Hoy Trump es Biden, con la misma receta macabra

Hace un año, Trump anunció que cerraría los envíos de remesas familiares a Cuba. ¿Se imaginan? ¿En medio de la enfermedad más grande que ha azotado a la humanidad en tiempos modernos? ¡Prohibirles a las familias ayudarse!

Pero esa no fue la única medida punitiva contra la familia cubana. A esa altura, ya los Estados Unidos había obstaculizado y cortado la entrada de petróleo a la Isla. ¿Se acuerdan?

Persiguieron y multaron a barcos cargueros y compañías navieras que osaran llevar combustible a Cuba. Se impidió la entrada de petróleo, el mismo petróleo que movía las ambulancias, que daba electricidad a los hospitales y alumbraba los hogares cubanos.

La lista es larga. Se prohibieron los viajes de cruceros a Cuba y de ese modo se cortó la entrada de ingresos a cuentapropistas, taxistas, dueños de hostales y más. Se suspendió el programa de reunificación familiar. Se suspendieron los vuelos de aerolíneas estadounidenses a aeropuertos de provincias cubanas.

En fin, apostaron por matar de hambre y enfermedad al pueblo cubano y que este, desesperado de necesidad y miseria, se rebelara contra el gobierno de la Isla.

Hoy Trump es Biden. Sigue en pie la misma receta macabra administrada por seis décadas; inhumana, inmoral e inefectiva. ¡Y todavía hay quien dice que no hay bloqueo!