Mundial de Taekwondo: Inédita, fantástica…, Cuba

Glenhis Hernández.

Por Yoel Tejeda Pérez

Mientras en tierras mexicanas todavía se escuchan los ecos del que, para muchos, resultó ser el mejor Campeonato Mundial de Taekwondo de la historia, en nuestro país varias personas se encuentran aún sorprendidas y otras tantas, con una enorme fe en que el trabajo brindaría sus frutos, se mantienen con la felicidad a flor de piel, debido a la fantástica impresión dejada por los ocho competidores cubanos que vieron acción sobre el tatami del Centro Expositor de Puebla.

Como ya ha sido reflejado en algunos medios informativos, la delegación de la Antilla Mayor consiguió una inédita cosecha de dos metales dorados y trío de bronces que le valieron un sitio de honor como sublíder del medallero, superando así la performance de Beijing 2007 (un título y otro tercer escaño). Con solo ocho atletas –buena parte de las escuadras se presentaron con equipo completo de 16 integrantes– la comitiva cubana difuminó las aspiraciones de la selección anfitriona (1-3-1-5) de ubicarse en el segundo puesto por países y fue rebasada únicamente por la potente y asidua campeona Sudcorea (6-3-1-10).

De manera singular descollaron los nuevos monarcas del orbe Glenhis Hernández (-73 kg) y Rafael Alba (-87), inexpugnables y flemáticos sobre el dojang. Glenhis convertida en la primera taekwondista cubana en ostentar el cetro universal, en tanto Rafael, con apenas 19 años, pasó del estatus de promesa a ser el actual punto de referencia del elenco masculino. Mención especial para los medallistas de bronce Yania Aguirre (-49), Yamisel Núñez (-53) y Robelis Despaigne (+87), sobre todo para Yamisel, quien para muchos las apreciaciones arbitrales le impidieron que avanzara a la final, amén de marcar esta lid su debut con la selección nacional. Aunque lucharon hasta el final pero no pudieron acceder al pódium, Nidia Muñoz (-62), José Ángel Cobas (-74) y Ángel Modesto Mora (-68) también merecen ser reconocidos.

AUTÉNTICO DESARROLLO

Una aclaración que se hace imprescindible en este contexto, ante la duda de algunos, quisiera referirla a la autenticidad de los éxitos que se acaban de lograr, pues las raíces históricas y evolución propia de esta disciplina en la Isla son desconocidas en el mundo por muchos, que tal vez pensaron en la colaboración de algún entrenador sudcoreano o de otras latitudes para asesorarnos, y desconocen la gran capacidad de los técnicos cubanos para planificar fructuosas unidades de entrenamiento, que nada tienen que envidiarle a las de otros estados con más desarrollo.

Ahora se hace imperioso que el taekwondo pase a tomar una mayor prioridad para el Inder, tal como se lo ha ganado. Y no hablamos solamente de brindarles una mayor atención a los medallistas, especialmente a los dorados, sino de un presupuesto más amplio que les permita participar en cuanto evento internacional se presente y, en el ámbito interno, mejorar las condiciones de entrenamiento y de vida de los atletas.

Una vez más una delegación antillana, que accedió a los nuevos petos electrónicos días antes del torneo por razones ajenas a su voluntad, le da al mundo una lección de talento y creatividad. Amén de las dificultades nuestros atletas y entrenadores se han mantenido trabajando en constante evolución para alcanzar resultados como este. ¡Enhorabuena!