Un mar de juventud

Por David Vázquez Abella y Rafael Alejandro González Escalona, estudiantes de Periodismo

La juventud desborda los límites de la lógica. Es lógico que en un país como Cuba, donde es mínimo el índice de desempleo, los trabajadores decidan desfilar el primero de mayo como muestra de su alegría. Es lógico que los jóvenes cubanos se sumerjan dentro de esta vorágine revolucionaria, pero el ímpetu de sus años les hace convertir cada momento en una fiesta.

Durante la marcha sus voces se elevan entre consignas y canciones de moda, bailan al compás de los altoparlantes y convierten en instrumento musical cuanto hallan a su paso, todo esto sin olvidar las razones que los convocan. Su risa contagiosa refresca como aguacero, mitiga el calor excesivo provocado por un sol que tampoco se pierde la celebración de los trabajadores.

El acto de caminar puede trocarse en un delicioso pasacalle y un lema quizás queda convertido en una pegajosa rumba, pero los universitarios cubanos no desaprovechan la oportunidad de defender el derecho a construir una sociedad distinta.

La bandera reposa en el hombro, a la espera de la arrancada

Aniel Romero, que encarnó al joven José Martí en la más reciente producción de Fernando Pérez, participa junto a sus compañeros del Instituto Superior de Arte (ISA)

La CUJAE también asiste a la fiesta

La bandera cubana en manos universitarias

"¿QUIÉN VIVE? ¡CARIBE!" "¿QUIÉN VA? ¡UNIVERSIDAD!" "¿QUIÉN DOMINA? ¡LA COLINA!"

Los estudiantes de diseño desfilaron usando singulares sombreros

"¡...Nuestros muertos alzando los brazos, la sabrán defender todavía!"

La FEU, junto a los trabajadores cubanos

Como la libertad de Delacroix, guiando a sus compañeros

Una bandera, una organización, un mar de juventud

Jóvenes universitarios con una sola voz

"Cervecita, cervecita, cervecita para la marcha, lo necesita"; "Limonada, limonada, pa' Europa que no hace nada", coreaban Jano y Joan, estudiantes colombianos de Sociología.