Loidel Chapelli es el líder de los bateadores. Foto: Boris Luis Cabrera
Luego de concluidas las dos primeras subseries particulares de esta atípica Serie Nacional sin público en los graderíos, una cosa ha llamado la atención de aficionados y especialistas: el desproporcionado balance entre ofensiva y picheo.
Un total de 40 desafíos ya se han jugado en esta joven campaña y los números comienzan a asustar a muchos. 80 bambinazos (dos por partido), 224 extrabses (5.6 por juego), más de 11 carreras anotadas por encuentro, mil 197 bases recorridas, y un promedio ofensivo global de 303; comienzan a preocupar teniendo en cuenta los supuestos brazos descansados de los serpentineros en este inicio.
Equipos como Camagüey promediando para 406 colectivamente, Holguín para 399, e Industriales para 348, encabezan esta fiesta de los maderos que amenaza con aumentar con el transcurso de los días.
Muchos culpan a la nueva pelota TEAMATE de fabricación italiana, que si bien es una esférica que goza de un bote muy feliz, no puede quitarle el protagonismo a la baja calidad que muestran hoy en día la gran mayoría de nuestros lanzadores repartidos por 16 equipos.
Las causas son muchas y van desde la utilización de jóvenes figuras obligadas a “quemar etapas” por las emigraciones de años anteriores, las malas prácticas y los “champeonismos” en categorías inferiores, o la presencia de varios veteranos, que aunque llenos de mucho ímpetu y deseos de aportar a sus equipos, han visto pasar ya sus mejores momentos y se mantienen llenando vacíos cada vez más grandes.
En estas primeras pugnas, es alarmante las 432 carreras limpias permitidas por nuestros lanzadores en 669.2 entradas (5.81 PCL), los 10.83 imparables tolerados cada nueve entradas, y los 330 boletos otorgados que elevan el WHIP general hasta los 1.70, demasiado alto para los patrones normales.
Solo los elencos de Granma (3.27 PCL), Industriales (3.59 PCL), y Holguín (3.64 PCL), aceptan menos de cuatro limpias por juego completo de nueve entradas, salvándose de esta tormenta ofensiva que domina los terrenos de juego.
Sin embargo, a pesar de la lluvia de batazos que salen en todas direcciones, la defensa se ha comportado bien de forma general. Un total de 78 errores en 3003 lances (974 AVE) me parece bien para las medias que hemos tenido habitualmente en nuestros campeonatos caseros.
Otra vez Granma se destaca aquí con apenas un error en sus cinco partidos (995 AVE), Matanzas con dos (990 AVE), y un sorprendente Guantánamo con solo tres errores en lo que va de temporada (985 AVE)
Desde el punto de vista individual hay un “boom” de bateadores con promedios exorbitantes en estos primeros partidos, destacando Loidel Chapellí (CMG) con 722 (de 18-13), Luis Vicente Mateo (CFG) con 667 (de 18-10), Yordan Manduley (HOL) con 647 (de 27-11), y Javier Camero (MTZ) con 615 (de 14-8)
Lisbán Correa (IND) manda en los cuadrangulares con 4 seguido de un cuarteto que tiene 3 (Leonardo Urguellés de la Isla, Jorge Luis Peña de Holguín, Yasiel Santoya de Matanzas, y Jorge Luis Barcelán de Industriales)
Dennis Laza (MAY) es el máximo remolcador con 11 seguido de Jorge Luis Peña con 10, y el cienfueguero Mateo tiene el mayor OPS con 1.722, perseguido de cerca por Manduley con 1.714.
A pesar del torrente ofensivo, seis lanzadores se encaramaron en el box al menos seis capítulos sin permitir anotaciones: Reinner Rivero (MTZ) con 7.1 entradas lanzadas, Yariel Góngora (MTZ) con 7, Yander Guevara (CAV) con 6.1, Yoanni Hernández (SSP) con 6.1, Alejandro León (CAM) con 6, y Yasmani Insua (CFG) con 6.
Los más ponchadores hasta el momento son Vladimir Garcia (CAV), Frank Navarro (GTM), y Yosimar Cousín (CMG) con diez cada uno.
La temporada 2020 apenas comienza ahora. 70 desafíos más para cada equipo están por venir y a pesar de estos desbalances siempre presentes en nuestra pelota, los vamos a disfrutar al máximo porque es el “vino nuestro”, el que tenemos, y del cual bebemos a diario para mantener nuestras pasiones beisboleras bien hidratadas. Nos vemos mañana.