Los cardenales realizaron una procesión hasta la Capilla Sixtina orando por ayuda divina para elegir al hombre que sucederá a Benedicto XVI en uno de los momentos más difíciles en la historia de la Iglesia.
Con la orden en latín "Extra Omnes" (todos afuera), el maestro de ceremonias ordenó a todos los que no participarán en la votación secreta que abandonaran la capilla.
Las puertas se cerraron. A unos pocos asistentes se les permite permanecer adentro para ofrecer asistencia pero deben dejar el lugar cada vez que los cardenales voten.
(Con información de Reuters)