Hidra corruptora

Senadores de diferentes partidos comenzaron a movilizarse para respaldar a la presidenta  Dilma Rousseff en su campaña por erradicar prácticas de corrupción en el gobierno brasileño, en momentos que su " limpieza ética'' amenaza con desarticular su base de sustentación legislativa. (Fuente AP)
Guillermo Tell

Dilma Rousseff

La bienvenida señal emitida por la mandataria que goza  hoy de una aprobación del 70 por ciento de la ciudadanía, de acuerdo con la más fresca encuesta, ha suscitado un intenso respaldo por parte de legisladores distintas filiaciones partidarias, por lo visto sensibles ante esa hiedra mala que prolifera tanto en los vericuetos administrativos por donde circula dinero constante y sonante. Se trata de un fenómeno que hace rato viene marcando perfiles universales, y que se manifiesta con mayor gravedad en contextos de tráficos de influencias bajo el telón de fondo del capitalismo depredador.

Pero la presidenta del gigante suramericano no se la ve fácil en su empeño, entre la alternativa de llevar con firmeza el pulso anti corruptor y mantener alianzas políticas que la llevaron a la victoria electoral. Y precisamente una de las más importantes de esas  fuerzas, el Partido Movimiento Democrático Brasileño, se encuentra en el vórtice de la acción depuradora, puesto que sólo en una de las carteras ejecutivas en sus manos, la del Turismo, fueron arrestadas 35 personas ligadas a un desvío millonario de fondos, cuando pudieron servir para dinamizar el sector.

Uno de los senadores que apoyan a Rousseff  le ha dicho en la plenaria del Senado que si fuera necesario, irá a las calles a movilizar al pueblo brasileño, y que "no se someta al chantaje, sométase a la confianza del pueblo brasileño que está a su lado''.   Todo un crucial pulseo a prueba.