Ariel Martínez: “Aún no he logrado grandes cosas, pero lo voy a conseguir”

Ariel Martínez ha llegado a donde otros sueñan: las Grandes Ligas Japonesas. Foto: Ariel Martínez / Facebook.

Adalid de la nueva generación del béisbol matancero, Ariel Martínez ha llegado a donde otros sueñan: las Grandes Ligas Japonesas y la oportunidad para demostrar, en tierras donde la pelota gusta tanto como el suchi — o más — , la fuerza de este deporte en Cuba y las herramientras aprehendidas desde que, con solo siete años, correteaba por un barrio de la Atenas y se enfurecía cuando perdía alguno de los partidos entre los críos de la zona.

Escaló los diversos niveles de la “pirámide”, anduvo con sus arreos por todos los terrenos donde las categorías inferiores jugaban y, cuando el talento conjugó con la edad, vio abiertas las puertas del elenco grande de la provincia, que por ese entonces ya había logrado su insersión entre los principales equipos de la Serie Nacional.

“Victor Mesa es un director al cual le gusta darle juego a todo el plantel. Al principio, como es lógico, fue difícil, pero poco a poco me fui dando a conocer, además de que tuve la suerte de abrirme paso al conectar algunos hits oportunos. Luego, por necesidad del equipo tuve que asumir la regularidad y logré establecerme como titular”, comenta.

— Antes de eso, ¿habías soñado con jugar en una liga como la japonesa?

“Yo pensaba, a medida que pasaba el tiempo durante mi crecimiento, que cuando llegara a ser un pelotero grande ya tendríamos la oportunidad de jugar en todo tipo de béisbol. Ya desde edades juveniles habían peloteros cubanos jugando en Japón, la mejor de las ligas de todas a las cuales podíamos entrar y por supuesto que la meta era poder jugar ahí. Gracias hoy tengo esa oportunidad”.

Inquirido sobre la rutina en el país del sol naciente, Ariel lo define con claridad: “Mi vida en Japón es béisbol y más béisbol”. Su equipo juega de martes a domingo y entrena diariamente a partir de las nueve de la mañana. Al mediodía efectúan el partido correspondiente a la jornada y tras concluir, vuelven a entrenar.

— ¿Cuan difícil fue el proceso de adaptación?

No tuve problemas.Todo fue bastante rápido, sinceramente. Ahora mismo me siento bien, cómodo, disfruto mucho entrenar y jugar cada día. La paso mal, como a todo el que le gusta el béisbol, cuando las cosas no salen como uno quiere y no obtengo las oportunidades necesarias para poder enmendarlas.

“Voy a mi tercer año, pero no he logrado grandes cosas, así que no puedo decir que estoy asentado, solo voy con la meta de dejar todo en el terreno cada día y por fin hacer grandes cosas”, añade con una cuota de sinceridad que se agradece casi tanto como un jonrón.

— El éxito en la pasada Serie Nacional lo llevas tatuado en la piel…

Ser Campeón con Matanzas es el resultado más grande de mi carrera y uno de los mayores motivos de orgullo de los cuales puedo presumir, es un logro que he disfrutado mucho y que me pone aún más feliz cuando veo como lo disfruta mi familia, amigos y el pueblo de Matanzas. Algo incomparable.

— ¿Qué diferencias has notado entre el béisbol japonés y el cubano?

El Béisbol es el mismo en todos los sitios, no pienso que ellos sean mejores que nosotros. Tienen una liga seria, con unas condiciones superiores y un sistema que hace que sus peloteros sean unas diez veces mejores cuando desarrollan de lo que son cuando empiezan. Si en Cuba lo consiguiéramos al menos en la mitad, fuéramos mucho mejores.

— Volvamos a Matanzas. ¿Qué sucedió este año diferente a los anteriores para conseguir al fin el campeonato?

Yo sabía que el título un día iba a caer, tocó este año tras conformar un muy buen equipo, que nunca se cayó, mantuvo su rendimiento hasta el final y poco a poco dentro del torneo logró hacer conciencia y creer que era invencible. Un ejemplo de ello fueron los finales de la segunda etapa, que estaba muy reñida y conseguimos incluirnos en los play off. Los fanáticos, el pueblo, los dirigentes, a veces sentían temor a una caída, pero nosotros dentro estábamos tranquilos, sabíamos que si perdíamos, ganaríamos el siguiente. Así fue surgiendo esa magia que nos hizo un equipo maduro.

— ¿Qué cambió Ferrer para motivar esta transformación de un equipo perdedor en postemporadas a uno campeón?

Logró algo muy difícil, que fue mantener la disciplina y el trabajo que había tenido el equipo años atrás con las otras direcciones. Junto a un cuerpo de entrenadores que trabajó al detalle y codo a codo con él, como Lázaro Junco, Quirantes y cada coach, consiguieron impregnar al equipo de una confianza y unidad extraordinarias.

-Has quedado fuera del equipo Cuba al Preolímpico por lesión, ¿cómo estás en este momento?

Voy por la mitad de mi recuperación, esta semana comencé a trotar suavemente, bateo sentado, en una silla recibo lanzamientos y además trabajo en el gimnasio, pero todavía sin mucho ritmo.

— ¿Y el equipo nacional qué te parece?

Lo veo bastante bien, siempre hay polémica, pero creo que los que están lo merecen, al igual que algunos que quedaron fuera, pero no pueden ir todos. La receptoría cuenta con experiencia, hay defensa y bateo, aunque en torneos de ese tipo es cierto que tres cátchers quizás es demasiado, pero está bien, todos jugaron play off y están en buena forma.

"El Béisbol es el mismo en todos los sitios, no pienso que ellos sean mejores que nosotros". Foto: Ariel Martínez / Facebook.

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La conformación de un team Cuba siempre genera mucha polémica entre los aficionados. A solo minutos de que se anunciara el roster de 26 peloteros, las redes sociales se convirtieron en campo de batalla de una fanaticada beisbolera que exigía respuestas sobre el por qué Freddy Asiel Álvarez y Yosvani Peñalver no habían sido incluidos en el equipo.