La cifra incluye cuatro mil 500 individuos de naciones occidentales y 250 norteamericanos, añade el reporte, que elaboró un grupo de trabajo bipartidista, encabezado por el republicano Michael McCaul, presidente del Comité de Seguridad Interior de la Cámara baja.
La misión principal de este panel fue examinar la amenaza de los individuos que salen de Estados Unidos para unirse a bandas irregulares en el Medio Oriente, de acuerdo con el texto publicado este martes.
En sus conclusiones, la comisión critica a la administración del presidente Barack Obama y a países aliados por no compartir la información de inteligencia necesaria para detener este tráfico de los llamados yihadistas.
Los servicios de inteligencia fueron incapaces de impedir el viaje a la mayoría de los centenares de estadounidenses que intentaron unirse al Estado Islámico (EI) y a otras agrupaciones, e incluso varias docenas de ellos lograron regresar después a la nación norteña para realizar actos terroristas, acota el informe.
La Casa Blanca reconoce los crecientes problemas que enfrenta su estrategia de lucha contra el EI, a pesar de los más de siete mil ataques aéreos lanzados por la coalición liderada por Washington contra los fundamentalistas en Siria e Iraq desde 2014.
Los bombardeos comenzaron en agosto de ese año en territorio iraquí y se extendieron a suelo sirio en septiembre, sin la anuencia del Gobierno de Damasco, el cual acusa a Estados Unidos y sus aliados de armar y entrenar a las bandas antigubernamentales que intentan derrocar por la fuerza al presidente Bashar Al Assad.
(Con información de Prensa Latina)