La independencia de la América hispana comenzó en el Caribe, afirma Fernández Retamar

La independencia de la América hispana no comenzó en el continente, sino en el Caribe insular, en 1804, en lo que se llamaba Saint-Domingue, que asumió el nombre originario de Haití, recordó el escritor cubano Roberto Fernández Retamar durante su intervención en el foro Veracruz también es Caribe.

El poeta, ensayista y promotor cultural cubano refirió que la lucha independentista del Caribe tuvo una fundamental influencia en el continente; asimismo, al recordar al luchador, pensador y escritor José Martí, explicó que la Guerra de los Diez Años de Cuba (1868-1878), encabezada por el llamado Padre de la Patria, Carlos Manuel de Céspedes, si bien no logró la independencia "sí dejó a Martí, que sólo tenía 15 años, marcado a fuego", e iniciarían los primeros brotes de aquella semilla en su infancia y "su irreductible condición independentista le provocaría en plena adolescencia, primero el presidio político, y luego el destierro".

Al citar al historiador brasileño Darcy Ribeiro, Fernández Retamar dijo que se deben a Cuba las dos orientaciones sobresalientes de la política norteamericana respecto de los demás países del continente. "La primera fue la Doctrina Monroe, nacida como un esfuerzo tendiente a fundamentar jurídicamente la denominación de la isla; la segunda, la Alianza para el Progreso, formulada como una respuesta al desafío representado por la revolución cubana", victoriosa en 1959.

En un texto publicado en 1891, José Martí expresó: "Por las naciones románticas del continente y por las islas dolorosas del mar", está formada esa patria grande que es "Nuestra América", y que en opinión del experto es "en relación con ellas, donde se revelan los grandes desafíos de su existencia, contra los cuales habría de combatir: la esclavitud de los hombres, la opresión colonial de la metrópoli española, la amenaza de una nueva metrópoli, los Estados Unidos, que acaso es él el primero en apreciar en toda su magnitud".

Sostuvo que aunque pasó gran parte de su vida en el exilio, paradójicamente en España y Estados Unidos, países que llegó a conocer profundamente, José Martí "pronto comprendió que Cuba y Puerto Rico se encontrarían entre las presas iniciales del imperialismo estadounidense que iba a abrir sus alas de águila", anticipando lo que iba a ocurrir en 1898, cuando los Estados Unidos intervinieron en la guerra de Cuba contra España y se quedaron con Cuba, Puerto Rico y las Filipinas.

Convencido de esta abatida, ya Martí había escrito en 1893, al frente del periódico Patria, que editaba en New York: "La república, en Puerto Rico como en Cuba, no será el predominio injusto de una clase de cubanos sobre las demás, sino el equilibrio abierto y sincero de todas las fuerzas reales del país (...). No queremos redimirnos de una tiranía para entrar en otra. (...). Amamos la libertad porque en ella vemos la verdad. Moriremos por la libertad verdadera; no por la libertad que sirve de pretexto para mantener a unos hombres en el goce excesivo, y a otros en el dolor innecesario. Se morirá por la república después, si es preciso, como se morirá por la independencia primero".

Aunque fijó su residencia en Nueva York en 1880, su vida comienza y termina en el corazón del Caribe. El 24 de febrero de 1895 estalla la guerra en distintas regiones de Cuba, Martí anuncia al mundo las causas de la guerra, que habrá de conocerse como el Manifiesto de Montecristi, regresa a Cuba el 11 de abril de 1895, murió en combate.El juramento hecho por aquel niño de nueve años ante el cadáver de un esclavo 'Lavar con su vida el crimen' había sido cumplido y sobre cumplido.

(Tomado de Veracruzanos.info)