Artista del lente y amante de la belleza

Diana Díaz, hija de Korda. Foto: David Vázquez Abella/Cubadebate

Hace diez años, sin previo aviso -como siempre sucede en esto casos- perdimos a un grande. No pudimos despedirnos de él. Todavía trabajaba en exposiciones, todavía teníamos el placer de verlo caminar por las calles de su Habana. Korda murió y hoy no tengo la necesidad de homenajearlo, todos los días lo recuerdo pues llevo en mi billetera una réplica de la instantánea que recorre el mundo y simboliza lo que quiero ser.

No obstante, ante la posibilidad de conversar con Diana Díaz, su hija, no me negué, cómo hacerlo. “Muchas gracias por recordar a mi padre, ven a mi casa a las 10 de la mañana pero por favor no me hagas preguntas que me pongan triste”, eso fue lo primero que escuché por teléfono y por supuesto me preocupé un poco. Yo no había pensado en ningún momento hacerle preguntas complicadas o grandilocuentes pero su petición me obligó a reflexionar mucho antes de hablar y esperaba que el dolor de estos días no saliera a flote.

“En lo más profundo de su ser mi padre fue un artista del lente y amaba la belleza. Cuando acompañó durante diez años a Fidel siempre trató de tomar imágenes del ser humano, no del líder. Cuando muchos consideraban a Fidel como un dios mi padre mostraba que era un hombre, con una vida privada, igual a nosotros, lo cual engrandece aún más su obra y su pensamiento. Lo retrató en piyama, durmiendo, comiendo, en una playa, sentado en el piso o en la tierra, hablando con mujeres y niños, hasta cayéndose en la nieve”.

-¿Cómo era la relación de Korda con Fidel?

Más de amigos que la que pueden tener un líder y un fotógrafo. Eran dos hombres jóvenes, con sueños, ilusiones, deseos de “comerse el mundo” y en ellos hubo una empatía. Después mi papá dejó de estar al lado de Fidel pero su amistad continuó a través de los años en la medida en que se encontraban. Mi papá me contaba que se veían en coloquios de fotografías o en viajes por el extranjero.

Cuando mi padre murió Fidel asistió al cementerio y yo se lo agradezco mucho porque confirma mi intuición de que fueron grandes amigos. Entre ellos había una complicidad.

-¿Qué vio Korda en la obra de la Revolución que abandonó el mundo de la moda para incorporarse con su cámara al nuevo proceso social?

Nosotros éramos de clase media, mis abuelos eran propietarios de su casa y mi papá ya tenía su estudio. Pero a veces, cuando andaba por la calle, veía cosas que le chocaban. Recuerdo que de niña en mi casa a veces tocaban la puerta madres con sus hijos cargados pidiendo un plato de comida o un poco de dinero. Él estaba seguro que esas cosas no podían seguir pasando. Y aunque nunca fue un guerrillero, nunca luchó o cogió un arma, él se dio cuenta que la Revolución podía hacer cambiar esos problemas.

De todas formas su pasión por la belleza siempre estuvo con él. No podía evitar, estando en una concentración del pueblo, desviar su cámara en busca de una mujer hermosa.

Estuvo junto a Fidel 10 años, luego se dedicó a la fotografía submarina hasta los años ´80, cuando la edad y las condiciones de buceo no se lo permitían. Entonces retoma la moda en La Maison y comenzó a tomar fotos para la naciente moda cubana que era un poco nuestra identidad en la ropa, con guayaberas y otros elementos nuestros. De esa época tenemos varios catálogos.

-¿Cuál es el legado de Korda? ¿Qué nos dejó?

Como él decía haber pasado por este mundo tan efímero y haber dejado una obra del momento histórico que le tocó vivir, desde el ´54 hasta el ´98.

-¿Qué siente usted cuando ve la foto del Che y recuerda que fue su padre quien la hizo?

Cuando la veo en Cuba no siento mucho, sinceramente, ya estoy acostumbrada. Para nosotros es algo normal. Sin embargo sí me emociono mucho cuando la veo en otros países. He estado en muchos lugares donde hay movimientos de liberación o de solidaridad y esa imagen siempre está ahí, como un símbolo. Hace un tiempo fui al Foro Social Mundial en Brasil y en todos los lugares, por donde quiera que pasaba, estaba el Che. Ahí sí me sentí muy orgullosa porque ellos estaban hablando de los problemas sociales, de los negros, de los latinoamericanos, de los problemas de las mayorías.

Foto que Korda tomara al Comandante Ernesto Che Guevara, conocida luego como la imagen más reproducida en la historia de la fotografía

Foto: Korda

Alberto Korda

Fidel en el Congreso de la Federación de Industrias en la Ciudad Deportiva, año 1960. Foto: Korda

Alberto Korda

Modelo fotografiada por Korda