La número 1 del tenis mundial debutó anoche en Indian Wells, California. No es una noticia menor. Serena Williams no jugaba allí desde que ganó el título en 2001, a los 19 años. Ese día, el público se dedicó a abuchearla durante todo el partido con insultos racistas. Catorce años después, con un largo historial de respaldo a las luchas contra el racismo y por la igualdad de género, decidió volver.
“No sólo es un buen momento para mí –explicó al poner su desafío en el contexto de los reciente choques raciales en Ferguson, Cleveland y Nueva York–, sino para todos los norteamericanos.”