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Sin fronteras: La huella de la solidaridad cubana en una Europa en crisis

Médicos cubanos en Italia. Foto: Fabrizio Sansoni

“Europa no se hará de una vez ni en una obra de conjunto: se hará gracias a realizaciones concretas, que creen en primer lugar una solidaridad de hecho”.

Robert Schumann

Este año 2020, en medio de la crisis del coronavirus se celebra el 70 aniversario de la Unión Europea (UE). Desde el interior de la UE surgieron ejes divisorios sobre el manejo de la crisis sanitaria, o la manipulación de los acontecimientos fomentando más fragmentación y odio. Desde afuera del bloque comunitario otros se suman por ayudar a controlar la compleja situación.

En cualquier caso, la solidaridad es en gran medida lo opuesto a las situaciones de crisis más extremas. De manera que, enfrentar al COVID-19 no puede entenderse si no es a través de la solidaridad y cooperación renovada entre los pueblos, lo contrario a la guerra y la fragmentación. Sin embargo, la politización de la pandemia, unido a los debates sobre posibles culpables y el cuestionamiento sobre las ayudas brindadas, parecen importar más que la búsqueda de soluciones.

Afianzamiento del discurso de la extrema derecha europea en la crisis sanitaria

Ante el avance del coronavirus, se han evidenciado las limitaciones por parte de la UE para coordinar medidas cuya responsabilidad recae, ante todo, en los Estados miembros (política sanitaria o control de fronteras). Asimismo se reprodujeron tendencias actuales tales como “mi país primero”, traducidas en la limitación de exportaciones de material sanitario entre Estados miembros o el cierre de fronteras nacionales. A esto se sumó una falta de coordinación en el plano europeo de las medidas tomadas por los Estados.[1]

La crisis del coronavirus ha servido a la extrema derecha europea para relanzar su discurso contra el espacio de libre circulación Schengen. La propagación de la pandemia se ha utilizado para culpabilizar a los emigrantes y profundizar el estigma contra la otredad. La emergencia sanitaria ha desencadenado lo que algunos especialistas consideran “histeria social”. Este escenario significa una oportunidad, para estas fuerzas políticas, de erosionar el discurso de los gobiernos tradicionales, promover la desconfianza en las instituciones y relanzar su agenda política de fronteras.

Cuarentena, una población ansiosa y con miedos, y una economía que entra en recesión: es el escenario que se presenta a priori, para cualquier político de extrema derecha. Esto constituye un caldo de cultivo propicio para que la ciudadanía se sienta atraída por los mensajes más autoritarios, xenófobos y racistas, a favor de la defensa de los Estados Nacionales y contra los mecanismos de integración regional, en este caso la UE.

Muchos países miembros siguen atados con las cadenas de la deuda, y las políticas de austeridad son el verdadero motor político del auge de la extrema derecha, unido al crecimiento de la xenofobia. Además, la austeridad no solo genera recortes al presupuesto público. Parte de la ciudanía considera que se ha construido un proyecto como máquina de destruir derechos sociales para las clases populares, y, sobre todo, que la UE construye un sentimiento de escases. Jürgen Habermas llamaba a este fenómeno el “chovinismo del bienestar” excluyendo a sectores sociales del reparto e incluyendo a los inmigrantes.

Algunos especialistas de la derecha reaccionaria como Anne Applebaum, señalan que la crisis del coronavirus representa el fin de la revolución Thatcher-Reagan (Applebaum, 2020). Por tanto, se incrementa la protesta social contra las políticas neoliberales, la pérdida de confianza en el mercado, la desconfianza en el progresismo social de la tercera vía y un regreso a la vieja extrema derecha: nostálgica, nacionalista y autoritaria.

Sin duda, la extrema derecha europea y el sensacionalismo mediático se retroalimentan para colar en el “mainstream” ideas sobre el coronavirus que dibujan un estado de amenaza constante, la explotación del miedo a lo diferente y la obsesión por los culpables externos. No obstante, la crisis que asistimos golpea a todos por igual. Nadie puede saber con exactitud qué consecuencias sociales, culturales y económicas traerá, pero es probable que aumente la desintegración de la sociedad y la desigualdad. No debe olvidarse que en el pasado, estas crisis, por lo general, impulsaron fuerzas autoritarias, a menudo de extrema derecha.

Los matices en el contexto de la emergencia sanitaria son variados y diversos. Ellos evidencian la fragmentación política, no solo a interior de la Unión, sino también a lo interno de los espectros políticos nacionales, incluso de una misma fuerza.

El dilema de la fragmentación frente a la solidaridad: Cuba en Europa

Regreso de Brigada Medica cubana de Italia. Foto Ismael Francisco Cubadebate

Entre los aspectos que han evidenciado el fraccionamiento al interior de la UE, en el contexto del manejo de la crisis de la COVID-19, está la posición respecto a las ayudas que han llegado al bloque comunitario desde distintas latitudes del planeta.  Uno de ellos es la posición respecto a China o Rusia, cuyas ayudas han sido polémicas al interior de la UE. Cuba se suma a la campaña solidaria con una motivación totalmente humanitaria. Sin embargo, lamentablemente, en no pocas ocasiones, se ha politizado este tipo de solidaridad, resaltando el signo político con el que son identificados estos países. En muchos casos se ha referido sarcásticamente que este tipo de colaboración es una suerte de diplomacia médica, sanitaria, o de las mascarillas que contribuye a atenuar el déficit en materia de derechos humanos en estos países.

En el caso de China, se suman a las críticas, teorías de la conspiración y campañas de desinformación y estigmatización, promoviendo un sentimiento antichino, con base en el hecho de ser el país donde se desencadenó la pandemia. Por otra parte, se acusa de utilizar el ofrecimiento de su experiencia para saber cómo actuar frente a la crisis o como el donante solidario con aquellos que ahora están en el peor momento de la pandemia. Según esta narrativa, el Gigante Asiático aboga así con la llamada “diplomacia de la mascarilla” para socavar el orden liberal demostrando sus debilidades.

Italia es uno de los países donde el euroescepticismo es más acusado y la lenta respuesta de Bruselas ante esta grave crisis puede que tenga consecuencias posteriores en la opinión sobre la comunidad europea de la ciudadanía italiana. En ese contexto, Rusia envío 100 virólogos militares a Italia, especialistas en epidemias y un cuerpo de enfermeros y enfermeras que provenían de tres bases militares rusas. Según el Ministerio de Defensa ruso, estos especialistas han participado en la eliminación de la peste porcina en África y también trabajaron en el desarrollo de vacunas contra el ébola y la peste. Con la etiqueta “Desde Rusia con amor”, los aviones y camiones llevaban pegatinas gigantes que unían las banderas italianas y rusas en forma de corazón.[1]

Estos movimientos rápidos por parte de Moscú ante la inactividad europea y de Estados Unidos han levantado sospechas de que Rusia esté usando la ayuda como herramienta política para influir en la UE. Esto ha traído a la memoria un escenario de Guerra Fría en la búsqueda de un discurso favorable sobre las actuaciones de Rusia en Italia. Sin embargo, Rusia niega que la ayuda sea una muestra de convergencia de intereses geopolíticos.

En una entrevista en el periódico italiano Il Corriere della Sera, el Ministro de Asuntos Exteriores italiano, Luigi Di Maio, aseguraba que “no hay que estar buscando nuevos escenarios geopolíticos, hay un país que necesita ayuda y otros países que nos están ayudando. No se trata de una Guerra Fría, es una cuestión de realidad, o realpolitik, llámalo como quieras”. [2]

El coronacrisis es, por lo tanto, una situación favorable para fortalecer y ampliar nuevamente el multilateralismo renovado. Sin embargo, la prensa italiana, en específico La Stampa, argumentó que el 80% de los equipos donados por Rusia estaban defectuosos, “eran inservibles” y solo servía para una propaganda favorable hacia Moscú.[3]

En el contexto europeo, las redes sociales han sido espacios de apoyo social, denuncia y lucha a nivel de las subjetividades. España e Italia, los países más azotados por el virus, fueron escenario de este activismo desde las redes. De ellos surgieron denuncias desde el confinamiento y se hicieron eco de la quema de banderas de la UE como protesta frente a la incapacidad de los gobiernos nacionales y de las instituciones comunitarias para hacer frente a la situación. A la vez, aceptaron y agradecieron la ayuda del gigante asiático así como de Rusia y Cuba, sin importar su signo político. Evidenciaron que el verdadero ausente ante la crisis han sido los gobiernos nacionales y la UE.

Médicos cubanos que enfrentaron la COVID-19 en Andorra llegan a Cuba. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.

Como puede apreciarse, diversas narrativas se tejen olvidando lo que más importa a día de hoy: la vida humana. La actual crisis desatada por la COVID-19, demuestra la urgencia de lograr cooperación y solidaridad entre los países. La presencia de la colaboración médica en Europa es muestra de este espíritu.

En Europa, en el momento de desatarse la pandemia de la COVID-19, solo había médicos cubanos en Portugal. Sin embargo, vale destacar como antecedentes de la colaboración cubana en esa región que Cuba tuvo algunos graduados por parte del Ministerio de Salud Pública procedentes de países europeos, los más recientes, en el período entre 1999 y 2015[4].

Así tampoco puede olvidarse su papel trascendental en Europa del Este tras los efectos de la catástrofe de Chernóbil. Ahora, por la crisis del coronavirus, se ha abierto una nueva oportunidad de cooperación en materia de salud en la región europea que puede dejar un legado y evidenciar sus potencialidades.

Las relaciones entre Cuba y la UE han atravesado diversos momentos. La llegada al gobierno español de José María Aznar provocó un cambio total en la proyección española hacia la Isla. En este contexto tuvo lugar la ruptura de la cooperación y el cierre crediticio. Fue así que se adoptó la conocida Posición Común hacia Cuba por el Consejo Europeo. Dicha situación no cambió hasta el 12 de diciembre de 2016, cuando después de muchas ideas y venidas se concretó la firma entre La Habana y Bruselas del Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación (ADPC) que abrió una nueva etapa de relaciones.

Este paso conllevó a la abolición de la Posición Común de la UE sobre Cuba de 1996 que durante dos décadas había condicionado el desarrollo de las relaciones. Con ello se consolidó un giro político que reemplazó la estrategia de condicionalidad democrática que la UE había aplicado como instrumento de presión hacia el Gobierno cubano y que impidió concluir intentos anteriores (en 1995 y en 2000) de negociar un acuerdo entre Bruselas y La Habana. Es importante destacar que se reconoce como fracaso las políticas de sanción y presión unilaterales.

Desde entonces ambas partes abogan por el compromiso constructivo, el diálogo, la cooperación y la construcción de confianza que debe caracterizar la relación. Sobre este tema, el embajador de la UE en Cuba, Alberto Navarro, argumentó la colaboración de la parte europea hacia la Isla de la siguiente manera:

“En estos momentos, a raíz de la pandemia, estamos reprogramando parte de la ayuda, que se ha más que triplicado –se puede evaluar en unos 120 millones de euros, hace 30 años estaba en torno a los 30 millones–, y espero que en breve podamos anunciar importantes ayudas, incluida una subvención de cinco millones de euros que se está estudiando para acompañar un préstamo de la Agencia Francesa para el Desarrollo que iría al Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí para la compra de ventiladores mecánicos, equipos de protección individual, retrovirales y refuerzo de los laboratorios. Está también en estudio, a través de la OPS, la donación de una importante cantidad de medicamentos, tanto dedicados a tratar a pacientes de COVID–19 como de otro tipo para las farmacias cubanas.”[5]

El diplomático también agregó:

“Hemos multiplicado la cooperación, hemos multiplicado el diálogo, y espero que en los próximos meses y años sigamos por la senda de crear más confianza, más cooperación, y hacer cosas juntos. Hoy en día la cooperación se hace aprovechando las fortalezas del otro, y Cuba tiene grandes fortalezas. La Unión Europea tiene una fortaleza, la financiera, económica; Cuba tiene una fortaleza que son sus recursos humanos, aún puede aprovechar mucho más el potencial de creatividad que tiene”.[6]

Médicos cubanos en Italia. Foto: Facebook/Enrique Ubieta.

Con ese espíritu, la Brigada médica cubana Henry Reeve, de 52 cooperantes, llegó a Lombardía (Italia) el 22 de marzo, momento en que el sistema de salud estaba colapsado. El hospital regional estaba sobrecargado con pacientes y con poca capacidad en las salas de neumología, medicina interna y terapia intensiva. Ante esa situación, las autoridades de Lombardía conjuntamente con los médicos cubanos pusieron a funcionar un hospital de campaña con los protocolos italianos previamente establecidos, de los cuales se obtuvo un conocimiento desde el enfrentamiento. Es una enfermedad nueva y los europeos estaban a la vanguardia en ese momento debido al alto número de casos.

Para los médicos cubanos, la cuestión más importante en este desafío fue el lado humano. No hay precio ni diferencias políticas que puedan condicionar el riesgo de la propia vida. Por ello recibieron el reconocimiento del pueblo de Lombardía: niños que los esperaban en sus recorridos para dar las gracias, personas que colocaban banderas cubanas en sus balcones y la emotiva despedida realizada con medidas de aislamiento, pero con gritos de “Viva Cuba”. Un segundo contingente, integrado por 38 especialistas prestaron sus servicios en la zona italiana de Piamonte, tras la solicitud de las autoridades.

En Francia, la asociación francesa de solidaridad Cuba Linda solicitó al presidente, Emmanuel Macron y al Ministro de Salud, Olivier Véran, buscar apoyo en Cuba a través del medicamento Interferón alfa 2B recombinante para el combate a la epidemia. Francia aprobó el ingreso de médicos cubanos a sus territorios de ultramar, necesitados de profesionales de la salud. Este plan data del año 2019 pero llegó en un momento oportuno. Por otro lado, el presidente de Francia reconoció la participación de Cuba en las islas de Martinica, Guadalupe, Guyana y San Pedro y Miquelón.

Medicos cubanos a su llegada a Martinica. Foto: AFP

Otro caso fue el Principado de Andorra. Desde 1995 existen vínculos oficiales con Cuba y hasta allí llegó una brigada médica, la segunda que tuvo como destino a Europa en este contexto. La misma estaba integrada por 39 profesionales de la salud[1] para combatir a la Covid-19. En el aeropuerto de Madrid, los médicos cubanos recibieron los aplausos de los taxistas presentes en el lugar, quienes también hicieron sonar los cláxones de sus vehículos como muestra de su tradición solidaria y profundo humanismo. La propia canciller, María Ubach Font agradeció a la cancillería y al pueblo cubanos su generosidad en momentos tan difíciles. Incluso Valencia y otras provincias españolas han mostrado interés en sus servicios.

Sin embargo, la solidaridad cubana en Europa trasciende los casos mencionados. Debe recordarse la odisea del crucero británico MS Braemar perteneciente a la armadora Fred Olsen Cruise Lines, que finalmente tocó puerto en Cuba el 18 de marzo, con cinco casos confirmados de COVID-19 a bordo. Cuba los recibió como puerto seguro de donde pudieron retornar a salvo a sus hogares. No obstante, este hecho fue manipulado. Por una parte, se intentó sembrar el pánico y la inseguridad al interior de Cuba y por otra se politizó la cuestión apostando por los intereses políticos en juego. De cualquier manera, se minimizó la esencia solidaria del gesto en sí, obviando la tragedia humana que experimentó el personal a bordo. En este espacio, gestos solidarios, vengan de donde vengan, más allá de los intereses políticos, son esfuerzos nada desdeñables.

Pasajeros del crucero británico MS Braemar abordan aeronaves que los llevan de regreso al Reino Unido. Foto: Ariel Cecilio Lemus/Cubadebate.

También, el territorio británico de ultramar de las Islas Vírgenes recibió a 22 colaboradores cubanos para fortalecer la capacidad médica. Como muestra de gratitud, el Aeropuerto del territorio británico del Caribe insular izó la bandera de Cuba para recibir al contingente sanitario. De igual forma, llegaron colaboradores médicos cubanos a las islas británicas de Turcas y Caicos. Luego llegó una brigada médica cubana a la isla de Montserrat, parte del territorio europeo, con 13 expertos sanitarios.

Este contexto ha propiciado una serie de esfuerzos entre las partes. BioCubaFarma y la compañía del Reino Unido, SG Innovations Limited, anunciaron, en julio de 2020, el lanzamiento de una nueva empresa, BioFarma Innovation, centrada en acelerar el desarrollo y la accesibilidad en Europa y la Mancomunidad Británica de medicamentos innovadores y líderes a nivel mundial. En medio de la actual crisis mundial y la amenaza a la salud pública, BioFarma Innovations ampliará sus redes de distribución e incrementará la accesibilidad de estos productos para una mayor cantidad de personas en todo el planeta, incluida la lucha contra la COVID-19.

Los ensayos clínicos de varios productos desarrollados por BioCubaFarma para el tratamiento del nuevo coronavirus han mostrado resultados alentadores y con perspectivas en varios países. BioFarma Innovations posibilitará la evaluación de éstos y otros productos de su portafolio en Europa y la Mancomunidad Británica.

En general, la compleja situación ha puesto de manifiesto la capacidad y potencialidades de la cooperación entre diversos actores y ámbitos: salud, biofarmacéutica, intercambio académico, seguridad alimentaria entre otras áreas. Existen además dos proyectos a través de la ONG española MPDL (Movimiento por la Paz) y la ONG italiana (WeWorld-GVC), que tienen experiencia y trabajan en Cuba desde hace años. Impulsan ayuda médica, medios de protección como mascarillas, ventiladores mecánicos.

Junto a nuestros pares andorranos estamos tratando de mejorar la incidencia de esta virosis tan terrible, “dando todo lo que podemos para avanzar y lograr contener la epidemia”, asegurararon médicos cubanos que combaten en Andorra la COVID-19.

Al comentar la labor de la medicina y los médicos cubanos en varias naciones, el embajador Alberto Navarro dijo que “es un ejemplo, y nos gustaría, como Unión Europea, poder trabajar con ellos y explorar la posibilidad de crear una escuela como la ELAM (Escuela Latinoamericana de Medicina) para África, donde también hay mucha necesidad y donde hay mucha experiencia por la parte cubana. Sería muy bonito crear una ELAM de África con know-how cubano y fondos europeos, ya sea en Addis Abeba, donde está la Unión Africana; en Cotonú (Benín), en Argelia…

Es uno de los proyectos que de alguna manera nos gustaría estudiar y viabilizar”. Asimismo, agregó: “Es una relación que está creciendo, al igual que en la investigación con el programa Horizonte 2020, que tiene interés en el tema de BioCubaFarma, el interferón y las cuestiones de la pandemia” [1]

Juan Garay, Jefe de Cooperación de la Delegación de la Unión Europea en Cuba. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.

Por su parte Juan Garay, jefe de Cooperación de la Delegación de la UE en Cuba, explicó: “Las dos grandes prioridades de la UE en Cuba para los próximos siete años son las identificadas para la región latinoamericana e incluso para Europa: transición ecológica y transición digital. Sin embargo, en el terreno de la biofarmacéutica hay un trabajo con BioCubaFarma y se ha hecho un diplomado de fármaco-economía para aumentar el acceso de los productos cubanos a los mercados del mundo. “Sabemos de oportunidades muy interesantes.”[2]

También añadió que, por ejemplo: “el CIGB tiene una fábrica en el País Vasco. Estamos viendo todas las posibilidades para aportar con préstamos de instituciones como el Banco Francés. Ha habido interés de varios países en apoyar la fabricación en Cuba y fuera de Cuba de algunos productos cubanos y favorecer su acceso al mercado europeo. Si lo tienes en una fábrica europea, ya con los estándares europeos, es más fácil que desde ahí llegue a todos los países de la UE”. Finalmente concluyó: “Todo se hace con un espíritu de cooperación. La cooperación no es ‘Europa viene aquí y paga la importación de tales insumos’. La cooperación es aprender juntos de retos compartidos. Cuba tiene algunos temas interesantes que aprender de la Unión Europea, y la Unión Europea tiene mucho que aprender de Cuba. Estamos identificando muchos valores y muchos objetivos compartidos, muchos más de los que la gente cree”.[3]

Como puede apreciarse, hay muchas oportunidades de crecimiento conjunto entre ambas partes. Las fortalezas en el marco de la cooperación son fundamentales. Sin embargo, la fragilidad de acciones desarticuladas y las consecuencias negativas de expresiones de odio evidencian las limitaciones y complejidades que llegan en el presente y arribarán en el futuro de Europa. En ese sentido, varias son las voces que se ha pronunciado por la unidad europea y el valor de la solidaridad entre los pueblos.

El Papa Francisco había pedido, en su homilía diaria, el 22 de abril, en la capilla de la Casa Santa Marta por Europa: “En este tiempo en el cual es necesaria tanta unidad entre nosotros, entre las naciones, oremos hoy por Europa, para que Europa logre tener esa unidad fraterna que soñaron los padres fundadores de la Unión Europea” (Vatican News: 2020).

En la homilía agregó: “Hay personas – incluso nosotros, muchas veces – que no podemos vivir en la luz porque están acostumbrados a la oscuridad. La luz los deslumbra, no pueden ver. Son murciélagos humanos: sólo saben moverse en la noche. Y nosotros también, cuando estamos en pecado, estamos en este estado: no toleramos la luz. Es más cómodo para nosotros vivir en la oscuridad; la luz nos abofetea, nos hace ver lo que no queremos ver. Pero lo peor es que, los ojos del alma, de tanto vivir en la oscuridad se acostumbran tanto a ella que terminan ignorando lo que es la luz.” (Vatican News: 2020)

En esa misma línea se expresó el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, señaló: "En estos momentos de crisis sanitaria y dolor pienso en Europa como nuestra casa común, nuestro hogar, nuestro refugio".[4]Asimismo, el mandatario francés, Emmanuel Macron invitó a "Atrevernos a reinventar, unirnos, pensar y actuar mirando al futuro. Necesitamos este espíritu europeo en estos momentos".[5]

La embajada de Cuba en Italia inauguró una muestra virtual del fotógrafo Fabrizio Sansoni sobre la labor de 38 colaboradores de la salud de la isla que ayudaron a combatir la COVID-19 en Turín. Foto: Fabrizio Sansoni

Es importante valorar en su justa medida la cuestión humana, la solidaridad por encima de las diferencias. Son tiempos de sumar y de entendimientos dentro de Europa y en sus relaciones hacia afuera. No se trata de comenzar una nueva guerra entre las llamadas democracias liberales o los denominados regímenes autoritarios. Se trata de encontrar soluciones en lugar de construir culpables.

Desde otra perspectiva, pero en el mismo espíritu de unidad y colaboración en momentos tan difíciles, Alberto Navarro, embajador de la UE en Cuba, expresó “Cuando pasen unos años y se hable de la COVID–19, habrá una pequeña nota donde se mencionará ese esfuerzo de solidaridad de una isla de poco más de 10 millones de habitantes que es capaz de enviar médicos y enfermeros a tantas naciones. Eso es algo que no tiene parangón”. (Padrón, 2020). A lo que agregó refiriéndose a la presencia médica cubana en Lombardía: “Para eso tengo dos palabras: gratitud y admiración.”[6]

En video, Italia se ilumina en homenaje a los médicos cubanos

Notas:
[1] Deny Extremera San Martín e Irene Pérez. Cooperación Unión Europea-Cuba se adapta a los tiempos de pandemia y se alista para 2021-2027. Cubadebate, 28 de julio de 2020. Disponible en: http://www.cubadebate.cu/noticias/2020/07/28/cooperacion-union-europea-cuba-se-adapta-a-los-tiempos-de-pandemia-y-se-alista-para-2021-2027/?unapproved=8085317&moderation-hashment-8085317
[2] Ídem
[3] Ídem.
[4] El Tiempo (2020). La Unión Europea celebra 70 años de la “Declaración de Schuman. May 9, 2020. Available at:https://www.eltiempo.com/mundo/europa/la-union-europea-celebra-70-anos-de-la-declaracion-de-schuman-493738
[5] Ibidem.
[6] Abel Padrón Padilla. Ob. cit., p.1.
[1] En Andorra la brigada contaba con 12 doctores, 26 enfermeros y un técnico logístico trabajando en el Hospital Nuestra Señora de Meritxell.
[1] Pérez, Carlota: (2020). La rápida reacción de Rusia, China y Cuba ante el coronavirus pone en evidencia a la Unión Europea. Recuperado el 24 de marzo del 2020 en: https://atalayar.com/content/la-r%C3%A1pida-reacc-de-rusia-china-y-cuba-ante-el-coronavirus-pone-en-evidencia-la-uni%C3%B3n
[2] Ibídem.
[3] Ibídem.
[4] See: Henry Morales Ayuda Oficial al Desarrollo de Cuba en el mundo. Guatemala, 2017, p. 131.
[5] Abel Padrón Padilla. Alberto Navarro, embajador de la UE en Cuba: Las crisis fortalecen, porque se aprenden lecciones. Cubadebate. 9 de mayo de 2020. Disponible en: https://www.google.com/amp/www.cubadebate.cu/especiales/2020/05/09/alberto-navarro-embajador-de-la-ue-en-Cuba-las-crisis-fortalecen-porque-se-aprenden-lecciones.
[6] Ídem.
[1] Morillas, Pol (2020). Lecciones de una crisis global: coronavirus, orden internacional y el futuro de la UE, CIDOB, notes internacionales, No. 231. Disponible en: https://www.cidob.org/ca/publicacions/publicacio/notes_internacionals/lecciones_de_una_crisis_global_coronavirus_orden_internacional_y_el_futuro_de_la_ue