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El Varadero que usted no conoce

Edificio Havana Club, bar privado en Varadero. año 1920.

Fue Sebastián de Ocampo, en su bojeo de la Isla, el primer europeo que visitó, en 1508, lo que andando el tiempo sería Varadero, célebre primero por sus salinas y luego por sus canteras antes de convertirse en uno de los polos fundamentales del turismo cubano. ¿Sabe usted como creció? Dedicaré el espacio de hoy para hablar sobre un Varadero que usted no conoce.

El movimiento de temporadistas comienza en Varadero alrededor de 1840 y en 1883 surge una incipiente industria turística cuando Mamerto Villar establece un servicio de fonda y posada; negocio que el ayuntamiento de Cárdenas consideró de tan escasa monta que terminó exonerándolo del pago de contribuciones.

En el propio año Antonio Torres emplazó el kiosco Torres para el expendio de refrescos y pescado frito. Prosperó este establecimiento y hoy se le considera el embrión de los grandes hoteles que abrieron sus puertas en Varadero durante la República. Fue en 1883 cobra cuerpo legal el balneario cuando diez inversionistas se dividen a partes iguales las dos caballerías de tierra de la hacienda Varadero. En 1888 Torres añade a su kiosco varias habitaciones y dos casas de madera y tejas y el establecimiento no demora en convertirse en un foco cultural y pocos años más tarde Villar convierte su posada en motel. Se fomenta en el balneario un nuevo poblado y surge el Varadero Sport Club.

Con el advenimiento de la República, en 1902, Torres empieza a prestar servicio de restaurante durante todo el año. En 1910 abre sus puertas el primer hotel de la playa y luego del fin de la I Guerra Mundial un restaurante se instala en un ranchón en la zona de Kawama. Las regatas, que se convocaron inicialmente en 1900, se sistematizan a partir de 1910. En 1913 llega el teléfono y en 1915 hay alumbrado público con faroles de carburo que se encienden hasta las nueve de la noche. La electricidad llegó en 1917. Con todo, en 1919 solo residían de manera habitual en Varadero 193 personas. No podía ser de otra manera en un sitio donde la higiene pública era desastrosa y no había agua potable.

En los años 20, pese a la crisis económica, Torres convierte su establecimiento en un hotel digno de tomarse en cuenta, y el bar Kukito, con su salón de baile, es el embrión, en 1930, de los futuros centros turísticos de la zona. El millonario norteamericano Irene Dupont de Nemours adquiere tierras en la península, construye su mansión Xanadú en la mejor zona de la playa y funda una compañía para la venta de terrenos. El acueducto existe desde 1928. La artesanía de conchas y caracoles, que goza de aceptación entre los que visitan el balneario, comienza a comercializarse en La Habana, gracias a la tienda La Sortija, y llega a EE UU. En 1931 empieza a prestar servicios el hotel Kawama. A partir de ahí se evidencia un crecimiento vertiginoso de los centros recreativos y nocturnos, y en 1933 son cinco los hoteles de la playa, sin contar las casas de huéspedes. En 1938 funciona la panadería Varadero. Por la misma época se establece, en Kawama, el primer servicentro, y el cine llega al balneario. Dos años después abre sus puertas una tienda de productos industriales que hará énfasis en los artículos de playa y en las confecciones textiles en boga. Se inaugura asimismo una lavandería con recogida y entrega a domicilio. Con el establecimiento de estos últimos servicios Varadero ya estaba en condiciones de comenzar a recibir turismo.

Las vías de comunicación habían mejorado ostensiblemente desde que en 1911 se construyó la carretera desde la ciudad de Cárdenas. En 1933 los ferrocarriles inauguraban su tramo Habana-Cárdenas y en 1935 hubo transporte aéreo desde la capital de la Isla. Una nueva carretera redujo en diez kilómetros el trayecto de y hacia Cárdenas, y la Vía Blanca acortó la distancia desde La Habana. En 1949 se iniciaron los vuelos Miami-Varadero-Miami.

La red de servicios a la población y al turista se hace amplia y variada en esta etapa con la apertura de una fábrica de hielo, una radioemisora y nuevos establecimientos comerciales. Dos acontecimientos van a cerrar en alto la década: la inauguración, el 21 de diciembre de 1950, del hotel Internacional, a un costo de tres millones de pesos, y la perforación, en cayo Diana, de un pozo de petróleo, cuya explotación no continuó. En 1952, la población fija sobrepasaba los 7 000 habitantes.

En 1935 se había publicado en inglés la primera guía turística del balneario. En los años 40 del siglo pasado el turismo desplazaba ya en Varadero a cualquier otro rubro económico. Al iniciarse la década del 50, el territorio contaba con diez y siete hoteles, a los que se añadirán seis más hasta 1959 para un total de veinte y tres establecimientos hoteleros. En esa fecha funcionaban en Varadero además 18 casas de huéspedes, treinta centros nocturnos reconocidos y debidamente registrados y 17 unidades gastronómicas, cifra esta que no incluía cafeterías ni bares.