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Recuerdan con más armas en EEUU matanza en escuela de Newtown

Además de las 26 personas asesinadas en la escuela de primaria, el presunto autor del tiroteo, identificado como Adam Lanza, mató primero a su madre y, tras perpetrar la masacre, se quitó la vida con una de sus armas.

Además de las 26 personas asesinadas en la escuela de primaria, el presunto autor del tiroteo, identificado como Adam Lanza, mató primero a su madre y, tras perpetrar la masacre, se quitó la vida con una de sus armas. Foto: Archivo

Justo mientras se preparaban los actos para conmemorar la tragedia de Newtown, donde hace un año un joven con armas legalmente adquiridas mató a 26, incluidos 20 niños de primaria, el viernes otro joven armado con una escopeta entró a una preparatoria en Colorado, hirió a un estudiante y se suicidó. Lo peor es que ese tipo de noticias ya no son inusuales en este país.

Políticos, padres de víctimas, religiosos y activistas lamentaron en Newtown que continúe la violencia con armas de fuego. Todos se sumaron a la exigencia de que se necesita hacer más.

El presidente Barack Obama declaró este sábado, en su mensaje semanal por radio, que no hemos hecho lo suficiente para hacer que nuestras comunidades y país seas más seguros. Tenemos que hacer más para evitar que gente peligrosa tenga acceso tan fácil a un arma. Junto con su esposa, el mandatario guardó un minuto de silencio después de prender 26 velas en recuerdo de las víctimas.

En Newtown, en medio de una tormenta de nieve, hubo actos de conmemoración en un ambiente sombrío repleto de tristeza –las autoridades del pueblo en Connecticut solicitaron que no hubiera gran presencia de gente de fuera, para que los eventos fueran sólo de habitantes. Las campanas repicaron para recordar a las víctimas, tanto ahí como en la Catedral Nacional en Washington, así como en otros pueblos y ciudades.

Muertos, 71 niños

Pero las palabras y actos no ocultan que, según un cálculo del Washington Post, otros 71 niños –todos de 10 años o menos– han fallecido por armas de fuego desde Newtown, o un total de 91 este año (con los 20 de Newtown). La lista no incluye decesos accidentales, sino los que fueron resultado de actos de violencia deliberados.

Este año se han registrado 28 actos de violencia con armamento de fuego en escuelas, según las agrupaciones Alcaldes contra Armas Ilegales (integrada por más de mil) y Madres Demandan Acción de Sentido Común contra Armas (125 mil miembros).

Según otro análisis efectuado por la revista Mother Jones, el total de menores de 12 años muertos a tiros es de 194 desde el año pasado en 43 estados, tanto dentro de grandes ciudades como en pequeños pueblos rurales. De éstos, 127 fallecieron en sus casas, 72 de ellos jalaron el gatillo y fueron ultimados por otro niño con armas que encontraron en sus casas; 60 de ellos fueron ejecutados por sus padres. La edad promedio de las víctimas era de seis años.

Ningún otro país avanzado tiene un problema tan extremo. Estados Unidos posee un tasa de muertes de menores de edad por violencia con armas cuatro veces más alta que Canadá, siguiente nación en la lista con mayores decesos, y 65 veces más que Alemania y Gran Bretaña.

Todos pensaban, hace un año, que la matanza de 20 niños –todos de entre 6 y 7 años de edad– sería suficiente para romper el poder político de los llamadosdefensores de lo que consideran el derecho sagrado y garantizado por la Constitución de adquirir y poseer armas. Sin embargo, a escala nacional no cambió nada.

Luego de Newtown se han promulgado 109 leyes sobre armas en los estados. Treinta y nueve impusieron restricciones más estrictas, pero 70 las relajaron, haciendo más fácil la compra y uso de rifles y pistolas. A escala federal, en abril pasado Obama fracasó en lograr la aprobación de medidas moderadas de control de armamento ante la obstrucción de la iniciativa por legisladores en defensa del derecho a las armas.

Mientras tanto, la industria del sector sigue prosperando. Las ventas de rifles AR-15 Bushmaster –empleado en la masacre de Newtown– en el último trimestre fueron de 347 millones de dólares, 100 millones más que hace un año, reportó ABC News.

De hecho, se incrementaron 46 por ciento las solicitudes de historiales de clientes en los primeros meses después de dicha masacre.

El historial es sólo un requisito para la compra de armas en tiendas. Cerca de 40 por ciento de éstas se compran en ferias especializadas o por Internet. En éstas no se está sujeto a una revisión del historial legal.

Según la organización Brady Campaign to Prevent Gun Violence, más de 31 mil personas mueren en promedio cada año por armas de fuego y 70 mil son heridas. En promedio, cada día 282 personas (50 de ellas son menores de edad) son baleadas y 82 fallecen.

Durante más de una década, después del 11-S, se han gastado miles de millones en prevención de atentados terroristas en Estados Unidos (ni hablar de las guerras y operaciones internacionales). En 2012, 15 estadunidenses murieron en ataques relacionados con terroristas a escala mundial. Ese año fallecieron más de 32 mil estadunidenses por violencia con armas de fuego en esta nación.

Por ello, lo ocurrido en Colorado el viernes no fue gran novedad. Aparentemente, un estudiante de un preparatoria de un suburbio de Denver, Colorado, estaba enojado con un maestro y lo fue a buscar para matarlo. Al ingresar disparó contra una estudiante de 15 años que se encuentra en condición crítica, y al ver que la policía estaba por atraparlo se suicidió. Todo ocurrió a poco más de 10 kilómetros de Columbine, donde un par de estudiantes ultimaron a 13 alumnos y empleados antes de suicidarse en 1999 –acto que sacudió al país y fue tema de la película de Michael Moore Bowling for Columbine.

Políticos, activistas y familias de víctimas prometen, una vez más, intensificar sus esfuerzos para imponer mayores controles al comercio de armamento. Hoy, la organización de Madres Contra la Violencia de Armas de Fuego realizó 50 eventos contra el silencio en 40 estados.

Aunque se ha logrado avanzar en algunos lugares, a escala nacional todo indica que continuarán las noticias sobre más niños muertos, balaceras en escuelas, centros comerciales, cines y otros lugares públicos. Ni hablar de las esquinas en los barrios más vulnerables. El poder de la Asociación Nacional del Rifle y otras agrupaciones que rechazan las restricciones a las armas, así como sus legisladores aliados, es suficiente para detener cualquier reforma seria.

Este continúa siendo el país más armado del mundo.

(Tomado de La Jornada, México)