Foto: Tomada de 20minutos.es
El papa Francisco sorprendió al final de su visita a la isla griega de Lesbos, al llevarse en el avión papal a una docena de refugiados.
Así, sumó un gesto práctico a su llamamiento, junto a los líderes de la iglesia ortodoxa, Bartolomé de Constantinopla y Jerónimo II, arzobispo de Atenas, en que piden a los estadistas, políticos y personalidades internacionales mostrar más responsabilidad en esta crisis.
Se trata de tres familias de refugiados sirios, entre los cuales hay seis menores edad, que estaban en los campos de acogida de Lesbos antes del acuerdo que alcanzó la Unión Europea (UE) con Turquía.
Con el gesto, Francisco terminó una breve visita cargada de simbolismo Lesbos y especialmente a Moria, convertido en centro de detención en virtud del acuerdo entre la Unión Europea y Turquía, que contempla la devolución de refugiados.
Durante su visita a Lesbos, el papa recorrió junto a los otros dos líderes religiosos el campo de refugiados de Moria, donde escucharon los testimonios de muchos refugiados y donde almorzaron con varias familias.
A su llegada al campo de refugiados dijo que fue “… para estar con vosotros y escuchar vuestras historias. Hemos venido para atraer la atención del mundo ante esta grave crisis humanitaria y para implorar la solución de la misma".
Muchos refugiados, niños sobre todo, se acercaron al papa y le relataron sus dramas. Algunos de ellos rompieron en sollozos y le pidieron ayuda o bendición.
"Esperamos que el mundo preste atención a estas situaciones de necesidad trágica y verdaderamente desesperadas, y responda de un modo digno de nuestra humanidad común", añadió.
En el puerto de Mitilene, la capital de Lesbos, Francisco habló ante ciudadanos y junto con Bartolomé y Jerónimo II arrojaron al mar tres coronas de laurel al mar, en recuerdo de las víctimas de la migración.
(Con información de 20minutos.es)
Foto: Tomada de www.cuatro.com