"La gente pasaba y sonaba las bocinas de sus autos en apoyo a la extradición de Posada"

Los amigos del terrorista -Santiago Álvarez y el abogado Eduardo Soto- ofrecen una conferencia de prensa a la salida del tribunal de El Paso, y a su alrededor los miembros de la coalición ANSWER.

Cubadebate y Agencia de Información Nacional

Cientos de estadounidenses se manifestaron el lunes en varias ciudades norteamericanas en demanda de la extradición a Venezuela del connotado terrorista Luis Posada Carriles.

Alicia Jrapko, del Comité ANSWER, comentó a Cubadebate, que tanto en Washington, como en Nueva York y San Francisco, más de 100 personas se juntaron en los respectivos lugares para pedir la extradición. "Aun no tenemos los reportes de otras ciudades, pero seguramente han sido similares. Pareciera un pequeño número pero para los estándares de este país, no lo es. Mucha gente que pasaba por la calle manejando nos tocaba la bocina de sus autos en señal de apoyo", dijo.

Las protestas, convocadas por la Coalición Contra la Guerra y el Racismo (ANSWER, según las siglas en inglés de esa entidad no gubernamental) fueron previstas para celebrarse en Miami, Washington D.C, Nueva York, San Francisco, Los Ángeles, Seattle, Rochester, Chicago, Charlotte, Hackensack, Minnesota y Milwaukee.

Los participantes en esos actos portaron pancartas en las que se leían consignas de No asilo para este asesino en masa, Extraditen a Posada Carriles hacia Venezuela y Paren la guerra de 45 años contra Cuba.

La propia fuente añade que demostraciones similares se produjeron también en la ciudad canadiense de Vancouver y - citando a Gloria la Riva, una de las organizadoras de la protesta-, asegura que los manifestantes llevaron en alto las fotos de las 73 víctimas que perecieron en un avión cubano saboteado en Barbados.

El siniestro hecho, ocurrido en octubre de 1976, fue planeado por Posada Carriles y su compinche, el también terrorista Orlando Bosch Ávila.

Sobre el connotado asesino pesan también acusaciones por haber dirigido los atentados con bomba perpetrados en 1997 contra varias instalaciones turísticas de La Habana y por el asesinato en Washington, en el año de 1976, del excanciller chileno Orlando Letelier y de su secretaria, la estadounidense Ronnie Moffit.

Producto de la explosión de uno de esos artefactos dinamiteros colocados en lugares públicos del interior de varios de los principales hoteles de la capital cubana -específicamente en el Copacabana- resultó muerto el joven italiano Fabio de Celmo.

Caracas presentó oficialmente al Departamento de Estado -y posteriormente ratificó- el pedido de extradición de Posada para que sea juzgado por un tribunal de Venezuela, país en el que también maltrató, torturó y asesinó a detenidos durante los años en que trabajó en la Policía Política conocida como DISIP.

El gobierno de Washington, sin embargo, manifestó carecer de pruebas suficientes para proceder a dar cumplimiento a los acuerdos bilaterales de extradición que tiene suscritos con Venezuela desde 1922 -aún en vigor- e insiste en procesar al criminal bajo el ridículo cargo de entrada ilegal a territorio yanqui.

Hoy, el juez estadounidense William Abbott, del Centro Migratorio de Detención de El Paso, en Texas, determinó conceder a Posada una audiencia para fianza que se realizará el 24 de junio próximo, en tanto el 29 de agosto se le iniciará un juicio pero sólo por violación de leyes migratorias de EE.UU.