Chapeando: Odiadores del estado cubano y nostálgicos de Batista, ¿al mismo tiempo? (+ Podcast)

No importa cuál sea el cargo, rango o vínculo de la persona atacada dentro de las principales autoridades del país, la crítica emocional e irracional que se está promoviendo en las redes contra todo lo que dicen o hacen los representantes del estado cubano e incluso sus familias, parecen ser el primer mandato para los odiadores de turno.

El fenómeno es mundial y cuenta con experiencias brutales y dolorosas en países como Argentina (contra Cristina Kirchner y familia) o en Brasil (contra Dilma Rousseff). Nos lo comentaban colegas de la Red Mujeres al sur, que busca contrarrestar el impacto de las fake news y las campañas de odio contra mujeres con liderazgo desde la izquierda cuyos gobiernos progresistas impulsaron cambios sociales importantes en la región.

Lo novedoso en el caso de Cuba, es que los mensajes dirigidos a desacreditar al gobierno, sus acciones y estructuras, a presentarlo como incapaz, inoperante y hasta corrupto sin un solo argumento y arropados por la aparente impunidad de las redes sociales, coinciden en el tiempo con una visible campaña de exaltación de la figura y la "obra" de un tirano de manual como Fulgencio Batista.

En esta emisión de Chapeando se comentaron dos ejemplos recientes de intentos de linchamientos mediáticos brutales, primero contra la esposa del Presidente cubano, Lis Cuesta Peraza, por su papel como funcionaria del MINCULT a cargo de eventos y su participación en la promoción del festival San Remo Music Award, y más recientemente contra el Ministro de Economía y Planificación Alejandro Gil por sus explicaciones sobre la inflación en Cuba.

En ambos casos se empieza por cuestionar un aspecto cualquiera del hecho y se va escalando hasta decir las peores groserías e insultos contra las personas que ostentan una responsabilidad.

Así se establecen las matrices, las etiquetas, los cartelitos. De ahí vienen los términos de dictadura un día, y al otro de asesino. De incapaz un día, y al otro de corrupto. Y escriben las acusaciones en las redes, ignorando o queriendo ignorar que hay leyes que sancionan esos ataques a la integridad personal sea en cualquier soporte o plataforma que se haga.

Increíblemente esto se produce al mismo tiempo que el elogio de la figura de Fulgencio Batista, con vídeos, libros, debates. Resulta que la Revolución no fue el resultado de la lucha de todo un pueblo contra un régimen que asesinaba a los que le adversaban. Se le dedican programas completos y hasta se le califica de revolucionario. Si lo dudan, escuchen en este podcast un fragmento de un programa de América TV, donde se entrevista a una nieta del dictador y el presentador se deshace en elogios tratando de ensalzar su papel en la historia de Cuba.

La pretensión de falsificar la historia, siempre ha sido una línea de mensaje prioritaria en la guerra mediática contra Cuba.

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El analista Reinier Duardo citó palabras textuales de John F. Kennedy sobre Batista y sus abominables crímenes contra la juventud cubana en la década de los 50 del pasado siglo. Y recordó que hace apenas unos días Descemer Bueno celebraba con mucha pasión la obra de Batista.

Cómo advierten los que conocen bien la historia, esa es la línea de los eternos candidatos de los Estados Unidos para Cuba: los batistianos, que lo privatizaron todo reprimiendo las protestas con sangre y cadáveres en los contenes, una historia demasiado reciente como para que pretendan tergiversarla.

En ese contexto las campañas sutiles o groseras contra todo lo que hace y dice el gobierno, un gobierno que ha vencido una pandemia, que ha sostenido la institucionalidad y el funcionamiento del país bajo el asedio, la presión y la guerra económica...todo se enlaza con esta exaltación de un periodo tan terrible y oscuro para Cuba que provocó una revolución como respuesta.