El vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores del gigante asiático, Wang-Wenbin, ratificó la oposición de su gobierno a la doble moral y a las críticas usadas como excusa para una injerencia extranjera en la isla.
Wenbin destacó la tradicional posición de China respecto a que Estados Unidos debe respetar la soberanía y la independencia cubanas, además de eliminar el bloqueo económico, financiero y comercial que -de manera unilateral y por más de sesenta años- ha impuesto a la Mayor de las Antillas.
Asimismo, instó a Washington a cambiar sus vínculos bilaterales con La Habana, desde la igualdad ante todo, y así poder ofrecer respuesta a los intereses de los dos pueblos.
El diplomático insistió en que la normalización de los nexos entre Estados Unidos y Cuba tendrá impacto notorio en la estabilidad y el desarrollo de América Latina. Con estas declaraciones, se reafirma el rechazo de China a la política coercitiva y el afán permanente del país norteamericano en hacer de los derechos humanos un pretexto para su histórica arremetida contra la nación caribeña y sus ambiciones geopolíticas.
El país asiático ha apoyado históricamente el reclamo internacional por el cese del bloqueo estadounidense a Cuba, considerándolo contrario al espíritu que defiende la Carta de las Naciones Unidas. También ha instado a la Casa Blanca a rectificar esa actitud hostil y denunciado el carácter extraterritorial de sus sanciones que infringen las leyes internacionales.