubano?

El PMA y la recuperación en Guantánamo

En el contexto de esta entrevista con la representante del PMA en Cuba, el Noticiero de la Televisión Cubana transmitió un reportaje sobre un recorrido realizado esta semana por Laura Melo por los municipios de Baracoa, Maisí, Imías y San Antonio, donde pudo constatar el impacto que ha tenido la distribución de alimentos donados por el programa, luego del impacto del huracán Matthew.

Además de la asistencia alimentaria con unas 2700 toneladas de arroz y frijol, aceite, así como un refuerzo de vitaminas y minerales para los niños, este organismo ha colaborado con el fortalecimiento de las capacidades logísticas en los territorios afectados, mediante la entrega de cinco almacenes temporales para la conservación de los alimentos.

Sobre cómo ha acogido la población de esas comunidades afectadas el apoyo de este organismo internacional de conjunto con entidades gubernamentales, compartimos el reporte transmitido por la televisión nacional.