Hoy, 19 de mayo, se conmemoran 119 años de la muerte de José Martí, el Apóstol de la Independencia de Cuba. CubaDebate comparte en esta ocasión un fragmento de Ese sol del mundo moral. Para una historia de la eticidad cubana (Ediciones Unión, 1995), escrito por el poeta y ensayista Cintio Vitier.
Martí encarna un nuevo tipo de revolucionario que no se resigna a partir de los postulados del colonizador (el desprecio, la represalia, el odio) sino de postulados propios y originales; que no se conforma con la conquista de la libertad desde la esclavitud sino que aspira a la destrucción de la esclavitud desde la libertad; que escapa a la trampa del resentimiento (victoria profunda del enemigo) y al cerrado causalismo de las reacciones primarias, en sí mismas legítimas, para situar el combate en su propio terreno y pelear sólo con armas altas, limpias y libres: “la pureza de su conciencia”, “la rectitud indomable de sus principios”.
(...) Se trata, sí, de un planteamiento original, pero no exclusivamente personal de Martí: lo que él hace es llevar hasta sus últimas consecuencias filosófico-políticas una inspiración que estaba en las tendencias más espontáneas de la Revolución cubana. Se trata, pues, de un planteamiento “autóctono”, que en Martí va a alcanzar la plenitud de toda una concepción ética del mundo (...).