Y así celebró Alemania su "Weltmeister"

Alemania celebró por todo lo alto su Copa del Mundo.

Por Sandra Abd'Allah-Alvarez Ramírez

En Alemania, el Mundial de Fútbol no comenzó el día que Shakira y Pitbull cantaron lo que les tocaba a cualquiera de los increíbles músicos que tiene Brasil. Empezó mucho antes. No sé cuándo, la verdad, pero sí noté en ese entonces que algo diferente a lo usual para mí experimentaría en esta tierra.

Trabajaba voluntariamente en ese entonces en un Kindergarten, entiéndase círculo infantil, y el primer síntoma de la fiebre del Mundial que advertí fue que las niñas y los niños, sin distinción de género, comenzaron a intercambiarse postales con las fotos de los jugadores de la “Deutschenationalmannschaft”.

Dichas tarjetas se coleccionan en un álbum, de perfecta hechura y “carátula de pasta”, que probablemente soportaría el tiempo que restaba para el evento. Ahí me convencí de que los peques alemanes aprenden rápidamente el valor del trueque, y del dinero también, pues con soltura y seguridad te cambian un Götze por un Schweinsteiger. El no tener una tarjeta les puede hacer apostar todas las que acumularon sus padres cuando fueron al Rewe y compraron más de no sé cuántos euros en productos alimenticios.

El siguiente indicador que también me dejó boquiabierta, cuando todavía no empezaba el Mundial, fue una especie de trono, al estilo de los que en la santería se hacen cuando una persona consagrada cumple años de iniciada: idéntico espacio, igualmente ornamentado, que ocupaba una de las esquinas del recinto. Allí también se rendía culto, pero en este caso al equipo alemán. Hice mi contribución, por si acaso existe un orisha del deporte, y llevé un calendario que me dejó el cartero en el buzón.

Según mi percepción, Primark inició la moda mundialista, donde estuvieron solo dos países presentes: Brasil y Alemania. Camisetas, t-shirts, chancletas, gorras, pomos de agua, entre otros artículos, comenzaron a llenar los anaqueles de la popular cadena de ropa irlandesa. Al día siguiente de aquella goleada que aún duele recordar, las piezas con la bandera de la canarinha costaban menos de la mitad de precio.

Todas, absolutamente todas las personas en este país tienen una opinión, un comentario, una actitud hacia este deporte. Desde el fondo de mi corazón, reconozco que el fútbol es para mí como cualquier otra actividad deportiva, muy a pesar de que mi primer matrimonio fue con un miembro de la selección nacional cubana, o quizás precisamente por eso. Tal vez también nos separó.

Los días 12 y 13 de julio caminé algunas calles principales de la ciudad de Hannover buscando sucesos especiales para fotografiar. Lo más “progresista”, un grupo de aproximadamente 7 africanos, precisamente el día 13, quienes portaban una gran bandera de este país. Tal vez con ese gesto agradecían permanecer acá luego de una estancia inolvidable en Lampedusa. Lo más bello, la jornada anterior, me lo había topado en la calle con pulóver de Cuba en un cuerpo masculino. Sandro se llamaba ese hombre santiaguero que me recordó que, sin estar en el Mundial, nuestra isla bien vale un abrazo.

Ayer, cuando ya era una certeza que el Mundial era de Alemania, gritos, petardos, ruidos de claxon, colmaron las calles de esta ciudad. Mis vecinos, quienes se habían reunido previamente en el kiosko de la esquina, lanzaron unos cuantos fuegos artificiales. El silencio se volvió a sentir media hora después.

Me desperté hoy y fui directo a ver el noticiario, esperaba con ansiedad la noticia: hoy, 14 de julio, es “Feiertag” en Alemania. Pero no llegó, o sea, “de la conga –digo, del estadio– pal trabajo”. Aun así, no me lo quise creer y salí a mis clases de alemán cámara en mano avizorando algo interesante en el trayecto. No apreté el obturador.

Mientras escribo esta nota, vuelven a pasar el gol alemán. Quizás por cuatro años más será así.

(Tomado de Cuba Contemporánea)

Sonaron de nuevo las vuvuzelas, evocando la Copa de Sudáfrica 2010.

Alemania celebró por todo lo alto su Copa del Mundo.

Alemania reeditó la celebración de Italia ´90.

Alemania celebró por todo lo alto su Copa del Mundo.

Las calles tardaron mucho en vaciarse.

Alemania celebró por todo lo alto su Copa del Mundo.

Alemania celebró por todo lo alto su Copa del Mundo.

Celebración de gol.

De un modo u otro, todos participaron de la celebración.

El partido se transmitió para todos los que acudieron a las "fanmeile", espacios habilitados para miles de personas.

Alemania celebró por todo lo alto su Copa del Mundo.

Alemania celebraba desde temprano la final.

Alemania celebró por todo lo alto su Copa del Mundo.

Alemania vio en grandes grupos la final.