Debido a lo inhóspito de su hábitat, a dos kilómetros de profundidad, el calamar Magnapinna, solo ha sido fotografiado una docena de veces.
Uno de los pocos videos existentes del calamar en el fondo del Golfo de México, lo captó un vehículo operado por control remoto de la compañía petrolera Shell.
Este cefalópodo, considerado una de las especies de calamar gigante, aún representa un misterio para los biólogos. Puede llegar a alcanzar hasta los siete metros de largo y sus tentáculos forman un ángulo de 90˚ con el cuerpo, por lo que parece tener “codos” en sus delgados apéndices.
Sin embargo, su característica más significativa son sus grandes aletas que representan hasta el 90% del total del cuerpo.
Su descubrimiento ocurrió en 1988 en las costas del norte de Brasil y se han determinado la existencia de cuatro especies.