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Baracoa: Leyenda de un río con nombre de mujer

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Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.

Al llegar a la ciudad de Baracoa, ya gratamente estimulados por la belleza del paisaje que nos acompaña durante todo el recorrido desde la ciudad de Guantánamo, nos recibe en todo su esplendor, "Miel".

La furia del huracán no le pudo desdibujar la belleza, corre al mar con el donaire de las bellas y orgullosas baracoesas, no sé cómo le nombraban los habitantes originarios del lugar, aquellos que un día tiñeron sus riberas con sangre rebelde mezclada con la del invasor, pero sus descendientes le llaman Miel.

En sus aguas los taínos lavaron sus cuerpos, amaron, lucharon y murieron.

Después de Matthew, cuando nos acercamos a "Miel" por primera vez, mostraba la altanera actitud del indio insumiso: el español no encontró oro en su cauce, pero el sudor y las lágrimas le desbordaron y entregaron el matiz bravo que le alza cuando es azotado por el viento.

Cuenta la leyenda que una delicada joven, de piel bronceada, a la que todos llamaban por el color de sus ojos, Miel, un día bañándose en las riberas del río fue vista por un navegante que quedó hechizado con su belleza, surgió el amor entre ambos, pero la posibilidad de la partida del marino entristecía a la muchacha.

Miel, lloraba a la orilla del río y sus lágrimas nutrían las aguas que se volvían cada vez más dulces. El joven navegante que acostumbraba a bañarse cada mañana en el río, terminó casándose con ella y abandonó su carrera de marino.

Desde entonces así se le llama este río y muchos aseguran que quien se baña en sus aguas, se casa en Baracoa, quedándose en ella para siempre.

Poco a poco, gracias a  la naturaleza bendecida de esta zona, el verde regresa a sus riveras y las aguas mansas y dulces de "Miel" recobran el esplendor de siempre.

Muchos, que vinieron a socorrer a la primera capital de Cuba, han cruzado sus aguas y se entregan con amor a la reconstrucción, no sé si nos quedaremos en Baracoa para siempre, pero la bondad, la generosidad de los habitantes de la villa primada nos conquistó y nos acompañará donde quiera que estemos.

La imagen del río Miel, bella y sublime, será parte de nuestros recuerdos especiales, con seguridad volveremos, una y otra vez a bañarnos en sus aguas.

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Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.

Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.

Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.

Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.

Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.

Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.

Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.

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Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.

 

Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.

Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.

Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.

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