Por Alfredo Relaño
Parece que la crisis no va con el gran fútbol, aunque sí con el otro. Lo que hemos visto en España, esa facilidad del Madrid y el Barça (sobre todo del Madrid) para gastar, se ha visto un poco por otras partes. Se han movido casi veinte jugadores por un precio de treinta o más millones. Y no hablo de jugadores siempre relevantes. Fernandinho, brasileño que no estuvo en la Confecup, ha pasado del Shakthar al City por 40 millones; William, ídem de ídem, del Anzhi al Chelsea,por 38; Marquinhos, (de nuevo ídem de ídem) del Roma al PSG por 31. Son cantidades hace poco reservadas a los muy grandes.
En realidad sólo se ha movido un Balón de Oro, Kaká, que se ha ido gratis y buen viento le lleve. El gran récord, ya saben, es Bale, gasto extraordinario de 91 ó 101 millones, según dónde se pregunte. (¿Usted a quién cree?) Podemos considerar eso aparte, como la cuota-fasto del florentinato, que se alimenta de estas cosas. Pero es que por Cavani ha dado 65 el PSG, por Falcao 60 el Mónaco y por ¡James Rodríguez! también el Mónaco ha pagado 45. Y están, por cierto, los 39 del Madrid por Illarramendi, frente a lo que los 37 porque se vendió a Higuaín parecen poco. Y hasta los 57 de Neymar...
Cada vez hay más dinero en menos manos, en contra de la aspiración de la Humanidad en tantos siglos. ¿Por qué no iba a pasar también en fútbol? Millonarios rusos o jeques árabes se hacen con clubes de nuestro mundo, la Premier ha dado un salto en ingresos de televisión y la aparición de una liga extraordinariamente adinerada en Rusia son las causas. Han tirado para arriba de los precios de los mejores, y hasta de los que no lo son tanto. Con esos pocos haciendo esas ofertas tan descomunales, el siguiente escalón se resiente. Vean si no a Atlético, Real, Sevilla, Valencia, Athletic... Los tiempos.
(Tomado de As)