Las críticas han acogido bien estos comienzos en el Lincoln Center, por un ballet que cuenta la historia de una princesa llamada Honorata, secuestrada por una reina malvada antes de encontrar a su amado.
Paul McCartney, de 69 años, estuvo presente en el estreno en Nueva York junto a su prometida Nancy Shevell. Las actrices Naomi Watts y Sarah Jessica Parker también estuvieron allí, como la hija del músico, la diseñadora de moda Stella McCartney, creadora del vestuario, en la que ha sido su primera colaboración profesional con su padre.
La coreografía es obra del danés Peter Martins, integrante del Ballet de Nueva York, quien celebró el poder haber realizado "una de las mejores colaboraciones de su vida", según comentó en una entrevista con la BBC.
"La estrella más grande no fue un bailarín o el coreógrafo, o las numerosas celebridades. La estrella más grande era el compositor", comentó este viernes la cadena de televisión neoyorquina, NY1.
(Con información de AFP)