Rodeado de discípulos, amigos y prestigiosas figuras de las artes escénicas, reunidos en el Centro Cultural Bertolt Brecht, Guerra recibió al mediodía de ayer el mensaje de Raúl.
Significó que ese reconocimiento es un poderoso estímulo para continuar transmitiendo sus experiencias a las nuevas generaciones comprometidas con afianzar la jerarquía de Cuba como una de las potencias mundiales de la danza.
La velada comenzó con la proyección de un documental sobre su vida y obra y culminó con una muestra de trabajos coreográficos de la compañía de Santiago Alfonso y el Conjunto Folclórico Nacional.
Al pronunciar las palabras de elogio al homenajeado, el poeta y dramaturgo Norge Espinosa calificó a Guerra como un hombre sumamente vital, eterno, obstinado, lúcido, fundador, que bebió de las mejores fuentes del desarrollo de su especialidad en el siglo XX.
"Ello le sirvió -dijo- para insuflar aliento, tras el triunfo revolucionario de 1959, al Departamento de Danza del Teatro Nacional y luego al Conjunto Nacional de Danza Moderna, hoy día Danza Contemporánea de Cuba, y marcar con su impronta al movimiento de ese arte en el país hasta nuestros días".
(Con información de la AIN)