Por: Jhonah Díaz González, estudiante de Periodismo de la Universidad de La Habana.
Tras los siete sets jugados por la selección masculina de voleibol, el pasado fin de semana, varias fueron las interrogantes y dudas aclaradas por aficionados y técnicos.
El bajo nivel mostrado por nuestros atletas ante un rival bien distante de la élite mundial -a pesar de la victoria en el segundo encuentro- confirmó que la pérdida de tres figuras estelares es un hueco imposible de llenar en pocas semanas y sus ausencias hacen tambalear una clasificación que se percibe más lejos de los acostumbrado por todos.
El bloqueo, ataque y servicio, armas mortales de los equipos antillanos, tendrán que mejorar ostensiblemente en pos de arrancarle al menos una victoria al plantel italiano, quien se mostró inmenso ante Francia; con un juego alegre, compacto y sin aparentes fisuras. Declarándose, desde ya, como el "macho" del grupo.
Para triunfar, mucho más deberá aportar la estrella del conjunto, Wilfredo León, si mantienen el objetivo de llegar a disputar las medallas en Gdansk, Polonia.
Al "Bebé" le corresponderá la función de tomar las riendas y mostrar su mejor nivel en ambos encuentros ante la escuadra azzurri, pues sería bien difícil triunfar sin sus actuaciones destacadas.
También, el rendimiento de la banca y un aporte superior del opuesto Fernando Hernández y del "experimentado" Henry Bell serán determinantes a la hora de equilibrar una balanza que se inclina mucho más para suelo europeo que para tierra caribeña.
No menos importante constituirá la figura de Yoandri Díaz, quien se notó perdido e indeciso en variadas ocasiones y tiene en sus manos la función de dirigir las riendas de un grupo donde prima la falta de experiencia, el poco roce internacional y la juventud.
Atacar con el saque, elevar la defensa de campo y mejorar un pase que estuvo bien distante de ser catalogado como bueno son algunos de los elementos que incidirán en un mejor accionar en las próximas presentaciones.
De los partidos anteriores, destacar los pocos errores no forzados cometidos, debido en gran medida al nivel contrario, los números de Bell en su primer evento como titular y la positiva reacción ante el pésimo e inesperado inicio.
Lo ocurrido ante Corea del Sur deja varias incertidumbres nuevamente sobre la mesa. Años tras años las ilusiones llegan y luego se van sin despedirse. Esperemos, entonces, una mejor actuación ante Italia y que esta nueva hornada de voleibolistas cubanos devuelva a nuestros labios una pequeña sonrisa.