Chapeando: Los buitres y el duelo (+ Podcast)

Llega a sus horas finales la búsqueda de posibles sobrevivientes, a partir de las personas declaradas como desaparecidas. Son días dramáticos, muy duros, pero también muy reveladores de los valores que nos sostienen.

En medio del mayor dolor y la atroz incertidumbre, impresiona el esfuerzo sobrehumano, el valor mostrado por quienes enfrentaron el mayor peligro en el intento de salvar vidas con una cuota de solidaridad infinita. Solidaridad anónima, que no busca reconocimiento, sólo quiere extender el brazo, dar apoyo, ayuda.

Un esfuerzo que se hizo mayor y más visible, cuando, desde sus plataformas de youtubers, algunos odiadores profesionales intentaron menospreciar y ofender los gestos profundamente humanos de los transeúntes casuales que terminaron siendo rescatistas en el momento justo.

Después de escuchar algunos fragmentos de esas ofensas que compartió en su canal el Guerrero cubano, Reinier Duardo desmintió cada infamia de esos medios desde su perspectiva de testigo ocular que llegó al Saratoga pocos minutos después de la explosión.

Se preguntó, después el analista, por qué el Guerrero habla en su programa de orientaciones de los servicios de inteligencia de Estados Unidos a los youtubers más agresivos. Y él mismo respondió:

"Porque se advierten líneas de mensaje, casi idénticas, tratando de sacar provecho del dolor para acusar al gobierno cubano de estado fallido, de incapaz de lidiar con el accidente y, finalmente, insistir en el boicot al turismo. Se trata de acusar a la dirección del país de cualquier cosa, aunque las noticias generadas desde Cuba los desmientan minuto a minuto".

Cien horas de entrega en el escenario de la tragedia. Foto: Yusmilis Dubrosky / Cubadebate

Es notable también la insistencia en tratar de generar miedo, pánico, en los potenciales viajeros.

Por su parte, Bárbara Betancourt comentó que "no sólo insultan al pueblo y tratan de negar la inmediatez de la reacción de las autoridades, sino que ignoran por completo las acciones tomadas de inmediato para atender a los lesionados, para apoyar a las familias golpeadas por la tragedia y para resolver algunos problemas con los inmuebles dañados, de forma definitiva".

Y mienten olímpicamente. De modo particular lo han hecho con la visita del Presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, cuyo viaje, realizado en el contexto del terrible accidente en el Saratoga fue un acto de hermandad entre nuestras naciones.

Tratando de generar una ola de rechazo al gobierno cubano porque hizo espacio para atender, no a un presidente cualquiera, sino al presidente de un país que jamás rompió relaciones con Cuba en una época en que nadie en el mundo levantaba la cabeza cuando EE.UU. mandaba a bajarla, no faltaron los inquisidores del recibimiento.

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Chapeando destacó el valor del viaje a Cuba de AMLO, quien en un momento crítico por la intensidad de la guerra económica y mediática contra la Revolución, ha mostrado una mirada de admiración y respeto para este gobierno y su pueblo. Y ha plantado por los derechos de los cubanos con extraordinaria honestidad y valor, como se le ve peleando tanto en estos días.

Ello ocurre, además, en el 120 aniversario del establecimiento de relaciones entre dos países que guardan una impresionante historia común desde los tiempos más remotos de ambas naciones. Muchos expertos califican esta reunión como histórica. AMLO en Cuba representa mucho. Y no pospuso el viaje, justamente por venir a ofrecer solidaridad y apoyo en un momento difícil.

Por encima de esas razones y en el colmo de la manipulación, al no tener el eco que esperaban las peores acusaciones contra los protagonistas del encuentro, algunos han apelado a la más grosera mentira, usando imágenes de un viaje de hace más tres años a la ONU, en las que aparecen Díaz-Canel y su esposa bailando casino en la sede diplomática cubana en Nueva York.
Se pretende hacer creer ahora que bailaron en la bienvenida a AMLO y su comitiva.

La visita de estado duró apenas 24 horas y en ella Cuba como anfitriona dió atención a sus invitados con el mejor de los sentimientos, ese que brota naturalmente en el abrazo de hermanos.

Los odiadores han tratado de conformar un escenario virtual, plagado de supuesta ineficacia, errores y miedo, totalmente de espaldas y en negación de la actitud del gobierno cubano, que ha ido dando, una tras otra, pruebas constantes de trabajo, de preocupación, de búsqueda de salvación o de alivio. Lo vimos aquel triste mediodía mientras se tomaban las decisiones, se reunía a los expertos, se apuraban las soluciones.

Los adversarios de la Revolución apostaban a que Cuba no podría responder. Pero pudimos. Y sacamos lecciones.

Ahora podemos tener nuestro duelo, cuando se hayan despejado las dudas sobre los fallecidos y los lesionados.

Hay que espantar la maldad. Porque esa sólo alimenta a los carroñeros.

Seguiremos Chapeando