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Trump y Siria: Sí a los misiles, no a los refugiados

El primero de los ataques, ocurrido cerca de Damasco, tuvo como objetivo un centro de investigación científico Foto: AP

El presidente estadounidense, Donald Trump, ordenó lanzar misiles contra Siria bajo el argumento de responder a un supuesto ataque químico en ese país, mientras sigue con las puertas cerradas a los refugiados de la nación árabe.

Luego de casi una semana de amenazas contra el territorio del Levante por una supuesta agresión con armas químicas en Duma, Ghouta Oriental, al este de Damasco, el mandatario autorizó anoche el ataque contra tres objetivos sirios, en una acción conjunta con Francia y el Reino Unido.

Desde que los medios de comunicación comenzaron a hacerse eco el sábado pasado del aducido ataque, y antes de realizarse las investigaciones pertinentes, el gobernante rápidamente emitió su veredicto: el culpable del hecho reportado era el Gobierno del Bashar Al-Assad.

Tras esa adjudicación de responsabilidad, solo faltaba la condena, que el jefe de la Casa Blanca se dedicó a sopesar en los últimos días con sus asesores al tiempo que hacía advertencias belicistas en Twitter.

Rusia se compromete a derribar todos y cada uno de los misiles disparados contra Siria. ÂíPrepárate, Rusia, porque vendrán, bonitos, nuevos e 'inteligentes'!, escribió el miércoles en esa red social, en lo que fue visto como la señal más clara de que se acercaba una inminente acción militar.

De nada valió que Damasco negara su responsabilidad e invitara a la Organización para la Prevención de Armas Químicas a investigar lo sucedido o que tal entidad ya se encontrara en esa capital para iniciar las pesquisas correspondientes.

Trump dio luz verde al ataque de este viernes (sábado en Siria) aún cuando, según medios de prensa, altos cargos militares le advirtieron sobre los riesgos que implica aumentar la participación de Estados Unidos en el conflicto.

Al apostar por ese paso, tampoco pareció escuchar a 88 miembros republicanos y demócratas de la Cámara de Representantes que en esa misma jornada instaron al presidente a no emprender ninguna acción militar sin antes obtener autorización del Congreso.

'Comprometer a nuestros militares en Siria cuando no existe una amenaza directa a Estados Unidos y sin una autorización previa del Congreso violaría la separación de poderes que está claramente delineada en la Constitución', señalaron en una carta.

Pese a esa misiva, Trump dio la orden para lanzar los misiles sin contar con los miembros del Capitolio, lo cual provocó que mientras unos legisladores lo apoyaron, otros cuestionaron la constitucionalidad de la acción y criticaron al presidente por lo que ven como una falta de estrategia hacia Siria.

En un discurso anoche para informar sobre la operación, el jefe de Estado la justificó al decir que el presunto ataque químico masacró a civiles inocentes y, por tanto, era necesario hacer rendir cuentas al gobierno de Al-Assad.

Pero esa aducida simpatía hacia la población del país árabe, que enfrenta el peso de un conflicto de siete años en el cual ya fallecieron alrededor de 500 mil personas, choca con la realidad de que en lo que va de 2018 Estados Unidos solo ha recibido a 11 refugiados sirios.

'Su compasión por las víctimas de la brutal guerra civil en Siria no se extiende a permitirles ingresar a Estados Unidos', señaló hace dos días el diario The Washington Post.

El medio recordó que los refugiados sirios, como los de la mayoría de otros países acosados por conflictos y luchas, especialmente los musulmanes, han encontrado la puerta cerrada en esta nación.

Durante el actual año fiscal, iniciado el 1 de octubre, la administración Trump solo permitió el arribo de 44 refugiados del territorio levantino, una disminución del 99 por ciento en comparación con los cinco mil 800 llegados en igual etapa del año fiscal anterior.

'Es revelador que algunas de las mismas personas que quieren escalar el conflicto militar en Siria por este ataque químico guardan silencio cuando hablamos de proteger a los refugiados', apuntó en Twitter el congresista demócrata Ro Khanna tras conocerse sobre el ataque con misiles.

A esa contradicción entre supuestamente querer ayudar a los civiles sirios y, a la vez, negarles una vía de escape del conflicto, se une el hecho de que Trump apostó por el ataque pocos días después de decir que quería sacar de ese país a unos dos mil militares norteamericanos desplegados allí sin la anuencia de las autoridades locales.

Para varias fuentes, incluyendo miembros del Congreso, ese cambio de rumbo es evidencia de que el republicano carece de una estrategia definida sobre el territorio árabe.

Trump dijo ayer que no busca 'una presencia indefinida en Siria bajo ninguna circunstancia', pero algunas fuentes opinan que no está claro qué esperar después de esta reciente agresión.

Si el presidente va a cambiar nuestra misión en Siria, tiene que ir al Congreso para obtener autorización y explicar cuál es su estrategia, cómo respalda los intereses de seguridad nacional, y de qué modo pone fin a la actual catástrofe humanitaria y la crisis de refugiados, estimó la senadora demócrata Mazie Hirono.

En fotos, bombardeo a Siria